Las encuestas son claras, la sensación en la calle lo confirma: el estamento político está agotado, desligado de la masa, fracasó. El madurismo se transfigura, recicla sus desteñidas piezas, cambia para seguir igual; inventa fórmulas de gobierno que fracasan antes de empezar, como el 1x10, su acción es sólo mediática y la desmiente la terrible realidad. No le valen excusas, buscar culpables.
La derecha gringa, alacranes y otros especímenes, fracasaron al nacer; son una descarada franquicia gringa, no tienen personalidad. En lo fundamental, la economía, no discrepan del gobierno; en la política, bailan la música que viene del norte.
El país está a la deriva, en cada rincón aparece un podercito, un pequeño pranato que hacen y deshacen de acuerdo a sus propias leyes. Se vive un "sálvese el que pueda", "el que lo agarre es de él". La economía en el suelo, a pesar de la ficción de recuperación, un éxodo de millones y contando, certifican el fracaso del gobierno.
El madurismo y la derecha apátrida no consiguen ponerse de acuerdo para resucitar el cadáver de la cuarta república, a duras penas se dan la mano y ese suceso se presenta como un triunfo, se reúnen en México las delegaciones que no representan al país, ni a nadie, ellos no tienen que decir, repetirán lo que les venga de los centros de poder mundial, de los gringos, de los rusos.
En el vacío de liderazgo, de proyecto nacional, crece la tempestad. Vienen tiempos borrascosos, de definiciones, de desenlace de la crisis. El país agoniza en manos ineptas, la mediocridad se apoderó del cuerpo político, vamos camino al caos que se cuece a fuego lento. Es hora de actuar, para no tener lamentos en un mañana terrible. Las elecciones burguesas, que gobierno y oposición fraguan como salida a la crisis, no están funcionando, no engañan, las encuestas sólo reflejan la debilidad de ellos, no tienen liderazgo, y no tienen proyecto más allá de la rapiña, la gente busca referencias en otro lado.
Si los revolucionarios, los chavistas, los justos no actúan, si se quedan congelados como hasta ahora, entonces, lo peor de la sociedad tomará la conducción, se verán horrores. Al capitalismo, en estas circunstancias le queda la carta del fascismo, de un pinochet, ese es el dilema de estos tiempos de tempestad: Socialismo o barbarie.
Se debe detener la barbarie, al fascismo, de la única manera que eso es posible: con Socialismo. Hoy, como nunca, se debe aplicar aquella consigna de Chávez: "A cada ataque de la reacción profundizar la Revolución". Y hoy la Revolución sufre el ataque combinado de la derecha gringa, por un lado, y del madurismo por el otro flanco, este le ha infringido un daño importante a la causa socialista, debe ser desenmascarado todos los días.
Los Comités de resteaos con Chávez deben constituirse en instrumentos Chavistas, Socialistas, Antifascistas. La hora impone a los venezolanos el reto de parar al fascismo, parar la entrega del Socialismo, del país a los intereses imperiales con cualquier signo. De lo contrario la barbarie nos devorara.
¡SOCIALISMO O BARBARIE!