El estamento político venezolano está destartalado, se cae a pedazos. Las intrigas de poca monta, las mentiras constantes, las zancadillas de pandillas hueras, las ilusiones fracasadas, las groseras medidas distraccionistas conforman un cuadro de descrédito que priva al estamento político de su importancia, de su eficacia.
El madurismo intenta empinarse sobre sí mismo y recomponer un pacto político del capitalismo. Sin embargo, su naturaleza marginal lo traiciona, en medio del camino se le sale la clase y pone la torta, todo lo echa a perder. Así va a México, muy comportado, pero incorpora a la esposa de saab, es un primer síntoma de bajas intenciones; allá firma un acuerdo y aquí le cae a patadas. En Miraflores se reúnen con una oposición ficticia que a nadie engaña, y llegan a acuerdos bufos. Así, de embuste en embuste, de fingimientos y simulaciones, el gobierno madurista pierde credibilidad, no puede cumplir su papel.
La otra parte de la complicidad gobernante, la oposición gringa, cae víctima de sus apetencias egoístas, no terminan de construir una imagen seria, se les transparenta la fragilidad de sus prédicas, se les ve el puñal escondido en la espalda. El rebaño se dispersa sin pastor.
El país va, errático, sin timón político. El desastre económico desmiente la propaganda madurista. La recuperación del país tan publicitada por los medios duró unos pocos días, ya el dólar va para 15 y contando, ahora no encuentran a quién culpar, no pueden acusar a los gringos, son sus socios, y los colombianos volvieron a ser hermanos, y las iguanas no comen dólares.
El país se acerca al abismo, sin mando político, sin estabilidad económica el pronóstico es la profundización del caos. Una chispa puede causar un motín, como aquel de febrero, la pradera está seca. Más allá de la voluntad de los individuos, la violencia se asoma en la solución de esta crisis total que reclama medidas extraordinarias. Es deber de los políticos serios, los hoy marginados, alertar y preparar a la población para lo que viene, guiarla hacia tierras de futuro.
En esta situación de oscuridad, cuando todo parece perdido, surge la luz. Es así, las crisis son revolucionarias. Tienen la palabra los dirigentes y la masa, de ese binomio depende el futuro, en lograr la conexión masa-líder está la clave del éxito. Un líder sin masa poco puede hacer, una masa sin líder no va más lejos que la inmolación o la sumisión. Los líderes tendrán la grandeza de las ideas que los guíen, de allí dependen conductas y metas, las masas tendrán la grandeza de sus líderes. El destino de las masas, el futuro grande, hermoso, humanista de una Patria, nacerá de saber identificar a los grandes líderes, a los guiados por ideas altruistas, humanistas, a los hombres del futuro, a "los animales de galaxia".
¡CHÁVEZ VOLVERÁ EN EL SOCIALISMO VERDADERO!