Mi palabra

¡Feliz año nuevo! Usted pone lo demás

"Aprende del ayer,

vive el hoy,

espera el mañana".

Albert Einstein

En un diciembre despidiendo el año le escuche a una médica ¡la felicidad la cargo yo! Esta profesional es de origen italiano, pero tan venezolana y amante de nuestra música, que disfruta el repertorio musical de Reynaldo Armas, como un joven de esta época oyendo esos ritmos alocados, que espantan a cualquiera, entre ellos los vallenatos, casi todos tocan el amor, pero de manera nada sublime, ya que, el despecho resalta y muchos grupos familiares se convierten en coros de voces, al extremo de pasar de unos aficionados a unos fanáticos de estos géneros musicales por demás desenfrenados, repitiendo composiciones sin darle el verdadero valor al sentido del amor y los sentimientos.

Parece imposible despedir y recibir el nuevo año sin música, porque uno de los ingredientes en una celebración, son las expresiones musicales y todo depende del momento. El carnaval tiene sus ritmos, así, como la semana santa, aún, cuando a la hora de celebrar todo pasa en la mayoría de los casos por el alcohol y entre más estridente y sentimental es el ritmo, el calor es más intenso y cuando toca bailar, las emociones se desbordan, porque al final tienen algo de sensualidad. Pero lo más triste, es que grandes voces de intérpretes de Aguinaldos y Villancicos una tradición, que nos recuerda la época de niños y adolescentes, pero además nos revivía a nuestro gran amigo Jesús de Nazaret, tal cual, como era: un hombre de carne y huesos, han desaparecido de los medios audiovisuales: Morella Muñoz, Jesús Sevillano, Serenata Guayanesa y tantos otros, que escapan de la memoria y nos convertían la navidad en algo muy hermoso, incluso en los hogares más humildes.

Estamos a punto de decirle ¡Hasta luego! a un año marcado por la tortura del dólar y precisamente en diciembre arreciaron el sufrimiento para terminar de vaciarles los bolsillos a las personas de menos recursos, a tal punto, que la raquítica pensión se está convirtiendo en agua, ya que, por el ritmo de la subida de la moneda gringa, no va alcanzar ni para la sal. Sin embargo, el esfuerzo del gobierno por mejorar la situación nadie lo puede negar, pero para la oposición nada cuenta y todo lo torpedean, hasta las luces alusivas a la navidad tratando de rescatar una tradición la cuestionan de manera enfermiza. Y, cuando no hacen nada, la crítica se convierte en un escándalo en todas las redes sociales ¿y entonces en qué quedamos?

Todo se puede comprar, si hay el dinero necesario, pero la felicidad es casi imposible, así, tenga montones de billetes verdolagas almacenados, porque depende de la parte subjetiva o el estado de ánimo de cada quien y menos sí está enfermo. Cuando despedimos un año y nos preparamos para el nuevo, debemos tener presente la cantidad de contratiempos y obstáculos despiadados puestos por los gobiernos de los estadounidenses buscando despertar el apoyo, que nunca han tenido, pero los vende patria y conocedores del fantasmagórico "sueño americano" a través de los dólares robados se han prestados para despertar algo que no existe, pero lo quieren presentar, como real.

En ese mensaje perverso se encierra todo. El imperialismo no puede dejar libre y menos progresar a países, que han mantenido sometidos económicamente. A Cuba le impusieron un bloqueo, desde el mismo momento de su liberación, repudiado y rechazo por todo el mundo. A Venezuela, cuando el comandante Chávez agarró las riendas se las ingeniaron para dejar pasar poco tiempo, hasta que se dieron cuenta, que el pensamiento puesto en la práctica no era juego. Empezó a florecer y alumbrar la prosperidad, como un arbolito de navidad, los que se iban, eran a raspar tarjetas y regresaban con el boleto en la mano para emprender nuevo viaje. Aunque para muchos fue un error garrafal. Sin embargo, hasta ahí, todo era color de rosa.

Se presentó lo inesperado y todavía no está claro: la muerte del comandante en medio de los planes acelerado del imperialismo por acabar cualquier vestigio del proceso bolivariano. Empezaron convirtiendo al país en una sucursal del banco federal de los Estados Unidos, con una dolarización impulsada precisamente por los vende patria y además se presentó la pandemia del Covid-19, creando una situación sin precedente, lo que les permitió aprovechar para promocionar "el sueño americano" y muchos falsos revolucionarios crearon el anti-Maduro para tratar de satisfacer sus apetencias personales, provocando una estampida de migrantes, la gran mayoría de ellos no sabían para donde iban, hasta conocer lo que muchos están viviendo: una verdadera tragedia. Nadie puede entender, cómo una mujer con una niña en brazos se arriesgue a cruzar un rio; eso lo incitó el cuento de nunca acabar y además la poca conciencia convierte al veneno en algo fácil de tragar, como un verdadero sediente en un desierto: el paraíso estadounidense.

Son bastantes los que han regresado a su terruño y a todos los recibimos con los brazos abiertos, para desearles que reciban un año lleno de mucha salud y felicidad, lo más valioso en la vida, ya que, a pesar de lo complicado de la situación, incitada por una oposición, que aplaude cualquier movimiento del gobierno gringo, pero muchos de ellos están sufriendo los efectos del dólar, a pesar que, hasta hace poco los agarraban y apreciaban más, que una bendición de madre. Ahora, empiezan a entender el poder de una guillotina utilizada precisamente para someter a los pueblos. Lo más mínimo está cerca de un dólar o por encima. Celebramos en medio de la crisis los días navideños en sana paz, pero ha costado sangre, sudor y lágrimas, por eso hay que profundizar la lucha por hacer valer nuestro sagrado suelo patrio: la soberanía, que tanto ha costado.



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Narciso Torrealba


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