Te quitan lo que es tuyo y, ante tu furia, lo regresan, después piden sumisión

Es la historia centenaria de las luchas reivindicativas: distraer a los esclavos, darles una limosna de lo arrebatado, y que apoyen la esclavitud.

Este cuento lo aplican aquí en Venezuela los expertos, los otrora gestores sindicales y ahora renegados en funciones de cónsules de los imperios. Dilapidaron la fortuna que Chávez les dejó, mataron a la gallina de los huevos de oro negro, acabaron con la producción, liquidaron la moral de combate, estimularon la prebenda material. Ahora, con el país quebrado, tienen que detener las protestas populares, evitar que enfilen contra el gobierno.

El capitalismo necesita un plan de ajuste cruel, el madurismo se ofrece a aplicarlo. Combina la represión con la felonía del sindicalero. Amenazan con los viejos cabilleros de la cuarta, meten preso a los líderes, neutralizan a otros, y simultáneamente aplican el gran truco: planifican un presupuesto capitalista recortando los beneficios a los trabajadores, haciendo que paguen, protegiendo a los capitalistas, reduciendo el Estado, dando libertad a los empresarios. Y cuando los trabajadores protestan en la calle, sueltan a sus obedientes sicarios televisivos, despotrica el presidente en la televisión contra sus antiguos compañeros de la izquierda, ya no tienen a quién culpar.

No pueden contener la protesta que amenaza con hacerse política, es decir, con cuestionar la presidencia y hasta al sistema. Entonces, suelta un poquito el lazo. Saben que en esa tira y encoge la gente se distrae, y el sistema sobrevive.

Entretanto, el plan capitalista avanza, entregan a la petrolera, ceden trozos de territorio, liquidan, aplastan los adelantos socialistas, la mayor conquista de la humanidad, los pasos hacia una sociedad fraterna, sin explotación. Obligan a millones a salir al mundo a buscar lo que aquí les está negado: un sentido a la vida, un futuro. Se sienten seguros, el engaño funciona: nos quitan un mundo y nos devuelven un granito de mostaza.

Pero sólo por ahora, la realidad no son los programas de televisión, la realidad es definitiva: este gobierno no puede dirigir este país, no quiere, no sabe, sólo destruye, vende los restos a precio de chatarra, y se contenta con llenarse los bolsillos de dinero sangriento. Este gobierno destruye la Patria, arrasa con todo. Inevitablemente seguirá la crisis, las condiciones de vida serán cada vez más difíciles, y el gobierno capitalista, sea este o cualquier otro, tendrá que reprimir, las gotas de agua en el desierto no calmarán la sed de la sociedad.

En estas circunstancias es deber de los dirigentes chavistas, revolucionarios, dirigir el descontento hacia objetivos de cambio verdaderos, encumbrarse sobre las protestas, y esa energía social colocarla en función de un cambio radical. Las condiciones son propicias para avanzar en la reconstrucción de las relaciones sociales alternas al capitalismo, creador de miseria espiritual y material. Ese es el dilema hoy, volver al Socialismo, volver a Chávez o caer en la barbarie.

Los trabajadores deben adquirir conciencia que su mayor reivindicación es el Socialismo, la superación del capitalismo. Y deben adquirir conciencia de que la lucha hoy en el país es por volver a Chávez, al intento socialista del Comandante, derrotar, derrocar la entrega del capitalismo madurista. Esa es la mayor reivindicación de hoy, ese es el reto de la dirigencia y la masa.

¡VOLVER A CHÁVEZ!

 

 



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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