Si es cierto que las luchas internas de la Liga Socialista contribuyeron a perfilar las elaboraciones políticas y teóricas, también lo fue el comienzo del estancamiento y retroceso: la organización se encerró en sí misma y se desvinculó del movimiento de masas.

El período de los años de la década de los setenta -1970 al 1977-, representa un período donde la arbitrariedad se expresó hasta con la propia disolución de la Liga Socialista y la propia salida de convertir la Comisión política Militar de la OR en una especie de ente todopoderoso que todo lo sabía y todo lo podía. Pues, en este proceso podemos distinguir tres fases:

1. La primera, una fase inicial de descalificación del Comité Nacional de la Liga Socialista por la vía de ubicarlo dentro de una corriente de derecha, el famoso 5% frente al 95% de la organización que era marxista-leninista, claro está, encabezado por Julio Escalona.

Esta tenía como elemento principal la descalificación del CN de la Liga Socialista, pero allí también se produce una polémica con un grupo de compañeros de la región del Estado Lara -quienes tenían la responsabilidad del trabajo de barrio y el antiguo responsable estudiantil-, que culminó con el abandono de éstos de la organización.

Fue evidente que este grupo de compañeros desarrollaron en la polémica una posición anti partido y liquidadora. Acusaron a la organización de revisionistas, no aportando demostración alguna. El grupo que fue expulsado logró llevarse 35 militantes, pero su salida no creó desgaste más grande que los derivados de la situación general de crisis de la organización.

Es decir, el trabajo fraccional de este grupo no afectó de manera particular a la organización más allá del estado Lara. De hecho, este grupo no tenía una identidad ideológica. Ellos, luego de su salida de la organización, promovieron el llamado "Movimiento Comunista Revolucionario" (MCR), se declararon de orientación Maoísta y con influencia únicamente en Barquisimeto.

Este grupo llegó a condenar a la guerrilla salvadoreña porque supuestamente era un instrumento del social-imperialismo-soviético. Posteriormente, en la década de los 80, algunos de sus dirigentes se incorporaron a "Tendencia Revolucionaria" (TR) y por esta vía llegaron, en 1988, a la CAUSA R.

En estas condiciones, sin ninguna clase de claridad ideológica, con un marcado oportunismo, era imposible que lograran derrotar a una organización que, efectivamente, se encontraba unida en torno a su dirección nacional –por lo menos, los militantes que se habían quedado-, llenos de confianza en esa dirección y llenos de fe y esperanzas en el futuro.

2. Una fase intermedia en la que se planteó la necesidad de que llegara el CPM a resolver la crisis de la Liga Socialista. Por supuesto, era Julio Escalona, el único capaz de resolver la crisis de la organización.

En torno al III gran periodo de lucha -en el año de1977-, no se hizo nunca ningún balance. Ni lo recordamos, ni encontramos un solo documento que nos permitiera encontrar una aproximación a un balance de ese proceso.

Frente es estas críticas el CPM respondió, señalando que esas críticas no se correspondían con un enfoque justo de la realidad de la organización.

Señaló el CPM que él cómo organismo se había encargado de señalar las deficiencias de la línea política y que para avanzar era necesario que la organización se dotara de un programa, que era necesario dar un salto teórico para consolidar las posiciones conquistadas en la práctica.

Se planteó, también, que la autocrítica del CPM era acompañada de la superación de los errores. "Que nuestra línea política se había ido perfeccionando, lo cual quedaba evidenciado con el progreso, desarrollo y crecimiento de la organización… por esta razón había dicho en varias oportunidades y lo ratificaba ahora, que nuestra crisis es una crisis de crecimiento…", en el sentido que era necesario enriquecer y desarrollar nuestra teoría para seguir avanzando.

También, se planteó que, si bien es cierto que la organización no había completado sus elaboraciones programáticas, ello no quiso decir, que la organización no tuviera definición estratégica -entre ellas se podrían contar-:

- La definición de la estructura económica de Venezuela como neocolonial,

- Una caracterización de la revolución venezolana como socialista y que, a partir de la propuesta de línea general, se definió como democrática y antimperialista;

- La definición de las fuerzas motrices de la revolución venezolana y el proletariado como fuerza dirigente,

- La definición del enemigo principal, la definición de la vía de la revolución venezolana,

- Definiciones sobre el partido del proletariado y de la estructura del partido a construir conformado por tres vertientes dialécticamente interconectadas.

- Estas definiciones estratégicas fueron las que condujeron el avance de kla táctica de recuperación, reorganización y preparación de las fuerzas.

En estas respuestas se evidencia que la organización no había trascendido las definiciones iniciales que justificaron el surgimiento de la Liga Socialista, debido precisamente al hecho de que la DN (el CPM) se encontraba instalada, una corriente arbitraria y de derecha que se apartaba progresivamente del marxismo-leninismo; lo cual le dejaba un flanco de debilidad a posiciones reformistas y a posiciones que se podrían calificar de ultra izquierdistas –como las del grupo Lara-.

3. Una fase terminal abiertamente exterminadora, donde la fracción encabezada por Julio Escalona se planteó la disolución de la organización. En la práctica, logró desintegrar la estructura clandestina-militar y casi logró la disolución de la Liga Socialista.

Con esta finalidad avanza desde su legalización, sustituyendo cuadros, en una pretendida reorganización, dándole una beligerancia a cuadros de masas afines a ellos y tratando de penetrar culturalmente con posiciones antimarxistas. La evidencia más palpable de que no era la Dirección de la Liga Socialista quien concentraba la desviación de derecha es el hecho de que todos los compañeros que fueron enviados a intervenir el CN de la Liga Socialista, fracasaron en su empeño.

Por el contrario, en esos años el deterioro organizativo y político, el aislamiento de las masas y en general, los reformismos se profundizaron en esas fallas. Incluso, la incorporación de Julio Escalona –entre otros-, a la lucha legal y abierta, pese a todas las expectativas que generó en la militancia de la organización, en la izquierda y en sectores avanzados del pueblo, se constituyeran en un ruidoso fracaso, pues profundizó la crisis de la organización y casi la condujo a su total desaparición.

En definitiva, los militantes de la Liga Socialista vivieron un período de victorias bajo la dirección de Jorge Rodriguez y no estában acostumbrados a la derrota y que al ocurrir las derrotas muchos se desmoralizaron. Esas derrotas no fueron propiciadas por el enemigo, sino por las posiciones incorrectas en el seno de la organización, particularmente en su dirección nacional.

Esto fue lo que más dolió: un largo período de luchas internas que se abrió una herida y se tuvo que pelear muy duro –la mayor parte de los militantes resistieron-, para más de 50 años después, comenzar a pensar, a penas conocer, un período de desarrollo de la Liga Socialista inconcluso.

Es obvio, ya es imposible que la izquierda venezolana pueda desarrollar algunas iniciativas de construcción histórica que satisfaga las reivindicaciones populares e instaure una auténtica democracia: un gobierno que avanzaría ininterrumpidamente hacia el socialismo…ese que se conquista peleando.

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento ¡