El madurismo, temprano, arremetió contra el socialismo; lo hizo por mandato de los capitalistas y por su naturaleza, su genética capitalista y anti socialista. Su misión política es liquidar el intento Socialista y crear las condiciones para la restauración capitalista. En ese cometido ha tenido gran éxito, ¿quién lo puede negar?
El primer y principal paso del madurismo era socavar la espiritualidad socialista, de esta manera el proyecto de Chávez se derrumbaría. Un sistema social, sea capitalismo, esclavismo o Socialismo, se sostiene en una espiritualidad que lo justifica, que lo reproduce. Cuando esa espiritualidad se resquebraja, el sistema, irremediablemente, cae, se derrumba.
Es así, el madurismo, rápido enfiló contra la espiritualidad, la idealidad Socialista conquistada en años de lucha. Recordemos la rebatiña del dakazo, el deterioro de la organización social, la transformación del partido de Chávez en una plataforma electoral que perdió su condición de vitrina de la sociedad futura. En resumen, la fragmentación de todo lo integrado por el socialismo. Pero, no era suficiente, los capitalistas gringos, rusos, chinos, no estaban satisfechos, sabían que las bases económicas de la espiritualidad socialista debían ser eliminadas para aplastar al Socialismo de raíz, que no tenga posibilidades de regresar, que no quede semilla que germine.
Y, en las últimas reuniones con los gringos, esas donde se pidió que liberaran a los de citgo, se exigió como prueba de voluntad real de deserción del Socialismo que le dieran una puñalada a su base económica, y de allí la entrega apresurada del sambil y de toda la propiedad social. El legado de Chávez fue traicionado completamente, el intento Socialista fue enterrado. El madurismo certificó su felonía. Falta ver con qué le paga el diablo.
Es mentira que se pueda construir el socialismo sobre una economía capitalista, sobre la propiedad no social, privada, de los medios de producción; un sistema de competencia, de beneficio individual de los dueños que se apropian de la riqueza social y del trabajo ajeno, produce, necesariamente una espiritualidad capitalista, no social, egoísta, con valores capitalistas que justifican la nueva esclavitud. Todo se transforma en mercancía, todo, lo espiritual y lo material se tasa en dinero. El humano es sólo una pieza de producción y consumo, sólo así, para eso existe, sus cualidades humanas son aplastadas por el sistema.
Entonces, al revertir la propiedad social, el madurismo regresó definitivamente el país al capitalismo; ¡que ironía!, el "presidente obrero" trajo de nuevo al sistema de explotación de sus hermanos de clase, al infierno de la lucha de todos contra todos, al enriquecimiento desmedido de unos pocos y la esclavitud de muchos, al desempleo y la explotación, al reino del egoísmo, del hombre lobo del hombre. La traición al camino de Chávez no es simplemente un asunto económico, se trata del asesinato de la espiritualidad socialista, del humanismo.
En la lucha por regresar al camino de Chávez, que es la lucha por la felicidad de la Patria y también por construir un ejemplo, una demostración de que otro mundo diferente al infierno capitalista es posible, se debe tener en cuenta esta experiencia: lo principal es la espiritualidad socialista, la economía le sirve a este propósito, las dos (economía y espiritualidad) forman un complejo.
¡VOLVER A CHÁVEZ!