En este madurato sin ley todo es posible, menos los actos inteligentes, los actos en beneficio de la sociedad. La mentira es tan generalizada y profunda que es criterio de veracidad. Fíjense en lo que dice el gobierno, y la verdad será todo lo contrario. Con esta guerra entre mafias internas el madurato ha quedado desnudo, y el "suicidio" de Azuaje, se llevó la poca credibilidad que aún tenía.
El madurato, en corto tiempo, convirtió a Venezuela en una sociedad sin ley, o mejor, en un país donde el pillaje está cubierto por la ley, recuerden que hay una del bloqueo, del silencio. Y lo que es peor, convirtió a la relación social en una relación falsa. El valor de la palabra no existe, el cumplimiento de compromisos es cosa del pasado, ahora nada vale, nada ata. Vivimos una especie de esquizofrenia social, la mentira es la moneda de cambio. No se puede creer en nada.
El criterio de veracidad se perdió, se puede decir cualquier cosa, atacar a alguien sin tener que demostrar la acusación, para acusar el límite es la imaginación. Los tribunales dejaron de ser territorio para la verdad, y pasaron a estar al margen de la administración de "justicia", está secuestrada por el ejecutivo.
El país se va deteriorando cada día, el desenfreno del madurato va aumentando con el desespero por su ineptitud para resolver los problemas de la sociedad. Del madurato se puede esperar cualquier barbaridad, nadie está seguro, el falso positivo sustituyó a la prueba. La braga amarilla es sentencia de culpabilidad. Los derechos humanos se evaporaron.
Tarek y su gente son acusados de corrupción mayor, presos sus allegados, todos están en duda, Tarek desaparece, de él no se sabe nada, y ninguna autoridad, ni la defensoría del pueblo, ni la asamblea, y mucho menos la fiscalía se importan. Más los preocupa un perrito desaparecido. Si se dice que a Tarek lo "suicidaron", es una posibilidad creíble con este madurato.
La masa es manipulada, sometida a una dosis masiva de falsedades, a una ausencia de razonamiento, de esta manera es posible que la masa acepte cualquier barbaridad, que se resigne a lo malo y que lo justifique acusando a espejismos. Así el madurato se mantiene en el gobierno, pero el precio es altísimo, se trata del desmembramiento de la sociedad hasta niveles de disolución. La pérdida del mínimo de cohesión social, la ausencia de discernimiento, nos lleva a las orillas del fanatismo, a las reacciones viscerales, a las bajas pasiones, terreno propicio para el caos y la barbarie.
Es así, la Patria se acerca a la disolución, a convertirse en un país fallido. Hoy la batalla es por le existencia. Nunca fue tan necesario un gobierno que restituya el sentido de pertenencia a la sociedad, que emprenda la sanación de la sociedad, esa es la única manera de salvar a la Patria, y eso sólo es posible regresando a la construcción del Socialismo, sólo de esa manera evitaremos al fascismo.
¡CHÁVEZ, VERDAD!