«Los lugares más oscuros del infierno, están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral.» (Dante Alighieri, La Divina Comedia). Entre 2015 y 2020, la República Bolivariana de Venezuela, su cuerpo económico, fue sometido a las más perversas torturas que pueda imaginar el ser humano. Los viejos imperios de EEUU y Europa, le declararon la guerra unilateralmente y no contentos con ello, la pacífica nación suramericana tuvo que defenderse como una gata patas arriba para no sucumbir ante la brutal agresión, que tenía como objetivo el cambio de su régimen Constitucional Democrático, Participativo y Protagónico por otro más dócil y representativo de las apetencias de esos imperios que buscaron garantizarse para sí, que las riquezas nacionales -propiedad del pueblo venezolano- les fuesen expropiadas y privatizadas en provecho de las transnacionales estadounidenses, y alguna que otra migajita del botín de guerra, le fuera dado a sus socios europeos. La estrategia imperial, diseñada por la Administración Trump-Pence, contó con la colaboración de la oposición fascista, conformada por los partidos políticos del G4, léase: Voluntad Popular, Primero Justicia, AD (Ramos Allup), Copei y Un Nuevo Tiempo. Dirigidos éstos por Juan Guaidó, Leopoldo López, Henry Ramos Allup, Julio Borges, Henrique Capriles, Manuel Rosales y Omar Barboza, entre otros facinerosos. Quienes, en 2015, lograron una mayoría parlamentaria que transformó esa Asamblea Nacional, en un instrumento dócil a los intereses estadounidenses y europeos.
Donald Trump, instrumentó una nueva doctrina imperial; consistente ésta, en que toda acción de apoyo del gobierno imperialista de los EEUU a cualquiera de sus socios, éstos tendrían que pagarle por su apoyo. Decía Trump, en agosto 2019: «Nuestros aliados, se aprovechan de nosotros mucho más que nuestros enemigos», y en su convicción de que esa situación tendría que cambiar, aplicó su nueva doctrina mercantil del «págame y te apoyo», iniciando su aplicación con la República Bolivariana de Venezuela, a la cual le fueron secuestrados sus recursos colocados en la banca internacional, sometida ésta a las directrices imperialistas, que ascienden a un poco más de 4.836 millones de euros, siendo Inglaterra el país donde existe el mayor monto –ilegalmente- retenido, con 1.614 millones de euros; seguido por Portugal con 1.367 millones, EEUU 1.105 millones, Dubái 278 millones, Bélgica 171,8 millones, entre otros países forajidos y delincuentes como: Suiza, Alemania, Francia, España, Puerto Rico, Curazao, el Brasil de Bolsonaro y Panamá, que hicieron como aves de carroña, su festín con recursos del pueblo venezolano. A dichos montos, debemos agregarle importantes activos nacionales, como son los casos de CITGO (en EEUU) y MONÓMEROS (en Colombia); esta última, ya devuelta a Venezuela por el Presidente Gustavo Petro, en un gesto auténticamente Bolivariano de suprema hermandad. Ambas empresas, fueron expropiadas sin fórmula de juicio ni reparación, sencillamente robadas. Parte de la administración de los recursos en efectivo, propiedad –constitucionalmente- del pueblo venezolano, los delegó Donald Trump en la oposición fascista del G4, en la figura de la autoproclamada presidencia interina, designada por consenso en Washington -entre Republicanos y Demócratas- en la figura de Juan Guaidó, quien fingió ser presidente de una república ficticia, inexistente y reconocida por apenas unos cincuenta países.
Informaba, The New York Times, en su edición del 29 de enero de 2019: «El Departamento de Estado estadounidense anunció que le dio a Juan Guaidó, el líder opositor de Venezuela, el control de bienes, activos y propiedades del gobierno venezolano en cuentas bancarias en Estados Unidos.», Y agregaba: «Esta certificación ayudará al gobierno legítimo de Venezuela a resguardar los activos para el beneficio del pueblo venezolano", decía entonces Robert Palladino, portavoz del Departamento de Estado». Resaltaba, el NYT: «Además de darle a Guaidó el control de las cuentas, Estados Unidos estableció el lunes una serie de sanciones [927 en total, agregado nuestro] que funcionan como un embargo petrolero en contra de PDVSA, la empresa estatal de Venezuela. Las sanciones prohíben a la mayoría de las empresas con sede en Estados Unidos, hacer negocios con Petróleos de Venezuela. Cualquier dinero que vaya a PDVSA, incluido el de su subsidiaria estadounidense Citgo, será movido a las cuentas a las que tiene acceso el gobierno, que la Casa Blanca considera legítimo». Embargo financiero, que se combinó con una auténtica política de piratería imperial, persiguiendo navieras mercantes en todo el mundo, y sancionando unilateralmente a toda empresa que negociara con Venezuela; la cual, fue excluida del sistema financiero internacional, bajo dominio estadounidense. No pelaban un solo dólar remitido hacia Venezuela, mientras los más de 90 mil millones de dólares generados anualmente por la industria del narcotráfico global: ¡No tocar, ni con el pétalo de una rosa! El imperialismo de EEUU, llegó al colmo de secuestrar y enjuiciar a funcionarios con rango diplomático, incumpliendo la inviolabilidad de la figura del Enviado Especial, prevista en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, como fue el caso de Alex Saab.
