Cuento o razón

¿Los difuntos se deben enterrar rápido?

El periodista Juancho Marcano, apenas marcó el teléfono y al preguntar algo se sorprendió, se despidió y corto la conversación. Rápidamente agarró para su habitación, se dirigió al baño, se duchó y luego se vistió ligeramente y se acercó a su carro, lo prendió y salió, luego de abrir el portón, dejándole dicho a su esposa para donde iba y el porqué de aquella salida tan repente.

Tiempo más tarde, regresó a su hogar y le contó a su esposa como había estado aquello donde estuvo presente y su compañera estuvo de acuerdo que a veces esas cosas se hagan lo más pronto posible, total, ya no hay remedio. El periodista también opinó lo mismo y tal vez cuando se llegue la hora, que hagan lo mismo con él.

El pero Pipo que oyó la conversación, pero no entendió de qué se hablaba ni mucho menos el motivo de aquella salida del periodista tan rápido, no tardó en interrogar al reportero: ¿Juancho por qué saliste tan rápido y dónde andabas?

El periodista que ya está acostumbrado a las preguntas de su perro, no objetó el comentario y se decidió a responder: "Sucede, Pipo, que andaba para un entierro de un señor que fue amigo y vecino de casa de mi mamá en mis tiempos de niño y juventud y tuve que salir rápido, porque esa persona se murió en la mañana y ya en la tarde fue el entierro y yo lo supe a última hora y tuve que salir corriendo, y eso fue así porque la persona fallecida así lo pidió.

- ¿Juancho y la persona antes de morir, pide que lo entierren rápido o que tarden?

- Hay gente que pide que lo entierren rápido, sin embargo en ese sepelio donde estuve con un amigo, me decía que iba a decir a sus familiares y amigos, que lo velen un día en la casa, otro día en el corral, donde hacía sus sancochos con sus amigos, con mesas de truco y dominó y bastante bebidas, y el otro día lo lleven para el estadio donde jugaba pelota y haya un partido entre dos equipos y la urna que la coloquen cerca de segunda base, y si quieren seguir la fiesta, que lo lleven al otro día para la Concha Acústica y contraten un conjunto gaitero.

El pero escuchó aquel comentario y la risa de Juancho, y mejor optó por comerse su ración de perrarina y dejar a Juancho que no siguiera con historias crueles.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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