De Angostura a Boyacá, la gran marcha hacia Carabobo

La fragua de los tiempos insurgentes de la gesta patriótica de Simón Bolívar (XIII)

En el Discurso ante el Congreso Constituyente de Angostura, Bolívar deja allí plasmado el ambicioso proyecto de la República de Colombia; hace de manera explícita el pedido de la proscripción de los esclavizados, manifestando en su mensaje que:

"La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento de su propia destrucción.(…) Un gobierno republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas".

Pero en cuanto al pedido de la libertad absoluta de los esclavizados, aquellos diputados se hicieron de oídos sordos para no atender tan presuroso pedimento de Bolívar, ya que el tema abolicionista era de muy escaso interés para ellos, pues, la mayoría de aquellos nobles legisladores, eran esclavizadores unos, y otros defensores de aquel inhumano sistema, con el que los oligarcas se habían hecho ricos y seguían acrecentando sus caudales y privilegios.

Ya instalado el Congreso Constituyente, en Angostura, Bolívar parte con su Ejército Libertador a emancipar a la Nueva Granada, el 22 de junio de 1819. Toma el sendero de los llanos, rumbo al ascenso del Páramo de Pisba, en plena época de lluvia, haciendo una difícil travesía por aquellos empinados riscos, enfrentando los más difíciles obstáculos, ya que era la única vía que podía conducir al Ejército Libertador, hasta el territorio neogranadino, sin ser detectado por el Ejército Realista, que estaba instalado por todos los caminos reales, desde Venezuela hasta Nueva Granada y así poder ejecutar la operación sorpresa, llegando a Gameza y Pantano de Vargas donde sostiene los primeros combates favorable a las tropas republicanas en tierras neogranadinas, entre 11, 24 y 25 de julio de 1819, y ahora se dirigen las victoriosas tropas hasta el Puente de Boyacá, donde El 7 de agosto enfrentan en honroso triunfo, al ejército realista, en cuya acción se libera a la Nueva Granada, después del heroico esfuerzo de los batallones de la Republica, bajo el mando del General Simón Bolívar, Libertador y Presidente de la República de Colombia (la Grande).

Luego de la épica Batalla de Boyacá, liberada la Nueva Granada, Bolívar con su Ejercito victorioso, parte desde Bogotá a liberar las tierras de su patria: Venezuela, fortaleciendo los imperiosos deseos de liberar a Quito, lo que permitía abrir la senda de la libertad hacia el Sur del Continente, para lo que era necesario emprender la Campaña de Venezuela, hasta llegar a Carabobo, el 24 de Junio de 1821, y desde allí abrir las puertas hacia la liberación del continente Americano, y sacudir de una vez por todas al yugo español.

Debemos entender que, para que pudiese llegar a buen término el triunfo de la Batalla de Carabobo, necesariamente Bolívar tubo que emprender, desde angostura, la Campaña Libertadora de Nueva Granada, que arranca desde los llanos de Apure, atravesando los empinados Andes, hasta llegar a Boyacá y liberar a Nueva Granada, que para el momento era la sede del Virreinato, lo que se puede deducir que a partir de allí se enfila la Campaña de Venezuela que termina en Carabobo y de allí se inicia la Campaña del Sur.

Es importante destacar que para 1820, el centro de Venezuela estaba dominado por el ejército español al mando de General Pablo Morillo, secundado por el General Miguel de la Torre, que aglutinaba una poderosa fuerza de 14.000 guerreros, que conformaban el ejército español, que gran parte de ellos habían sido preparados y formados en España, para la reconquista y dominación de las colonias que se mantenían en franca rebeldía, por su independencia y la instauración de gobiernos con autonomía republicana.

Sin embargo, los realistas a pesar de haber perdido a Santa Fe de Bogotá, en la Batalla de Boyacá, mantenían el dominio de todo el flanco norte costero de Nueva Granada y Venezuela: Cartagena, Santa Marta, Maracaibo, Coro, Puerto Cabello, La Guaira, Barcelona y Cumaná, con la excepción de la Isla de Margarita, controlada por los caudillos republicanos Libertadores de Oriente. Igualmente, los realistas dominaban toda la región central de Venezuela, incluyendo Barinas. De igual forma disponían de importantes recursos que manejaban a su antojo, que provenían de los ingresos producidos por la exportación del cacao y el añil. Existía para el momento una considerable ventaja que favorecía al ejército realista, su poder gubernamental todavía era fuerte.

