El día estaba lluvioso, pero el periodista tenía que llegar hasta la población de Altagracia y visitar el negocio del señor Mauricio Marín, para comprar unos repuestos de una tubería que se le había roto en las afueras de la casa, y así lo hizo cuando el aguaceros amainó.
En ese recorrido que hizo, que tiene que pasar por la ciudad de Santa Ana, cuna de la III República, iba pensando el porqué a veces no se sabe muchas cosas para no depender de otras personas para que reparen las fallas caseras, pues a veces éstas están ocupadas o no se encuentran disponibles y así el problema angustia y deprime. Pero bueno, así están hechas las cosas en este mundo.
Una vez realizada pues la diligencia, llegó a su casa donde lo esperaba el plomero y su perro Pipo, que siempre que sale, queda con la angustia de que le vaya a pasar algo y por eso cuando llega, la alegría le entra en todo el cuerpo y le hace mover aceleradamente la cola.
El plomero y el periodista se dedicaron a solucionar el problema del tubo roto y el primero al termina, se marchó y el perro Pipo, abordó al periodista y le preguntó: ¿Juancho qué es eso del día de la resistencia indígena?
El periodista observó a su perro y se dedicó a comentarle: "Mira, Pipo, eso es una cosa que de verdad es espeluznante y decir que aquí antes celebraban esa matanza y no le decían así como tú la llamaste, sino el día del descubrimiento de América o el día de la raza, cuando en realidad eso no fue tal, sino un genocidio que cometieron unos canallas que vinieron España que con el afán de riqueza, cometieron los miles de desafueros que se puedan cometer, como violaciones, decapitaciones, quemas de hombres, mujeres y niños, asesinatos de infantes amamantando y así otro montón de barbaridades que mejor no te sigo contando, pues esos desgraciados fueron capaces de asesinar a millones de inocentes aborígenes. Y hoy es lo que se conoce como el día de la resistencia indígena, aunque no hubo, para mí, una férrea resistencia contra aquellos grandes carajos".
El perro al ver al periodista un poco alterado lo dejó tranquilo y Juancho Marcano, se dedicó a leer noticias en su celular.
