“Hay maestros que imparten su ignorancia”
Marco Aurelio Almazán
Definitivamente el Esequibo o pedazo de suelo venezolano en reclamación ha despertado una gigantesca ola de amor por la patria y va dejando arrinconado al eterno grupo de vendepatria, casi ahogados en su rancio pensamiento y por más argumentos que busquen para justificar su inclinación a las arbitrariedades y usurpaciones del imperialismo, van quedando, como unos simples serviles, arrastrados, utilizados y finalmente despreciados, ya que, en el momento tan peligroso para la humanidad, arrodillarse a las botas gringas, es darles la oportunidad para pisotear nuestro suelo, como lo hicieron los españoles, despertando la gallarda acción de los patriotas del aquel entonces, con el guía incansable Simón Bolívar –el culo de hierro– como lo llamó el antropólogo Miguel Acosta Saignes, porque no se bajaba de un caballo.
A pesar del momento tan conflictivo, que está viviendo Venezuela, son pocas las discusiones por el lógico reclamo del Esequibo, pero nunca faltan los peros, como decía un astuto comerciante, quien demostraba una humildad por sobre todas las cosas, pero a la hora de responder dejaba a cualquiera en un profundo silencio y el dinero parece que lo ayudaba; siempre repetía ¡El ignorante, cuando habla cree, que todo el mundo lo está escuchando y no se da cuenta, que lo dejan hablar para no herirlo! Por momentos se presentan casos donde la respuesta no se hace esperar en medio de la discusión y al final para algo sirve, ya que, empiezan aparecer las acusaciones contra el gobierno de los EE. UU, el verdadero interesado en un conflicto territorial y ahora por el petróleo, tan vital para su economía, como el consumismo para el capitalismo salvaje
Hace pocos días, tuve la oportunidad de escuchar atentamente la discusión entre una humilde mujer, quien siempre ha trabajado en quehaceres del hogar en casas de familia y ese simple hecho me sorprendió por su manera tan clara de enfocar el problema del Esequibo; estaba enfrentando con argumentos convincentes a una joven maestra, que a lo mejor no esperaba una certera explicación sobre el problema, el cual le puede servir para reflexionar en su noble profesión de enseñar, ya que, no se pueden cometer errores tan garrafales, algunas veces por la edad, pero en la mayoría de las casos es por la influencia de las redes y el poder mediático de la parte interesada de hacer ver al Esequibo, como parte de Guyana, precisamente en el momento, cuando el gobierno de USA, se monta, hasta en el trineo de San Nicolás, para ver, si sigue engañando, cuando nos acercamos a la navidad.
Los argumentos de la humilde mujer, ayudan a entender el problema. En medio de la discusión, se remontó a su época de estudiante de primaria – parece, que hasta ahí llegó– pone, como ejemplo algo muy sencillo: los cuadernos de ese tiempo traían el mapa de Venezuela, con el Esequibo dibujado para colorear, sin esa raya divisoria, ya que, tanto el imperialismo, como los mercaderes del petróleo no sabían de la cantidad de barriles depositados en este territorio por la madre naturaleza, pero ahora, cuando algunos de los países proveedores del vital líquido de esta parte del continente para el país estadounidense han despertado dejando de regalarlo, aparece el gobierno de Guayana, con sus bravuconadas incitadas por la actual administración de Joe Biden y todos sabemos, que, cuando no lo consiguen a precio de regalo, acuden al chantaje, a las amenazas y en última instancia a la violencia.
Lo cierto es, que la novel educadora recibió una lección, ya que, de pronto la discusión, prácticamente se convirtió en un monólogo. La única persona en hablar era la humilde trabajadora, más, cuando las pocas personas presentes estaban sorprendidas con su elocuencia sobre el tema, hasta de las regalías habló. Terminó haciéndole varias preguntas, sin respuesta alguna, porque parecía, que la maestra no las oía, se mantuvo en silencio y se le notaba en el rostro la desesperación por marcharse: ¿Dónde estudió usted? ¿Usted va seguir repitiendo lo que dicen los gringos y sus serviles? La mujer se marchó y podemos asegurar, que para la próxima la va a pensar bastante para intervenir en una conversación sobre el Esequibo, porque de la persona menos pensada, salta un patriota defendiendo la patria. Por eso el próximo 3 de diciembre son cinco votos por el SÍ, para seguir en la legitima reclamación por la vía diplomática, aún, cuando sabemos, que los gringos se encuentran preparando el terreno en una clara usurpación con la Exxon Móvil, para robarse el oro negro perteneciente a Venezuela.