Hace muy poco publiqué un brevísimo texto intitulado "Redefinición ecomunitarista del Buen Vivir en Abya Yala" (ver https://www.aporrea.org/internacionales/a320906.html y https://www.filopoiesis.cl/post/tres-textos-de-sirio-l%C3%B3pez-sobre-el-ecomunitarismo ). De inmediato recibí un email de un profesor universitario peruano que decía que se puede "vivir bien" también en el capitalismo.
Aquí me propongo aclarar de manera muy sucinta la diferencia entre ese "vivir bien" y el "Buen Vivir" que redefiní en perspectiva ecomunitarista.
En el capitalismo logra "vivir bien" aquel que alcanza un buen grado de "confort", independientemente de lo que le suceda al resto de la Humanidad. Así, por ejemplo, ese sujeto considera que "vive bien" si tiene una espaciosa casa dotada de piscina climatizada y de todos los electrodomésticos disponibles en el mercado, se mueve en un automóvil de gama alta o por lo menos media, tiene una cuenta bancaria bien nutrida, y hace viajes turísticos de alto o por lo menos medio padrón. Y a ese "feliz" propietario y viajero le tiene sin cuidado el hecho de que, como sucede en la actualidad, por lo menos una octava parte de la Humanidad pase hambre y no tenga cuidados básicos de salud (incluyendo a muchas personas cercanas a su residencia, como sucede no raramente en algunas urbes latinoamericanas en las cuales algunos barrios ricos están rodeados de asentamientos populares miserables). Y, además, el goce de ese confort individual-individualista se hace de espaldas a lo que le pueda pasar al conjunto de la naturaleza no humana; pues el capitalismo, guiado por el ansia de lucro, además de causar la infelicidad de la mayoría de la Humanidad, y en especial de aquella parte que sufre el hambre y la falta de cuidados de salud, destruye diariamente numerosas especies animales o vegetales, contamina de forma a veces irreversible tierras, aguas y aires, y desertifica inmensos territorios. Y digo "la infelicidad de la mayoría de la Humanidad" pues como lo expliqué en otros trabajos, en el capitalismo tampoco es feliz en su estrés e inseguridad diarios ni siquiera aquel rico propietario que supuestamente "vive bien"; el desamor (e incluso la soledad), la pérdida del empleo o función que le da su "confort" o el temor constante ante la eventualidad de esa pérdida, el miedo a la violencia que acecha diariamente en cada esquina (y que incluye la posibilidad cotidiana del asesinato, el asalto o el secuestro), hacen de ese rico propietario un ser infeliz que busca imposible remedio en los consultorios de los psicólogos o en los efímeros ejercicios de meditación religiosa o de caridad que salpican su angustiada existencia.
Y ni hace falta recordar que hoy en el capitalismo, además de los ochocientos millones de personas que pasan hambre, tampoco tienen un buen pasar otros miles de millones que sufren la violencia cotidiana de las agresiones físicas y/o psicológicas, y/o de los robos, y/o de la desocupación o trabajos precarios, o penosos, o no deseados, y/o de salarios o jubilaciones bajos, y/o de falta o insuficiente agua potable o saneamiento, y/o de falta de vivienda decente, y/o de sistemas de salud ineficientes, etc. Así se completa la mayoría infeliz de la Humanidad, que no "vive bien" hoy.
Ahora bien, el Buen Vivir que he redefinido en perspectiva ecomunitarista es muy diferente al supuesto "vivir bien" capitalista. Porque en el Buen Vivir ecomunitarista: 1) respetando la segunda y tercera de las tres normas fundamentales de la Ética, el pasar bien de cada persona se asocia por libre voluntad y acción de la misma al pasar bien de la comunidad (desde la local hasta la Humanidad en su totalidad); esa visión y modo de vida se materializa en una permanente acción solidaria con y respecto a los demás, para tratar de realizar de más en más el principio ecomunitarista que reza "de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad"; esa acción solidaria hace de toda la Humanidad una gran familia donde la entreayuda es cosa de todos los días; y, 2) en el Buen Vivir ecomunitarista la citada manera de satisfacer las necesidades de cada persona para que la misma se desarrolle multilateralmente como individuo universal (según sus vocaciones) a la par que gracias a su labor comunitaria solidaria puede hacer lo mismo el conjunto de sus congéneres, se da simultáneamente con la permanente preservación-regeneración cuidadosa/amorosa de toda la naturaleza no humana, merced a la acción individual y colectiva (que abarca desde lo local hasta el Planeta por entero); tal es el concepto y modo de vida ecológicos que los pueblos originarios de Abya Yala tuvieron desde siempre de y en el seno de la Pacha Mama; en la óptica ecomunitarista tal concepto y modo de vida implican la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria (opuesta al consumismo capitalista de nuestro "feliz" propietario que supuestamente "vive bien") en el contexto del diario cuidado amoroso de nuestra Madre Tierra.
Que conste que yo, pobre individuo deformado por el capitalismo, estoy muy lejos de practicar las actitudes ecomunitaristas que espero que las nuevas generaciones puedan hacer suyas, inspirándose en los ejemplos de nuestras comunidades originarias, del Che, de "Bebe" Sendic y de Gandhi.
Ahora bien, la implementación integral y combinada de las diversas dimensiones del Buen Vivir ecomunitarista tal como las presentamos resumidamente en "Redefinición ecomunitarista del Buen Vivir en Abya Yala" solo puede realizarse en un orden comunitario-ambiental situado más allá del capitalismo: el Ecomunitarismo. Pero hay que aclarar que en el proceso de superación del capitalismo puede haber realizaciones parciales de las mismas que aportan a sus protagonistas vivencias felices. Eso ocurre en el día a día de familias amorosas y relaciones amistosas en el seno de cualquier etnia, y en la fuerte solidaridad comunitaria y prácticas ecológicas de las comunidades de los pueblos originarios. Y también, por ejemplo: a) en cooperativas verdaderas (por ejemplo de producción-distribución-consumo o de viviendas) donde se trata de aplicar por lo menos en parte el principio "de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad", b) en prácticas de democracia directa (por ejemplo en decisiones asamblearias tanto en las comunidades originarias como en las citadas cooperativas o en asociaciones de vecin@s, movimientos sociales, y otras instancias de organización colectiva), y en los mecanismos asamblearios, plebiscitarios o referendarios que puedan implementarse en cada localidad, región, Departamento/Provincia/Estado o país (que en algunos casos ya han permitido, por ejemplo, que el agua sea declarada un derecho humano, impidiendo así su privatización y contaminación o agotamiento), c) la educación ambiental ecomunitarista puede ya implementarse en ciertos espacios de la educación formal y no formal, aunque sea de forma parcial, según la voluntad de l@s educadoras-es y la libertad y medios que logren conquistar para su acción, d) la comunicación simétrica ya puede hacerse realidad en medios de comunicación (por ejemplo radios, TVs o Redes que usen internet) que ya están en manos de comunidades originarias, cooperativas verdaderas, sindicatos de trabajadoras-es, gremios estudiantiles, movimientos sociales, o asociaciones de vecin@s, en los espacios de acción que esas organizaciones y sus respectivos medios de comunicación logren conquistar antes mismo de superar el capitalismo, y, e) la estética de la liberación cobra vida en el proceso de superación del capitalismo en múltiples iniciativas de arte-educación popular y en muy diversas expresiones artísticas (que van desde el arte callejero hasta las expresiones estéticas más refinadas que se pueda imaginar, desde que y donde sus cultoras-es actúen/actúan en perspectiva ecomunitarista).
Bibliografía mínima
José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640
en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w
en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827
y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental