Venezuela, luego de la traición a Chávez, después de abandonar el camino al Socialismo, entró en una fase de intento de estabilización política del capitalismo ya restaurado en lo económico.
Vivimos época turbulenta, la estabilización tiene un costo, algunos se quedarán en el camino, algunos pagarán ese precio. Es un camino lleno de contradicciones, en el campo del gobierno y en el campo de la oposición, en lo nacional y en lo internacional. El madurismo, ya lo hemos dicho, al carecer de principios, de estrategia, se mueve en el campo de lo personal, del arrebatón, de la inmediatez, del sálvese el que pueda. Ya demostró su visión corta, con el cambalache de gerentes petroleros de citgo, por los familiares. No dudará en tirar a la hoguera a quien hubiere que lanzar para salvar los intereses de la costra.
Las contradicciones en el madurismo son muy fuertes, se trata de la sobrevivencia. La estabilización exige culpables. Ya los voceros de los gringos advierten que la amnistía propuesta no puede ser para todo el mundo; además, para agudizar las contradicciones, descalifican a maduro como candidato a la presidencia. La confrontación es abierta. Los más alejados al núcleo de Miraflores no tienen dolientes, y maduro y sus allegados ya no son intocables, aquello de "lo que diga nicolas" se lo llevó la emergencia, ahora la consigna es "sálvese el que pueda".
El madurismo entra en una etapa de angustia, todos se examinan los rabos de paja, los cabos sueltos. Todos pueden ser acusados, todos se cuidan, ya no hay resteados, el culillo es la norma. Los subalternos se sienten más débiles y se cuidan más, no es aventurado pensar en mensajes en botellas lanzados al norte. Se acercan tiempos de estampidas, es suficiente un desliz, un signo de debilidad para que todo se precipite barranco abajo. El saludo forzado a kerry el gringo causó una mala impresión en las filas maduristas, aquello quedó como una debilidad, un pedido de indulgencia, un toque a estampida.
En lo internacional todo pinta muy mal, el "nuevo mejor aliado", petro -ya lo declaró el embajador de Colombia- está funcionando como un instrumento de los gringos. Los rusos y los chinos trabajan en los subterráneos, pero la contradicción geopolítica está presente, pronto asomará la cabeza.
La oposición gringa, guaidó y su combo, se comportan como estaba previsto, saben que el poder se tambalea, y pelean como niño en piñata, se tiran al suelo por una recompensa, el espectáculo es deprimente. Lo determinante en esa disputa es la voluntad de los gringos, el departamento de estado es el gran elector, no valen primarias ni otros inventos, ellos escogen.
La situación es de alta tensión, todo se desmorona, hay grietas, y para recordar a Gramsci, en "ese claroscuro surgen los monstruos". Si los actores políticos de la derecha no se ponen de acuerdo, si no son capaces de restituir un poco de legalidad, como todo parece indicar, no podrán estabilizar al capitalismo y entraremos en una etapa revolucionaria. Entonces, el dilema será ¡Socialismo, Chávez o barbarie!
¡VOLVER A CHÁVEZ!