La belleza cambia de tono para una parte de la revolución que en un tiempo y con Chávez al frente, la conocimos como la revolución bonita. En lo personal, le daba a esta condición de revolución bonita, una imagen o figura, muy conectada con un proceso político, cuya esencia eran ciertos principios y valores. Podía ser chaparrita esta revolución, pero así de chaparrita, ella debía tener su encanto.
Creía, que, al estar vestida con principios y valores, era un acompañamiento suficiente para hacer las cosas que se propusieron (nuevo modelo productivo y un nuevo modelo político fundado en la participación protagónica) de una manera eficaz y eficiente.
Nunca me imaginé, que el llamado "Zar de la Belleza", Osmel Sousa, estaría apretándole a la revolución la cintura y metiéndolo a juro dentro de unas especificas medidas de 60, 90, 60. Tenía otra idea. Pensaba que el libro azul (por ejemplo) o Golpe de Timón sería un recurso, que el poder popular tendría muy cerquita a la mano para oportunamente y bajo la pauta de la constitución, irle colocando los puntos sobre las íes a la revolución e irla haciendo cada vez más bonita.
No me pasaba por la mente, que la revolución femenina con el consentimiento de las mujeres revolucionaria del PSUV, había "omelsizado" la belleza femenina y, en consecuencia, una mujer es bonita, si ella logra alcanzar unas determinadas medidas. Si no es capaz de alcanzar los centímetros que indica el zar de la belleza, no es bonita. No sabía que la mujer venezolana, lo es, si tiene esa imagen que Osmel ya previamente instaló.
El ministro del área, que sin lugar a dudas es chavista, nos dijo que la imagen de Conviasa sería la imagen de la mujer venezolana: "El cambio de imagen de la aerolínea proyectará la imagen de la mujer venezolana en cada uno de los destinos internacionales que actualmente opera la línea aérea". No me explico de verdad, cómo una revolución patriota e indígena, tiene una idea de la mujer, bajo la orientación ideológica del zar de la belleza. https://www.aporrea.org/actualidad/n374764.html
Haber visto al zar de la belleza, muy atento y sonriente ante el proceso de medir y pesar a las mujeres, fue una cosa en el fondo muy triste. ¿Cómo la revolución bonita y feminista pudo llegar a esto? pic.twitter.com/2rMQQ1pVrM
Tenía entendido, que el problema de Conviasa era de "pequeños" retrasos en la salida y llegada de los vuelos, pero estaba equivocado. El asunto es que las mujeres que están trabajando en cabina deben tener un peso, unas medidas específicas y un pelo que vaya en correspondencia con el criterio de el zar de la belleza.
Tal vez, si hubiesen pensado antes en Osmel Sousa, la revolución bonita no estaría hoy en estas circunstancias y el despelote con las empresas del Estado, no sería el que tenemos. El asunto no es político ni por falta de ética. El problema es de imagen.
Ya me imagino a Chávez brincando en una pata en el cielo y pidiendo que Osmel Sousa sea contralor.