Habíamos hablado de los neutrales, de "los que no se comprometen con nadie ni nada". En ese grupo se encuentran los seguidores del comité Carlos Lanz. Encienden sus antorchas revolucionarias solo con los mártires; pareciera que sin mártires no hay revolución, con "gente viva", para ellos, todo es sospechoso, todos somos potenciales traidores, corruptos… ¡menos los comités…! (los que sean…) Apoyar a "muertos" garantiza la pulcritud moral de sus causas.
Chávez ha sido el intento más serio de hacer una revolución socialista en este país, sin embargo "los comités…", eso que llaman "izquierda", dudan de su rectitud política y como hombre. Siendo así ¿cómo podrían creer en otros líderes menores, por ejemplo, líderes en su antiguo equipo de gobierno, ministros y aliados, Ramírez, Giordani, Navarro o Ana Elisa Osorio, etc., o de cualquier otro ser humano del viejo equipo de Chávez (por supuesto, que ahora no esté con Maduro, que ellos dan por descartados)? Estos seguidores del "comités Carlos Lanz…" (que parece ser una distracción de los criminales) llevan la revolución "dentro" como algo acabado, como una gema preciosa que no se debe estropear con el contacto de los seres vivos, con la realidad, con la "humanidad".
El caso Edmundo Chirino y Roxana es un buen contraste. Este otro affaire del siglo produjo una condena hacia el psiquiatra, compartida entre mucha gente de izquierda con la derecha. Era natural pensar que un médico psiquiatra, que hablara con tanta afectación y sumando tantos enemigos en todos lados, terminará, a ojos vista, siendo un asesino tan calculador, tan perverso, "disfrazado de revolucionario". Sin embargo, ahora, con el caso Carlos Lanz "hay que esperar los resultados de la investigación", porque les resulta "insólito", "inconcebible", a esta izquierda "de comités", que su propia familia haya conspirado para matar y hacer desaparecer a Carlos Lanz, "un revolucionario irreprochable", como dicen algunos… hasta que conocemos parte de su familia; es imposible que una motivación "tan vulgar" haya acabado con la vida de Carlos Lanz, y no una conspiración imperialista, el Mossad, la OTAN, etc. Así mismo, hace rato muchos dejaron de leer al filósofo francés Louis Althusser después de asesinar a su mujer… Pareciera que, para estos seguidores de comités y los comités, los revolucionarios deben estar muertos o ser almas incólumes, que se encuentren más allá de la humanidad. Por estar muerto se salva la reputación de Carlos Lanz, pero ahora queda la de su familia y allegados acusados de su asesinato... "¡Imposible que sea cierto!", grita Marea Socialista.
En resumen, a Carlos Lanz el gobierno lo manipuló en vida, lo "usó", con y por sus teorías conspiradoras, y los comités Carlos Lanz, lo aprovechan ahora muerto. Vendrán las apologías, los minutos de silencio, y pasos redoblados el 24 de julio en su honor, etc.
Pero, como si fuera poco lo que está pasando con esta izquierda escéptica y "aséptica", que no se compromete con nada ni nadie (si no está muerto), ahora con el drama del asesinato de Carlos Lanz y la resistencia a aceptar que ellos, los "revolucionarios" también son humanos y capaces de asesinar a la gente, el resto del chavismo y de la población, acostumbrada a no creer, en dudar de los políticos y su entorno, más nunca creerá en nadie, ni en nada, diciendo "más vale conocido que viejo por conocer" … Por la estupidez de enseñarle a la gente que la revolución es tarea de seres "imposibles" (como ellos) y no de seres humanos (demasiado humanos), arriman a la sociedad cada vez más hacia el fascismo. Más que hipocresía, esta resistencia a la verdad huele a pacatería, de los que prefieren los muertos a los vivos.
Cualquiera asesina a otro por motivos "fútiles", como dice el código penal. Sin embargo, asesinar por dinero y trampas, es lo que enseña el capitalismo y la hipocresía pequeñoburguesa. De trampas y codicia es de lo que se acusa como móvil del crimen de Carlos Lanz a los. ¡Cien años de perdón a Chirinos y a Althusser, que mataron por amor o algo parecido!, pero matar por codicia (si es el caso), llamándose socialistas es una extravagancia de la hipocresía, una degeneración política. Solo una persona poco honesta, desconocida para sí mismo, no puede creer que haya sido su mujer la que (presuntamente) matara a Carlos Lanz, por dinero (o por cualquier otra razón).
Y lo más ridículo es que muchos de los seguidores de los comités Carlos Lanz, piensen que el mismo Chávez fue un tipo torcido, junto a sus fieles, hoy acusados de corruptos, traidores, etc. por ellos, por los maduristas y por la derecha mansa al imperio. Su consigna es: "cada vez que conozco a los hombres (humanos) quiero más a mi perro", como si ellos fueran incapaces de matar, aunque sea por amor, pero mucho más por dinero, o, peor, por miedo; como si estuvieran libres de las pasiones humanas, incluyendo las más vulgares.
Lamentablemente para ellos, la revolución es un acto de honestidad y de control; que uno suele llamar consciencia. Sin esa consciencia no valen pintas, marchas, discursos, nada de lo que se haga para defender una causa justa. Al contrario, cualquier causa justa se desmerita impulsada por hipócritas y farsantes.
¡VIVA CHÁVEZ EL HOMBRE, VIVA LA HUMANIDAD Y EL SOCIALISMO!, ¡ABAJO LA PACATERÍA PEQUEÑOBURGUESA DE LOS IZQUIERDISTAS!