Dicha política criminal e imperialista, llevó al país a una situación límite, casi de colapso económico; como lo urgía, el nazi William Brownfield, ex embajador de EEUU en Venezuela, quien sugería que la mejor solución para Venezuela: «sería acelerar su colapso». Y efectivamente, «Entre 2014 y 2019, Venezuela, experimentó la más brusca caída de ingresos externos de su historia. En seis años, perdimos 99% del volumen de ingresos en divisas. Dicho de otra manera: De cada 100 dólares o euros que el país obtenía por la venta de petróleo en 2014, hoy obtiene menos de 1 dólar» (…) «Desde 2015 en adelante, el ritmo de caída de los ingresos externos de Venezuela se eleva a 30 mil millones de dólares al año. Resulta imposible imaginar siquiera el tamaño de la presión que ha sido aplicada a nuestra economía y del sufrimiento a que ha sido sometido nuestro pueblo» (Nicolás Maduro, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Discurso de Presentación de la Ley Constitucional Antibloqueo, 2020). Esta situación, no ha variado en lo absoluto. Lo más vergonzante es, que toda esa política criminal aplicada contra Venezuela, sus instituciones democráticas, su FANB, su Gobierno, su clase trabajadora y su pueblo, es que la misma fue promovida por el G4, el oposicionismo fascista, léase: Juan Guaido, Leopoldo López, Henry Ramos Allup, Julio Borges, Tomás Guanipa, Omar Barboza y Manuel Rosales, entre otros facinerosos.
La historia de nuestra América, no registraba tamaño desprecio contra nuestro gentilicio, desde los tiempos de la malinche, hasta la aparición de Juan Guaidó. Decía, en una de sus cartas el invasor español, Hernán Cortés: «Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina». Se refería Cortés a la india Malinalli Tenépatl, conocida como Marina o Doña Marina que, una vez alineada con la causa española, el pueblo la llamó: «la Malinche». El término: «malinchismo», tiene su origen en la preferencia de doña Marina por la empresa de conquista de Hernán Cortés; la cual, fue considerada como una traidora por el pueblo. El Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua, define al «malinchismo» como un «complejo de apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio». Asimismo, explica que ser un o una «malinchista», es equivalente a ser un traidor o traidora a la patria.
Esta guerra de rapiña y robo, se inició con la Administración Obama-Biden en 2015; mediante el mecanismo de la guerra económica, la hiperinflación inducida y la destrucción de la moneda nacional. Recrudece esa agresión, con la llegada de la Administración Trump-Pence; gestión en la cual, los fascistas del G4, llegaron hasta la locura de solicitarle al nazi Donald Trump, que invadiera militarmente a Venezuela. ¡La demoliera a bombazos, como hizo en Irak! El ex secretario de Estado, Mike Pompeo, en sus memorias lo acaba de hacer público, recientemente dijo: «Esperábamos hacerle la vida tan miserable al régimen para que Maduro y sus matones, tuvieran que hacer un trato con la oposición (…) En varios momentos, el presidente Trump, John Bolton y yo sugerimos la opción militar para Venezuela» (Libro: Never give an inch. Fighthing for the america I Love, Autor: Mike Pompeo). Línea de agresión, que la nazista Administración Biden-CIA, ha mantenido sin solución de continuidad, mientras realiza llamados falsos al diálogo que incumple una vez se acuerdan las partes, en función de distraer y presentarse ante la región como un supuesto demócrata; hecho, que la realidad se ha encargado de desmentir con creces, mientras mantiene la criminal y fascista política de Donald Trump de asfixia y cerco contra la pacífica República Bolivariana de Venezuela. A finales de 2022, fuimos testigos del colapso del gobierno interino de Juan Guaido, abrumado por los escándalos de corrupción de todo tipo y el resurgimiento de esa misma oposición, pero con rostro viejo, teledirigido desde Miami o como le llaman los hermanos cubanos al oposicionismo fascista, radicado en el Estado de La Florida desde los inicios de la Revolución Cubana, a finales de los años 50: «la gusanera». Compuesta ésta por ex policías, torturadores y jefes de pandillas que controlaban los burdeles y demás negocios ilícitos relacionados con el contrabando de armas, drogas y seres humanos en la Cuba de Fulgencio Batista.
