Cuento o razón

Hay que recordar los momentos felices

El periodista Juancho Marcano, llegó a su casa luego de hacer unas diligencias en Porlamar y cuando estaba arreglando las cosas que compró, sintió la corneta de un carro y tuvo que salir para ver quién era, y al ver que era un viejo amigo, se abrazaron y lo hizo pasar. Ahí estuvieron conversando un rato y riéndose de muchas cosas. Eran muchos los recuerdos y los momentos vividos tanto en primaria, como en el Liceo y en la Universidad, y por tanto había bastante tela que cortar en esa conversa que lamentablemente tuvo que terminarse porque el citado amigo tenía que seguir para hacer otros asuntos que le impedían tardar más tiempo en la casa del reportero.

El perro Pipo que había estado sentado cerca de donde conversaron los amigos y escuchó las carcajadas de ambos, rápidamente abordó al periodista: "Juancho para decirte la verdad, te noté que estabas muy contento con la conversa con ese amigo que hoy vino a visitarte, por lo cual me alegro, porque al fin y al cabo he escuchado que esa debe ser la vida, o sea disfrutar los ratos con los amigos y más aún cuando ya se tiene cierta edad que la soledad es como una flecha que te clava el tiempo en todo el corazón. Pero dicho esto, sobre ¿qué hablaban, Juancho?"

El periodista que aún tenía los rastros de la sonrisa en su boca, observó a su perro, y antes de contestarle su interrogante, le dijo: "Ah, Pipo, si supieras por las cosas que tenemos que pasar los humanos en esta vida, no te sorprendieras tanto por lo que a veces escuchas. Por eso, fíjate, por ahí leí que los momentos felices son los que se recuerdan, aquellos instantes que en verdad nos hicieron sufrir, hay que desecharlos y borrarlos del cuaderno de la vida, por tanto con ese amigo hoy yo conversé sobre ratos muy felices que pasamos en nuestros años de estudios, y que fueron bastante, pues estudiamos juntos en la escuela, en el liceo y en la Universidad y te podrás imaginar las tantas vivencias que tuvimos unidos, y también, claro, los momentos que fueron de sacrificio y hasta de tristeza, pero que eso lo dejamos atrás, y nos quedamos con aquellos que nos hacen reír y reír para volver a disfrutar otra vez de esos ratos. ¿Entendiste?"

El perro lo observó y dio a entender que había comprendido y se retiró porque la esposa del Periodista lo estaba llamando.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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