"Uno no es solamente responsable de lo que dice
sino también de lo que no dice"
Lutero
De la siembra del comandante Chávez han pasado 10 años en un abrir y cerrar de ojos; parece que el tiempo saltó, como un fuerte temblor para luego medir las resultados y consecuencias, después de sentir cierta tranquilidad, aun, cuando en estos diez años no ha habido un minuto de sosiego, ya que, el enemigo no descansa ni en momentos de celebraciones. La remembranza de la muerte del precursor de este movimiento patriótico y bolivariano ha servido para medir el grado de odio, contra el presidente Maduro, incluso de personas con grados académicos, que opinan a vuelo de pájaro, y como dice un amigo, muchos de ellos lo hacen ¡para figurar!
Todo el que se exprese contra el presidente Nicolás Maduro, tiene un número de lectores asegurados y crecen de acuerdo al grado de intensidad en el mensaje y entre mayor es la ofensa el regocijo es de niño con un caramelo. En la mayoría de los casos son insultos cargados de odio trasmitido bajo un patrón establecido por la oposición para hacerlo llegar al común del pueblo y de esa manera complacer precisamente al gran interesado en el intenso debate de los últimos 20 años el gobierno gringo. Desde el mismo momento de asumir la presidente el comandante Chávez, el imperialismo se ha mantenido en su máxima ebullición y más ahora a través del decreto de Barak Obama al calificar a Venezuela, como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de los Estados Unidos. Ratificado hace poco por Biden, como un recordatorio o amenaza.
Al presidente Nicolás Maduro, lo han calificado de traidor tantas veces de manera alegre, que apenas vemos el título de algunos artículos nos permite conocer el grado de veneno y odio de sus autores, pero se empiezan a revolcar en su propia pestilencia, emulando algunos animales, porque pasan los años y el proyecto sigue contra viento y marea. Son los mismos de siempre y algunos se han pasado de la raya al tratar de culpar directamente al gobierno de la muerte del comandante, como sucedió recientemente con el caso del profesor Carlos Lanz. Si no es parecido, es igualito, como dice un conocido comediante. Es decir, que han llegado al extremo de la majadería desvirtuando la necesaria discusión antes los errores del gobierno en materia económica.
Nicolás Maduro, es presidente de uno de los principales países petroleros de América Latina, pero manejado a su antojo por cuanto gobierno se instalaba en la Casa Blanca, hasta la llegada del comandante Chávez, quien en las primeras de cambio impulsó al lado de la euforia del pueblo importantes transformaciones en beneficio de la colectividad. Nada de esto era visto de buena manera por ese coloso del cual el Libertador Simón Bolívar nos alertaba, cuando escribió una carta al coronel Patricio Campbell, que ha resultado profética, ya que, en estos momentos los efectos están a la vista de todo el mundo, al aplicar un bloqueo y medidas coercitivas con el argumento de la libertad, paralizando y algunos casos haciéndonos retroceder a los extremos, cuando gobernaron AD y COPEY desatando lo que todo el mundo conoce, como el (CARACAZO), pero sin llegar doblegar a la patria, como pretendieron en aquel funesto momento.
A partir del gobierno de Nicolás Maduro, el imperialismo desató todos los demonios y muchos de ellos se encontraban haciendo vida en la propia gerencia, como cualquier infiltrado, pero además eran visitantes frecuentes del gran país del norte, lo que se les hacía fácil moverse en medio de los enemigos de nuestro país. En los Estados Unidos hacen vida todas las alimañas antipatria de aquí y de cualquier parte del mundo, no es simple casualidad, que los más conocidos dirigentes de la oposición iban y venían, como un estudiante al colegio. A Maduro, le ha tocado enfrentar ataques criminales de la derecha fascista, empezando por las guarimbas dirigidas por sus líderes Henrique Capriles, Leopoldo López y el autoproclamado Guaidó, suficiente para reconocerle la valentía y pundonor para defender la patria.
El imperialismo tiene en el dólar su arma más poderosa para atacar y lo han utilizado de manera criminal y descarada en los últimos tres años, sin respetar ni siquiera la etapa de la pandemia del Covid-19. Es decir, que el país entre los males propios del capitalismo, como son la corrupción desenfrenada en cantidades dolarizadas por demás alarmantes en muchos casos inexplicables, como el de la enfermera, que se fue con las alforjas llenas de dólares y de algunos funcionarios, que no aguantan una auditoría ni siquiera con los métodos antiguos, menos, ahora, cuando en cuestiones de segundos por la velocidad de la computarización se sabe el resultado del mínimo centavo; motivos más que suficientes para que el país se encuentre a merced del dólar. La moneda estadounidense es el primer instrumento para abstraer personas, tan es así, que el país del "sueño americano" tiene más de 80 millones de personas atrapados por las drogas, el alcohol, la miseria y la indigencia y todavía vemos caravanas de migrantes por querer llegar al supuesto paraíso, así, sea arriesgando la vida. A todo esto, ha enfrentado el presidente Maduro. Sin embargo, es el culpable de todo. ¡EL TRAIDOR!