El fracaso de maduro es evidente, lo padecemos en carne propia, arrasó con el país, no es necesario hacer un inventario de su desastre, baste decir que todo lo destruye. Su última hazaña es dejar al país petrolero sin gasolina. No cabe duda, maduro debe salir del gobierno, ya se le acabaron las excusas, ya con él no hay solución.
Salir de maduro… ¿y después? Antes de dar respuesta, debemos pensar en lo que somos como país. Venezuela es un país petrolero y, según los expertos, lo seguirá siendo por mucho tiempo. Siendo así, Venezuela será lo que sea su petróleo, y su petróleo será lo que sea PDVSA.
La PDVSA, roja rojita, la de Chávez y Ramírez, servía de soporte a la construcción de una nueva sociedad que vimos asomarse en el horizonte. En ese tiempo había un gobierno compenetrado con las necesidades de su pueblo, y un pueblo contento con la tarea de fundar nuevos mundos. La gente se sentía protegida, miembros de un colectivo que se importaba por ellos, y los individuos, con conciencia de pertenencia a la sociedad. Se sentía la fraternidad en las calles, las Misiones anunciaban un gobierno y un pueblo concretando un ejemplo para la humanidad.
PDVSA no era sólo un proveedor material, era también un ejemplo ético, moral. Su gente, sus trabajadores, después de derrotar sabotajes y golpes, entendieron el reto de producir petróleo, al tiempo que producían ejemplo de conducta, irradiaban conciencia del deber social, humanismo. Allí adentro de la industria se vivía la emoción de ser útil a la sociedad, responsable con la nueva relación social que nacía. Esa emoción, esa pasión, que se originaba en Miraflores, y se afincaba en PDVSA, era el soporte principal de la Revolución que sucedía en la vida social y en la vida de cada uno.
El Ministro Ramírez, y debemos decirlo sin mezquindades, fue un líder de esa PDVSA; encarnaba, entendía, esa realidad. No es fortuito que al llegar la deslealtad al gobierno, el madurismo al poder, lo primero que hicieron fue preparar la agresión contra PDVSA y contra el Ministro Ramírez, sabían que de allí podría venir una reacción a la entrega del país a los capitalistas. Después, arrasaron con PDVSA, la llevan, en la práctica, a su privatización, su venta, que es vender a la Patria, entregar el corazón de la Patria a la ambición capitalista.
El resultado está a la vista, el hundimiento del país. La solución, es también evidente. No es la opción de la oposición gringa, no es maria corina, ni sus similares, que seguirían los planes de privatizarlo todo, así lo declaran sin ningún rubor. La solución es volver al camino de Chávez, es volver a la PDVSA ROJA ROJITA, la de los tres millones, es volver a Ramírez, que es VOLVER A CHÁVEZ. Es necesario, superar la campaña criminal que se hace para deformar la imagen de Ramírez. Apliquemos el principio bíblico: "por sus frutos los reconoceréis". La obra de Ramírez al lado de Chávez, lo absuelve. Y el madurismo es condenado por su rotundo fracaso.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!