Al principio de los tiempos la política era un fenómeno limitado a los Estados, a las ciudades. Con el fortalecimiento del capitalismo, del comercio mundial, la política se mundializó. Hoy, como nunca, no hay país aislado, no hay acontecimiento político local que no incida sobre todo el planeta.
El mundo es unánime capitalista, y como es propio del capitalismo tiene como signo la competencia entre los polos capitalistas. Rusia, China, Estados Unidos, Europa disputan por un mercado mundial cada vez más estrecho, el capitalismo ya no cabe en el planeta. En esa contradicción aparecen las crisis mundiales, cada vez más peligrosas para la sobrevivencia de la vida. Lo de hoy en Ucrania es una manifestación de este choque entre los polos capitalistas que, necesariamente, se repetirá en el futuro, es consustancial al capitalismo. La guerra es una necesidad para este sistema, que guiado por el crecimiento infinito, por el lucro desmedido, arrasa con el ambiente y amenaza con guerras absurdas, atómicas.
La existencia humana en manos del capitalismo corre un claro peligro de desaparecer, sea por la guerra atómica o sea, con más lentitud, por la destrucción de las condiciones ambientales para la vida. Esta situación hace imprescindible, de vida o muerte, la construcción del Socialismo, un sistema basado en la cooperación y no en la competencia, en la relación amorosa, armónica entre los hombres y de estos con la naturaleza, en contraposición con el capitalismo, de la guerra de todos contra todos, que nos conduce a la extinción.
Por eso cuando el gobierno del madurismo deja su discurso belicista a favor de Rusia, evidenciado en el grito del congreso del partido de diosdado y maduro: "si se forma el peo con Rusia me resteo", parece dar un paso hacia la sensatez, hacia la paz. Y decimos parece, porque ese golpe de timón hacia atrás se produce después de una reunión secreta con los gringos donde el madurismo, sea lo que sea que allí se pactó, sigue sumiso a un polo capitalista, pierde su soberanía y sigue sometido a la lógica del capitalismo mundial. Ahora estamos a merced de las corrientes internacionales que se reflejan en lo nacional, aquí habrá en lo civil y lo militar partidarios de los rusos, de los chinos, de los gringos, todos con el descaro hipócrita de la paz falsa.
Este gobierno, capitalista como es, no puede construir una paz verdadera, que es la paz con equidad, es decir, paz con socialismo. El madurismo sólo puede ser un sumiso del capitalismo, una brizna de paja llevada por el viento del oportunismo; para donde sople la brisa, para allá irá la cúpula y su rebaño. Feo quedó el congreso del partido de diosdado y maduro, ridículos los gritos de guerra destemplados que sólo duran unas horas.
Ahora vemos con claridad que la renuncia al legado de Chávez, el abandono del Socialismo, no fue un asunto local. Con esa deserción se dejó a la humanidad privada de futuro, se perdió el rumbo de la liberación del Socialismo. Y hoy, está claro que, como lo predicó el Comandante, sólo habrá Patria si es socialista, y podemos ir más allá y decir: Que sólo habrá humanidad si es Socialista.