Todo lo que vivimos es una situación crucial. El vasallaje de la sociedad frente a la hiperabundancia de unos cuantos nos lleva necesariamente o a una pasiva voluntad de muerte convertida en la ansiosa situación de sobrevivencia, o una rabia insólita que no tiene salida salvo un grito de justicia que una y otra vez los gobernantes en su descaro repiten que es imposible por culpas que nunca son de ellos; sabemos cuales son las excusas a darse, necesaria dentro del lenguaje antimperialista cuando en realidad están haciendo lo estrictamente contrario, declararse víctimas de algo con quien negocian en forma abierta o oscura para eventualmente dejar el poder si no les queda otra salida pero llenos de una riqueza inconmesurable perteneciente al pueblo venezolano, algo que es en realidad el saldo final de lo que en algún momento llamamos revolución.
El carácter crucial lo pone el mismo momento. Se acaba la polarización que seguía las pautas de una típica lucha de clases. Una dualidad política que perdió todo sentido para la población, como pierden todo sentido los referenciales políticos partidarios que representaron esa lucha encarnizada entre las clases medias acomodadas, la burguesía que le daba horizontes y unas clases populares que sufren la desvalorización cuasi absoluta hasta de su trabajo. Lo crucial estriba en la posibilidad o no de que surja la tercera opción que recupere la conciencia y la operancia política de la población. En otras palabras que haga claudicar la criminal maniobra que ha quebrado el sentido de lucha con que nació de este período histórico. Burocratizando los liderazgos de base, corrompiendo su quehacer y de esa manera ir demoliendo toda la infraestructura tanto productiva como institucional que lograba subsistir a la dependencia y poniendo al menos toda la pequeña empresa a pagar los daños mediante una política impositiva fuera de sus posibilidades dinerarias. El dólar o la economía dolarizada se convierte en un segundo sujeto que le es particularmente beneficioso a toda la andanada de contrabando de riquezas del subsuelo y establecerse en perfectas condiciones geopolíticas al lavado de dinero y ser la autopista la principal en el continente para la exportación narcotraficante. La tercera opción es lo que ataca sin pelos en la lengua esta realidad y genera las bases para el reagrupamiento nacional sobre la base de un programa de liberación del fatal destino en el que estamos anclados.
Hemos sabido de la enorme quiebra bancaria que está comenzando desde los EEUU lo que ahora se extiende a Europa. El imperio no se desmorona por ello, pero empieza a sufrir de las debilidades que la estrategia de guerra perpetua le causa finalmente como capitalismo centralmente financiero y devastador, incluidas las enfermedades que ellos mismos crean. Esto debilita su propia estrategia y pone en riesgo todas las economías dolarizadas y ni hablar de la nuestra completamente quebrada y reducida en cerca de un 70% su componente oficial, es decir, las empresas de estado. De manera urgente estas economías imperiales necesitan, tal y como lo hacen las naciones débiles con sus economías internas, de ponerlas a pagar su caótica crisis mediante negociaciones leoninas protagonizadas por todo tipo de corporaciones transnacionales hasta hacerse de los recursos fundamentales para su sobrevivencia, tomar mar, tierra, aire y subsuelo. Un tercer excluido es el que desmonta esta estrategia, algo que supone una unión de naciones que trascienda las clásicas alianzas tercermundistas que a la final no han jugado papel alguno y da comienzo a una inversión de la correlación de fuerzas a nivel global. Eso no se hace solo pero si da inicio a un liderazgo contagiante, que como dirían los sabios antiguos provocan un avanzar que sirve para volver al origen.
Ahora ¿de que se trata un tercer excluido?. Un típico ejemplo es el de la revolución que han desatado en el kurdistan el movimiento de liberación kurdo (Siria, Irak, Iran) nunca difundido por los canales comunicacionales hegemónicos, y curiosamente siendo islámicos y zoroastristas centran su primer esfuerzo en el tema de la mujer liberándola de su terrible condición en esas culturas patriarcales y teocráticas. Es todo lo contrario a las llamadas ideologías de género que menos mal no se han impuesto del todo en nuestra tierra, es una completa perversidad que acaba con la mujer misma. Y acabar con la mujer es acabar con el don de la fertilidad y la divinidad que ancestral que gira en ella y toda la naturaleza. El tercer excluido es eso, lo que de hecho esta prohibido difundir porque son un verdadero peligro para la perpetuación de los actuales sistemas de dominio global, lo que los kurdos llamarán civilización capitalista. Venezuela como laboratorio mismo del sistema esta dominada por un caos sin creación que no es solo una típica nación cuasi destruida y llevada al máximo punto de la explotación del trabajo, es un rio de tesoros que luego de los primeros tiempos de una revolución deseada y autorganizada estuvo a punto de lograr la soberanía sobre los mismos. Regresar al punto de origen es exactamente eso, pero fuera del bonapartismo caudillesco que el mismo Chávez impuso y fuera en los estamentos espirituales y materiales de control social que no se pudieron impedir difundiéndose en el mundo. El suave maquinismo ligado a esta nueva revolución industrial, robótica, maquínica que multiplica las formas del sometimiento social y de la verdadera economía hecha de nuestras manos y creación que se riega por el mundo es su instrumento por excelencia. La fertilidad y el liderazgo femenino, dentro de este contexto mas que todo popular pareciera acercarse a esta posibilidad en nosotros. Es igualmente un origen que se une a la naturaleza misma algo que rescatan todos los saberes ancestrales de forma mítica incluso sacrificios para nosotros incomprendidos y que curiosamente hasta misteriosamente brotan desde principios de siglo entre nosotr@s. Como freno a la endemoniada ideología de género la mujer real puede jugar un papel fundamental en este caso. Una mujer como Maria Alejandra Díaz por tomar un ejemplo magnífico de esa mujer luchadora y fértil no solo de naturaleza sino de pensamiento, sin ser de ninguna manera la única, es aquel excluido que retrata perfectamente el liderazgo necesario. ¿Para qué?, ella lo decidirá. Si es candidata, lo será, si es un liderazgo en medio de un contexto de rebelión, lo será, pero existe como intención y realidad pensante. Se apoya porque ha dado la cara y viniendo del chavismo ha roto por completo con la mafia gobernante del cual ha sido totalmente excluida, además de medios e instituciones. Ese tercer excluido ya existe.