La situación del ejército Republicano, desde el punto de vista militar y económico, en el momento, se encontraba en una situación precaria, los recursos económicos eran escasos, y militarmente solamente dominaban Margarita y Maturín, en el Este del País; en la parte Oeste, dominaban San Cristóbal, Mérida y parte de Trujillo, y al Sur conservaban la Provincia de Guayana y el extenso llano apureño, bajo el dominio del indómito General José Antonio Páez, al frente de los valientes llaneros, que lanza en mano arrebataban triunfos a los realistas.

Bolívar regresaba a Venezuela por los Valles de Cúcuta con la unidades victoriosas de Boyacá, se estaciona en Trujillo y se da cuenta del peligro que se presenta, si el ejército español avanza hacia Cúcuta, lo que traería como consecuencia la pérdida de la recién liberada Nueva Granada, ya que para el momento, la República carecía de un ejército sólido, para la defensa de la Patria, por lo que Bolívar desde Trujillo, decide establecer comunicaciones con el General Pablo Morillo, con la finalidad de enviar a España representantes plenipotenciarios, a negociar con el gobierno español, un cese definitivo de la guerra.

Los tratados del Armisticio y de Regularización de la Guerra, se firmaron entre el 25 y el 26 de noviembre de 1820, siendo el General Antonio José de Sucre, el representante por parte de la República y por la parte española, el Brigadier Ramón Correa. El cese de las hostilidades debía durar seis meses, y podía renovarse a mutuo acuerdo. Este tratado de Armisticio, de acuerdo a la situación de las partes en pugna, beneficiaba ventajosamente a los patriotas, por cuanto le permitía reorganizar las fuerzas militares y preparar la batalla decisiva: Carabobo.

Con la firma del Tratado de la Regularización de la Guerra, se ponía fin a la Guerra a Muerte, decretada por Bolívar en 1813, sometiendo el conflicto a reglas que definían el respeto a la vida y el canje de prisioneros. Tan pronto se firmó el acuerdo de Armisticio, el Ejército Republicano estableció su defensa en los territorios que le habían sido asignados, de igual manera lo hace el Ejército Realista.

En el marco de este estelar acontecimiento histórico, el General Morillo propone al Libertador Simón Bolívar un encuentro amistoso, fijando como lugar de la entrevista, el pueblo de Santa Ana de Trujillo, el 27 de noviembre, donde ambos jefes después de celebrar, compartieron largas conversaciones personales, al final acuerdan levantar un monumento para el recuerdo de aquel evento histórico de amistad en la Ciudad de Santa Ana de Trujillo. Todos estos acontecimientos en medio de la beligerancia, significaba ya, el reconocimiento oficial de República de Colombia, por parte del gobierno español, lo que permite la regularización de la guerra en términos de concertación mutua entre el ejército republicano y el ejército realista.

Después de la entrevista en Santa Ana, Morillo pasa a Caracas para embarcarse rumbo a España, en los días posteriores, dejando al ejército español en manos del General Miguel de La Torre. Todos estos acontecimientos, apuntan a forjar importantes avances, a favor de la causa republicana, que Bolívar supo aprovechar para la organización y fortalecimiento del Ejército Patriota, a la vez que se esmeraba en organizar el trazado estratégico para el triunfo de la Gran Batalla. Los tratados de Armisticio y el Regularización de la Guerra son el resultado de la estrategia diplomática de Simón Bolívar, donde se logra el reconocimiento de la República por el Gobierno español, y lo que supo El Libertador aprovechar para la organización de las tropas republicanas, desde los territorios pautados en el tratado.

Al poco tiempo de haberse firmado el Armisticio, se producen algunos sucesos que alteran la normativa establecida en el Tratado, que perturbó la paz y precipitó el restablecimiento de las hostilidades, siendo el suceso más importante, cuando la Provincia de Maracaibo, que se hallaba en posesión del Gobierno español, proclama la adhesión a la República y solicitan el auxilio de las tropas patriotas, es cuando el Comandante José Heras, el 29 de enero de 1821, tomó a la ciudad con su destacamento. La Guarnición española abandona la Plaza, luego desde Trujillo el General Rafael Urdaneta llega con su ejército a la ciudad de Maracaibo, y se declara provincia adherida al proyecto republicano.

El general La Torre protesta ante tal suceso, dirigiéndole sendas cartas, a Bolívar, pero El Libertador, trató de justificar la adhesión de Maracaibo a la Republica. La ruptura del armisticio contribuía a beneficiar las fuerzas patriotas que se reorganizaban de manera sasticfactoria. Estos sucesos indujeron a las partes en conflicto, acordar el cese de las hostilidades el 28 de abril.

