Chávez, aquel muchacho de Sabaneta de Barinas que quería ser beisbolista, llegó a la presidencia de la República llevado por los vientos huracanados de la vida. Hasta aquí una historia que se repetía en el país: un hombre humilde alcanza la presidencia, nada extraordinario. Lo asombroso comienza cuando ese muchacho del llano declara a su gobierno Socialista, y actúa en consecuencia. En ese instante nació un gigante, como pocos ha visto el planeta.
Ese muchacho, en un mundo resignado al capitalismo, cuando todos pensaban que había llegado el fin de la historia, que más allá de la barbarie del capitalismo no había nada, sólo la posibilidad de extinción, cuando luego de la derrota de los intentos Socialistas el planeta se rendía al capitalismo, el muchacho de Sabaneta tuvo la osadía de traer de nuevo la esperanza a la humanidad, el Socialismo era posible. Chávez se hizo gigante cuando asumió el Socialismo, como concreción del Cristianismo primitivo, como posibilidad lograda. Pero, como tantas veces antes, el intento de redención fue traicionado
La felonía al legado Socialista del Comandante Chávez pasa por eliminar los avances hacia el Socialismo en la economía, la política, lo social, y muy importante, pasa por la falsificación de la imagen y el pensamiento de Chávez. En desligarlo de su fuerza histórica, del Socialismo.
Este gobierno se dice Chavista, pero es evidente que no es Socialista. Para tener una imagen clara de la traición, es suficiente ver cómo avanza el capitalismo, el contento de fedecámaras, y ver cómo se extingue el Socialismo. Trata el madurismo de construir una imagen de Chávez potable para el capitalismo, sin Socialismo, sin su esencia; es similar a un Bolívar sin la Gran Colombia, sin la independencia, no es Bolívar; o un Lenin sin la vocación de poder, sin la Revolución de Octubre, no sería Lenin; o un Fabricio sin la Junta Patriótica y la renuncia al congreso, o un Fidel sin la Sierra Maestra.
No obstante, el capitalismo no se conforma con toda la entrega hecha por el madurismo, capaz de regalar al capitalismo a pdvsa, al petróleo, no se conforma con la transformación del madurismo en un factor más de la cuarta república resucitada, exige que se borre la imagen de Chávez, reclama que del Comandante no quede ni el recuerdo. Sin Socialismo sacarán a Chávez del Cuartel de la Montaña, para allá va la evolución de esta claudicación, ese será el símbolo del aplastamiento del chavismo. Ya el madurismo da los primeros pasos en esa vía, ocultó los ojos, le avergüenza el color rojo, de esta manera asoma las intenciones del capitalismo, ya lo vimos cuando ramos allup sacó las imágenes del congreso, esa fue la vía cruenta, el madurismo hace lo mismo, pero con sutileza.
Este pueblo tiene el reto de defender el ejemplo, el recuerdo, del Comandante, mantenerlo vivo. Y ese reto se cumple con resistencia y lucha contra el madurismo y la derecha tradicional, se cumple uniendo al Comandante con su esencia, el Socialismo. Un pueblo si no sabe defender sus banderas históricas, se las deja arrebatar, un pueblo si no sabe defender a sus líderes, permite que los sepulten bajo avalancha de calumnias, es un pueblo destinado a la penumbra.
¡CHÁVEZ GIGANTE SOCIALISTA!