Esta nueva gusanera de origen venezolano, no es para nada distinta que la cubana, para muestra el caso de José Antonio Colina, prófugo de la justicia venezolana por haber colocado explosivos en el consulado de España y la embajada de Colombia en el año 2003, todo un connotado terrorista. Y como ese sujeto, hay prófugos de la Justicia venezolana por montones, como el caso de Patricia Poleo, solicitada como presunta autora intelectual del asesinato del Fiscal Danilo Anderson. En fin, terroristas, asesinos, delincuencia de todo pelaje es lo que caracteriza esa nueva oposición radicada en Miami; que se estrena, castigando al pueblo venezolano con una mega devaluación del Bolívar, gracias al dominio que tienen de las cuentas tuiter que marcan el dólar paralelo desde Miami. Igualmente, con sus llamados a paros de empleados públicos que son seguidos por el oposicionismo sindical-fascista y sus socios del G4 Plus, con careta de vieja izquierda. Son los mismos delincuentes, que solicitaron sanciones a los imperialistas de EEUU y Europa, y que el nazi Trump, complació porque Venezuela contaba con suficientes recursos para pagarle por servicios prestados. Son los mismos fascistas, que reconocieron a Juan Guaidó como su presidente en 2019 y ahora, en un acto de cinismo mayor, le exigen al Presidente Nicolás Maduro, que les aumente los salarios. ¡Desvergonzados! Así son, actúan como si nada hubieran hecho contra la Nación y el pueblo venezolano. Obviando, que son corresponsables del daño causado a la Nación por avalar ese inmoral robo que han hecho de los recursos de la nación, que les coronaron en el Guinness Records como los autores del mayor acto de corrupción ejecutado en Venezuela, en toda su historia, con apoyo de EEUU, su cómplice. La Nueva Asamblea Nacional, investigó sus crímenes contra la República, y determinó un daño patrimonial superior a los 194 mil millones de dólares. (https://www.asambleanacional.gob.ve/noticias/dano-a-la-nacion-alcanza-los-194-mil-millones).
En su Informe de Rendición de Cuentas 2022, a la Nueva Asamblea Nacional, el Presidente Constitucional de la República, Nicolás Maduro, soltaba esta perla: «Estiman los expertos, que en estos últimos ocho años, el imperialismo, sus lacayos peleles extremistas, robaron a Venezuela de sus bolsillos, la cantidad de 411 millones de dólares por día, un robo criminal verdaderamente", indicó durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional (AN)». Esta realidad, es la que intentan ocultar los oposicionistas fascistas ahora con sus caretas de inocentes sindicaleros y sus exigencias de aumentos salariales. El dinero que se robaron, no les bastó y quieren más. Por eso hoy, se autoproclaman como los defensores de los trabajadores y trabajadoras. A éstos, debemos recordarles las palabras de su lideresa doña Cecilia, en al acto de celebración por la autoproclamación de J. Guaidó, el 08 de febrero de 2019, cuando la doña lo llevó al Aula Magna de la UCV y allí dijo ella: «En este recinto, que ha sido escenario para eventos por la lucha en el rescate por la democracia de Venezuela, le da la bienvenida a este esfuerzo. Apreciado presidente interino de la República Bolivariana de Venezuela, bienvenido a la casa que vence la sombra. A partir de este momento la UCV, junto a sus estudiantes y con el pueblo de Venezuela, cuenta con nosotros, con una universidad democrática y siempre libre», expresó García Arocha. (https://lavoceditalia.com/notizie/emiliano-romagnoli/) ¡Malinchista! Incapaces de reconocer sus crímenes por complicidad con el G4-plus y muchos menos, pedirle perdón a sus bases sindicales, irrespetándolas. Para esta clase de traidores, las sanciones y el bloqueo no existen. El concepto Patria, no les compete en lo más mínimo, su compromiso es monetario, locheros de poca monta, pedigüeños apátridas. ¡Se autoproclaman como neutrales, y defensores de los trabajadores y trabajadoras! Cuenta Dante, que los peores corruptos tipo Guaidó, López, Borges, Capriles, Ramos Allup, Rosales o Barboza, serán arrastrados por el río de alquitrán hasta unos campos de hielo en los que reina un frío infinito, y un viento infernal quiebra sus cuerpos congelados hasta hacerlos saltar en mil pedazos, para volver a recomponerlos y seguir recibiendo dolor y castigo eternos. ¡Amén! ¡Cúmplase!
