PDVSA al servicio de la revolución

Hay que rescatar a PDVSA y ponerla al servicio de la revolución, es urgente. Necesitamos a los ingenieros presos, a Ramírez y su equipo resolviendo paso a paso cada uno de los entuertos provocados por Maduro, por la envidia de Maduro y la ambición de un puñado de aprovechadores. La otra salida es entregarle el país, junto con el petróleo, a Trump. Los hipócritas se indignan por las confesiones impúdicas del ex presidente, pero ellos mismos, desmantelando la industria y la revolución, le pusieron en una bandeja de plata la posibilidad para que el "camarada Trump" estuviera a punto de robarse todo nuestro petróleo. Aun así la situación actual de nuestra industria petrolera no es muy diferente a estar capturada por las trasnacionales.

Necesitamos líderes para volver por la senda de la revolución socialista, de la Patria socialista.

El pensamiento político moderno más avanzado coincide en que se debe cambiar la sociedad capitalista decadente, devastadora de la vida, por otra sociedad, nueva, más humana o decididamente humanista. La pregunta que se hace el psicoanálisis, por ejemplo, y otros modelos de pensamiento similares, es, si debemos cambiar al individuo primero (a través de la clínica) para que éste cambie la sociedad o si debemos cambiar la sociedad para obligar al cambio del individuo. La respuesta que nosotros damos al dilema (nada original) es que las dos cosas se deben hacer a la vez en un solo movimiento. El individuo hace a la sociedad y la sociedad hace al individuo. Por eso generar cambios sociales es tan complejo como tener que cambiar nosotros mismos, ir en contra de nuestras inclinaciones conservadoras, de vicios, de hábitos disolventes de la vida en sociedad, que conspiran en contra de la coexistencia en comunidad, como la competencia, ir tras un éxito fatuo y vano, el egoísmo mezquino, acumular cosas sin sentido.

Un político honesto debe estar atento a las dos cosas. Sin embargo, según el tamaño de las responsabilidades, mientras más se tengan más tocaría confiar en los demás y delegarlas, dirigir educar a nuestros delegados. ¿A dónde voy con este razonamiento?, a que no es tiempo para cansarse y abandonar la lucha, hay que buscar líderes con la calidad moral del revolucionario, es decir, de aquel individuo que asumió el reto de cambiar él, y cambiar la sociedad donde vive, que es un reto ético y moral… Estamos hablando de un estado de consciencia donde el individuo se reconoció explotado, injustamente tratado, IMPOSIBILITADO DE AISLARSE DEL SISTEMA QUE LO CONSTRIÑE, no hablamos de monjes budistas (o cristianos), de anacoretas, de desertores sociales haciendo vida en una isla solitaria. A este revolucionario le toca la lucha por los cambios, dirigir la lucha por los cambios y hay que hacer que emerja de la clase obrera, campesina, militar, técnicos, políticos, estudiantes, que piense en el resto de la sociedad, en el país, en la patria socialista.

¿Existen estos hombres y estas mujeres? La historia nos dice que sí. Más aún, sin ellos la humanidad no avanza. Debemos persistir en identificarlos, como quien descubre "talentos".

En Venezuela estamos emboscados entre un conflicto político de facciones de oportunistas y un país que se desmorona por la codicia y la ineptitud, donde reina el desorden. Ahora no hay gasolina, no hay suficiente renta petrolera para emparejar las cargas sociales, todo orbita alrededor del fracaso petrolero, y todos los que saben y pueden rescatar la industria y ponerla al servicio del país, están exiliados o presos. Hay que resolver un problema político, cambiar el rumbo político pero a la vez atender la urgencia de la gasolina que tiene paralizada buena parte de nuestra economía, lo cual requiere el concurso de técnicos honestos y especialistas con visión política (no de administradores, contadores, informáticos especializados en robar, especializados en desaparecer petróleo, dólares y criptomonedas).

Cuando la gente está centrada en resolver sus asuntos personales suele olvidarse de la Patria-sociedad, la abandonan, sin necesidad de irse del país. Pero en asuntos más fútiles suele ser patriotera, en los deportes, con los artistas, hasta con la harina pan y la cerveza, inclusive con el Esequibo sin haberlo visto jamás o saber dónde queda. Pero hoy más que nunca se necesita la patria socialista, que reclama la concurrencia del chavismo, necesitamos un liderazgo comprometido con la gente que ahora está cargando con todo el peso de la crisis, de la traición de unos, de la indiferencia de otros, LÍDERES POLÍTICOS SOCIALISTAS que empeñen su palabra y la honren con sus actos o con sus vidas, no payasos ni monigotes, pastores evangélicos, demagogos profesionales, faranduleros de la política.

Desde ya hay que proteger la vida de los gerentes y trabajadores petroleros chavistas presos, sin juicios y sin condenas, en las cárceles donde mueren los enemigos del gobierno. Hay que buscar la manera de garantizar la vida de Rafael Ramírez para que vuelva y corrija lo deshecho junto a sus ingenieros presos, inclusive aquellos que fueron engañados y usados de "chivos expiatorios" por el gobierno de Maduro. Sin la PDVSA de Chávez la renta del petróleo seguirá en manos de ladrones oportunistas, y el petróleo caerá en manos de los otros "Trumps" y sus similares en todo el mundo.

Rescatemos nuestra Constitución secuestrada por traidores, rescatemos a la PDVSA SOCIALISTA de las manos de ineptos, con la dirección de Rafael Ramírez.

¡LIBERTAD PARA TODOS LOS TRABAJADORES PRESOS, Y PRESOS POLÍTICOS! ¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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