Echemos números, evaluemos.

Saquemos cuentas

Jueves, 26 de enero de 2023.- Echemos números, evaluemos.

Nuestra propia ignorancia puede que muchas veces nos someta a andar sedientos, a pasar sed, mucha sed, aun cuando estemos viviendo sobre un acuífero, sobre un inmenso lago de agua dulce, esperando por nosotros.

Ocurre muchas veces.

Saquemos cuentas.

Materia de contadores, del débito y del haber, del estado y el balance de los libros.

¿Cuál es el saldo? ¿Cómo va el negocio?, el negocio de la vida.

Hagamos números con sentido realista y veamos sencillamente cómo nos está yendo en esta aventura que llamamos existencia.

Pero, ahí va, el primer pero.

Pero, hagámoslo, y esa es la propuesta, desde lo que vemos, desde lo que tenemos, desde lo que hay, lo que somos y lo que hemos logrado en este transcurrir que nos abarca.

Saquemos cuentas desde lo que tenemos, desde lo que hemos logrado y no al contrario, como suele suceder, como solemos hacer, no desde lo que no tenemos, desde lo que carecemos, replanteemos nuestra contabilidad.

No seamos recurrentes en nuestros errores.

Hagamos un alto y cambiemos ese mal hábito de sacar las cuentas de la vida desde lo que nos falta, viendo siempre lo que no hemos logrado, martirizándonos con reproches sin fin, enumerando en cuentas sin cesar aquellas cosas que nos faltan, y no sigamos en ese rumbo y replantemos el método, hagamos lo opuesto, contabilicemos desde lo que hemos logrado en nuestras vidas, desde lo que hemos alcanzado, desde donde estamos.

Revisemos los procedimientos que usualmente utilizamos, los puntos desde donde partimos en nuestra contabilidad social, personal.

Reformulemos, por muy difícil que parezca, por muy empinado que sea el trayecto, redefinamos nuestra forma de evaluar nuestra propia existencia, tanto personal como colectiva y volquemos esa evaluación contable hacia los números que nos permitan visualizar un panorama más abierto, más promisorio.

Sin mentirnos, con ánimo constructivo.

Paremos el mal hábito de afianzarnos en la contabilidad de lo siniestro, de lo que no somos, de lo que podríamos haber sido, ya está bueno de suspiros sin base, de extrañar y extrañar lo que pudo haber sido y no fue, como dice la canción, tanto a nivel personal como a nivel colectivo.

Ya está bueno de tantas añoranzas, concretémonos en lo real, en lo necesario, en lo posible y hasta en lo poco probable y en la forma de lograrlo.

Ya basta con el ayayay colectivo, sin freno y contagioso, del quejarnos de todo, así las cosas mejoren, ya está bueno, quitémonos ese mal hábito que erosiona la voluntad y le tumba el avión a cualquiera.

Revisemos nuestros instrumentos contables y ajustemos la filosofía que los sostienen, si es necesario.

Modifiquemos con sentido realista, sin falsas esperanzas, nuestra forma de evaluar lo que nos pasa y saquemos cuentas sin pudor, pero realísticamente.

Una contabilidad con los bolsillos llenos de pesadas rocas nos impide despegar y evolucionar hacia mejores tiempos.

Revisemos.

Sin aferrarnos a malos hábitos, súper arraigados en nuestra visión del mundo, de la vida, de nosotros mismos.

Tratemos de hacerlo y después me cuentan.

Saquemos cuentas.

Un abrazo Venezuela.


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Luis Enrique Sánchez P.


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