Postscriptum: La Federación Rusa, está derrotando militarmente a EEUU y su maquinaria de guerra, alias la OTAN. Biden, como promotor de la guerra en territorio ucraniano contra Rusia, no le ha quedado otra opción sino involucrarse directamente en la misma, con sus mercenarios de contratistas privados. Y la realidad real, no la ficticia que presentan los medios de comunicación occidentales, es que Rusia no solo está derrotando a EEUU militarmente, sino que está alterando las relaciones de poder internacional a su favor y en provecho del Multilateralismo. Los hechos confirman, que la potencia declinante, EEUU, cada vez se aísla más de los pueblos y gobiernos emergentes, lo que ha provocado en la Administración Biden-CIA, su desconcierto y toma de decisiones cada vez más alejadas del ámbito democrático. Muestra de ello, es el renacimiento del golpismo: Made in USA, en la América. Los casos de Perú, Bolivia y/o Brasil lo evidencian. En todos esos países hermanos, la mano sucia de Mr. Biden aparece como dirigiendo las conspiraciones antidemocráticas. En unas es Almagro como ocurrió en Perú, en otras es Bolsonaro y en las restantes aparece la mano sucia de la siniestra CIA. En el caso venezolano, han sido derrotadas todas sus tentativas golpistas, ahora se enmascaran con la academia. Muestra de ello, es el reciente comunicado de doña Cecilia y su séquito del Consejo Universitario de la UCV, (http://notiadmin.ucv.ve/?p=12295). La doña, debemos recordarlo, es una militante activa del G4, específicamente, del partido fascista: Primero Justicia, franquicia del Partido Republicano de EEUU, cuyo líder supremo: Julio Borges, se ufana de haber sido el promotor de las sanciones unilaterales imperialistas, que destruyeron el Estado Bienestar construido por la Revolución Bolivariana, y que llevaron a las trabajadoras y trabajadores venezolanos de contar con el mayor Salario Mínimo de la Latinoamérica y el Caribe, 476 dólares, en 2012, al salario más paupérrimo de la región. Siendo ésta, la acción más importante lograda por el supuesto gobierno de transición y sus socios de EEUU y Europa. El Estado de Bienestar Bolivariano, construido por Hugo Chávez, fue destruido por el gobierno imperialista de los EEUU y sus agentes en Venezuela. EEUU, no tolera que otro país distinto a ellos, como potencia otrora hegemónica, tenga mejor estándar de vida. En cuatro puntos, resumen sus exigencias al Jefe de Estado, Nicolás Maduro, el Consejo Universitario de la UCV dirigido por doña Cecilia. Importante precisar, que este personaje de la política venezolana es una confidente de la CIA, como lo evidenció WikiLeaks al develar en 2009, reuniones entre este sujeto y el entonces embajador de EEUU en Venezuela (http://wikileaks.org/cable/2009/08/09CARACAS1034.html). Por lo demás, debemos decir que ésta es la primera vez que esa institución del Estado, reconoce al Jefe del Estado, Nicolás Maduro. El punto resaltante del documento contentivo de las exigencias de doña Cecilia al Presidente Maduro tiene que ver con su exigencia que se haga extensiva la política de dolarización de facto: «a los sueldos del personal docente y demás trabajadores del sector universitario». Lo que significaría, la dolarización plena de la economía nacional. No es fortuita dicha exigencia en que la Administración Biden-CIA habla a través de doña Cecilia, al igual que lo hacía el invasor Cortés, por intermedio de doña Marina. Es tema de interés para la Región Latinoamericana y Caribeña, la propuesta del Presidente Lula da Silva de crear una moneda única sudamericana. Decía Lula: «Lo que queremos ahora es que nuestros ministros de hacienda, cada uno con sus equipos, puedan hacernos una propuesta de comercio exterior y de transacciones entre los dos países que se hagan en una moneda común que se construya después de mucho debate y después de muchas reuniones» (…) «¿Por qué no intentar crear una moneda común con otros países del Mercosur como se intentó hacer con los países del BRICS? Creo que es necesario que suceda eso porque hay países que a veces tienen dificultades en conseguir dólares» (23-01-2023). Ya el Presidente Maduro, le dio su visto bueno a la propuesta, dijo: «Hoy el presidente Lula da Silva y el presidente Alberto Fernández, anunciaron que van a dar paso para la creación de una moneda común de Suramérica. Yo anuncio que Venezuela está preparada y apoyamos la iniciativa de crear una moneda latinoamericana y caribeña». La Administración Biden-CIA, manifiesta sus temores y lo hace por intermedio de doña Cecilia y su séquito del C.U.-UCV, piensan que acelerando la dolarización impedirán la concreción de dicho anhelo Latinoamericano y Caribeño de ejercer Soberanía Monetaria.