"En política se está en contacto con la mugre
y hay que lavarse para no oler mal"
Enrique Tierno Galván
Una buena amiga, a quien conocí en una fiesta hace más de 40 años y en varias oportunidades tuvimos la oportunidad de mover el pie al son del ritmo de moda en aquellos tiempos: la salsa o ritmos caribeños y además los joropos tramaos. Buena bailadora, adeca hasta más no poder y yo políticamente todo lo contrario, pero no entendíamos en la pista y eso bastaba para no hablar nada de política en ese momento, para no alterar los pasos al compás de las "Las estrellas de Fania" o el arpa, cuatro y maracas. En días pasados me la consigue en el centro de la ciudad y mi sorpresa fue mayúscula por la euforia y lo convencida de lo que estaba diciendo ¡Estoy resteada con Maduro! ¿Y eso por qué, por lo buen bailador? Por momento calló, para responder pausadamente ¡Eso, es lo de menos! Hizo una breve pausa ¡El que no entienda esto, es por bruto, ciego o el veneno trasmitido por las redes le taponeó el razonamiento, porque el imperialismo hace y deshace!
La conversación se fue alargando en la acera de la avenida bajo un sol, que iba calentando, haciendo sudar, como si estábamos bailando. El diálogo se convirtió en un monologo. Solamente ella hablaba y el que escuchaba estaba aprendiendo, pero a la vez dándole la oportunidad a una persona, que se vestía de blanco con boina y todo en las romerías, tan orgullosamente, como si estaba exhibiéndose en un concurso de belleza. Se estaba desahogando de manera muy sincera, haciendo énfasis en algo, que todavía muchas personas no quieren entender ¡Me molestaba, cuando escuchaba hablar del imperialismo; me parecía un invento de los comunistas! Hablaba y con la mirada le daba el visto bueno. Al referirse al comandante Chávez, no pude contener la risa ¡Dígame Chávez, no quería que me lo nombraran, porque todo lo que hablaba lo relacionaba con el imperialismo!
En el momento que apretó la temperatura, daba la ligera impresión de haber recargado el sol las baterías; la compañera me insinuó meternos debajo de un toldo de una tienda muy visitada, y ese momento lo aproveché para recomendarle el libro del profesor Vladimir Acosta (El monstruo en sus entrañas). Mi sorpresa ¡Lo estoy leyendo, desde que hablaste de ese interesante estudio en un artículo, me parece que, desde ese momento empecé a entender lo que significan los gobiernos de los Estados Unidos y el imperialismo en su en sus arrebatos de poder! En cada expresión se le notaba el regocijo por lo que hablaba ¿Qué crees tú, que me voy a pasar el resto de la vida ciega y adeca sin pensar, culpando a los verdaderos luchadores por lo que pasando?
La mujer se empezó a despedir, cuando llegó un amigo y lo primero que hizo fue darle un fuerte abrazo envuelto en besos, que daba la impresión de estar enamorados. Pero el verdadero motivo era una experiencia familiar y muy común, desde el mismo momento, cuando el gobierno de los Estados Unidos arreció los ataques contra nuestro país y prácticamente el bloqueo nos puso contra la pared, pero sin rendirnos y buscando las maneras de salir de un momento bastante comprometedor. El hermano del recién llegado la enamoraba, pero le hizo la cruz, porque es un caso para contar y sirve de ejemplo, como la ignorancia, las redes y el aparato mediático del imperialismo le borra de la mente a las personas los beneficios del gobierno venezolano y de manera especial al cubano, ya que, en la isla de la libertad le devolvieron prácticamente la vista y ahora habla peste, hasta por los codos de Fidel, Chávez y Maduro.
Nos despedimos, como si estábamos saliendo de un salón de clase de muchos años atrás, donde aprender era una verdadera competencia por sobresalir. La ortografía y la caligrafía era celosamente vigilada por los maestros. La participación en política era muy poca, porque las luchas provenían especialmente de los sindicatos y por eso los alumnos, cuando entraban en las universidades empezaban a escuchar la palabra imperialismo, como si los revolucionarios y los comunistas las sacaban de los bolsillos de los pantalones y muchos eran apresados o desterrados. Por eso alegra oír a una mujer transformada de pensamiento referirse con toda la sinceridad de algo que desconocía, tan real, peligroso y causante de tantas muertes en el mundo, aún, cuando el Libertador Simón Bolívar, hace 192 años nos alertó sobre el peligro de los gobiernos de Estados Unidos, que, no es otra cosa: el imperialismo anunciado por el gran Simón.