Bolívar contaba en su planificación estratégica con un ejército integrado por tres grandes fuerzas: El Ejército del Sur, estacionado en Apure y comandado por el General José Antonio Páez; El Ejército de Oriente, que reagrupaba el General Carlos Soublette, quien también había sido nombrado Vicepresidente del Departamento de Venezuela. También estaban las guerrillas orientales y las fuerzas margariteñas al Mando del General Arismendi y el Ejército del Norte, cuya base era una de las brigadas de La Guardia, al mando del General Rafael Urdaneta, quien debía organizar fuerzas desde Maracaibo y Coro y sumar otras procedentes de Nueva Granada. De esta manera Bolívar logra concentrar las fuerzas patriotas para darle el golpe final a las tropas realistas, en Carabobo: en el pleno corazón de Venezuela.

En el transcurso de la Marcha hacia Carabobo, El Libertador dispuso de una serie de operaciones que se conocen estratégicamente como "diversiones", con la finalidad de desarticular el férreo dispositivo militar y desagrupar las fuerzas, con que contaba el General La Torre, en la Provincia de Caracas, responsabilidad que debía asumir el Ejército de Oriente, muy especialmente por las fuerzas que comandaba el General José Francisco Bermúdez, que siguiendo las órdenes de El Libertador, al mando de 1.200 soldados, avanzó desde Unare sobre Caracas, batiendo las fuerzas realistas en El Guapo, marchando hasta Caucagua y dar batalla en Guatire, donde puso en fuga a 700 realistas, en el Trapiche de Ibarra, el 12 de mayo de 1821 y el 14 de mayo Bermúdez entra a Caracas, de la que se retiraban los realistas.

Desde Caracas el General Bermúdez se fortalece con nuevas fuerzas, gracias a voluntarios de Caracas y La Guaira, que se aprestan a cerrar filas en las tropas patriotas, y marcha a los Valles de Aragua, ocupando La Victoria el día 20, pero agotados los pertrechos de guerra se ve en la necesidad de regresar hacia Caracas, cuatro días después, para salir de Caracas el día 26, y marchar en retirada hasta Guatire, perseguido por las tropas realista. Estas maniobras logran desorganizar y dispersar las fuerzas realistas, descartando el plan de atacar a Bolívar en Guanare.

Con este repliegue, Morales envió sus mejores tropas a defender Caracas, pero mientras esto sucedía en el centro de Venezuela, en el Occidente: Coro y Barquisimeto caen a favor del ejército republicano al Mando del General Urdaneta. La vanguardia de Morales se mueve hacia el Norte, dejando la vía libre del flanco Sur, lo cual permite el avance del Ejercito al mando de Páez. El General Bermúdez perdió la Batalla de Caracas, pero esta maniobra, genera el triunfo de las operaciones previas, que hacen posible la desorganización y dispersión de las fuerzas realistas, que al final es lo que produce la victoria de Carabobo.

Mientras el poderoso ejército español se descolocaba, va perdiendo fuerza, gracias a las operaciones de Bermúdez, desde el Oriente hasta Caracas, el ejército del Norte, comandado por Urdaneta después de liberar a Coro avanza hasta Barquisimeto, marchando desde allí hasta san Carlos donde se reúne con las tropas de Bolívar. Aquí acotamos, que el general Urdaneta no pudo conducir sus tropas hasta Carabobo, por causas de enfermedad, y debe quedarse en Carora, confiando el mando de su ejército al Coronel Rangel, al mismo tiempo que el General Páez, avanza desde Achaguas con 1.000 infantes y 1.500 jinetes.

San Carlos es el sitio de concentración, el 23 de junio Bolívar pasa revista al Ejército Patriota, en las sabanas de Taguanes y el día 24, se da la Gran Batalla con la brillante victoria, del Ejército Libertador que estaba conformado por tres divisiones: Primera división (vanguardia), mandada por el General Páez; Segunda División (centro) al mando del General Manuel Cedeño y la Tercera división (reserva) bajo el mando del General Ambrosio Plaza.

Después del gran triunfo de Carabobo, el General La Torre derrotado, se refugia en Puerto Cabello y allí permanece atrincherado hasta el año 1822, cuando es transferido a Puerto Rico quedando los reductos de las tropas realistas al mando de Morales, hasta su capitulación en agosto de 1823, después de la derrota en la batalla naval de Maracaibo el 24 de julio, cuando definitivamente es sellada la Independencia de Venezuela.

 



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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