La situación actual del litigio por el firme y soberano reclamo de la Guayana Esequiba por parte de la Republica Bolivariana de Venezuela, tiene movilizados a amplios sectores populares e institucionales como no se había visto en mucho tiempo; campaña nacional que está en franco y robusto crecimiento. Procedo a hacer un recuento histórico, social, y político soberano de la República Bolivariana de Venezuela respecto a la genuina posesión de la Guayana Esequiba.
Rezago de Colonia: combatir la tara del colonialismo.
Esta situación que se vive actualmente con el Esequibo, es consecuencia de la presencia colonial y neocolonial, mediante prácticas imperialistas de marcada agresividad por parte de Inglaterra, Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados. Estas potencias hegemónicas han basado su fortaleza y dominio en nuestras regiones de naciones periféricas a punta de arbitrariedades en todos los escenarios posibles, a fin de mantenerse pisoteando derechos y soberanía de los pueblos del mundo. Por tanto, en momentos actuales se hace necesario que nuestros pueblos, asuman su propia defensa en unidad, elevando su conciencia colectiva ante los atropellos imperialistas. Descolonizarnos, significa combatir los rezagos de colonialidad, presentes en nuestro tiempo y que deben ser combatidos fortaleciendo y animando a nuestros pueblos mediante la formación política liberadora y transformadora, que permita superar el estatus de dominio imperial sobre nuestras naciones. El litigio por nuestra Guayana Esequiba, se circunscribe como una pesada herencia colonial que hoy debe ser enfrentada y combatida para resarcir derechos territoriales de Venezuela en su configuración soberana correspondiente y genuina en lo histórico, geográfico, social y político estratégico.
Para Venezuela su Independencia, ha sido a costa de mucho sacrificio, sangre, sudor y lágrimas.
La gesta independentista en territorio venezolano, permitió alcanzar estatutos de libertad, luego de grandes sacrificios. Lo que es muestra, que nada nos ha sido otorgado gratuitamente por benevolencia de las naciones imperialistas, siendo un caso genuino de esfuerzos supremos de las generaciones fundacionales de la nacionalidad del pueblo venezolano. Por ello tiene gran trascendencia, el genuino reclamo de justicia por resarcir los daños ocasionados en perjuicio de Venezuela, por el ahora destartalado imperio británico y su gran aliado el imperio en decadencia los Estados Unidos de Norteamérica. Recuperar la soberanía política y administrativa sobre la Guayana Esequiba, constituye el gran reto de las generaciones actuales del país bolivariano; la reconfiguración geoestratégica que permita un equilibrio de Venezuela fundamentado firmemente en su legado histórico, social y político.
Es falso de toda falsedad que, a Guyana, se le esta quitando territorio. A Guyana le corresponde el territorio ubicado en la margen derecha del rio Esequibo; antiguas posesiones inglesas de Demerara y Berbice. El hecho que Guyana se quiera victimizar, no es argumento válido, cuando no dispone un mínimo de elementos probatorios históricos, cartográficos o de cualquier otra índole, que justifiquen su presencia ilegal en la Guayana Esequiba. Mas allá de ello hace uso actual de extracción de recursos naturales, minerales e hidrocarburos, violentando el Acuerdo de Ginebra de 1966, único marco legal que rige los procedimientos respetuosos, formales y civilizados para dirimir la controversia.
Venezuela posee justos y genuinos títulos sobre la Guayana Esequiba.
Venezuela goza genuinamente de titularidad sobre la Guayana Esequiba, desde la conformación de los Estados nacionales en la región americana, a partir de la intervención e invasión europea y consecuente fragmentación del continente Abya Yala, como era y aún persiste, se conoció a este amplio continente. Venezuela es poseedora de amplios títulos, cartografía y un legado histórico innegable, que las prácticas de rapiña colonialista, que nadie ni ningún tribunal ni estamento espurio podrá desconocer nunca, jamás.
Anacronismo de procedimientos jurídicos coloniales.
Persiste latente en el ambiente enrarecido y viciado por la tradición jurídica de marcada tradición hegemónica, dar fundamento y legalidad, a todos los atropellos cometidos a través de las políticas intervencionistas, colonialistas y neocolonialistas imperiales en cualquier región del planeta. Todo ello para dar y guardar apariencias en una aparente legalidad de todos sus infames procedimientos de apropiación inmoral de derechos fundamentales sobre bienes y recursos de las naciones intervenidas. De allí se desprende la desconfianza en organismos internacionales como lo representa la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Desde la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU), se vienen dando procedimientos, que vienen desvirtuando el correcto marco legal acordado en Ginebra en 1966. El recelo desde Venezuela, está fundamentado en amargas experiencias, como lo representó el Laudo de Paris de 1899, totalmente irrito; viciado de nulidad. Reeditar una experiencia de tal magnitud, significaría para Venezuela la pérdida definitiva de un territorio fundamental para su desarrollo soberano. Por tanto, no existe ni la confianza, ni el ánimo de acudir a semejante organismo judicial internacional, que signifique una nueva acción de despojo colonial contra la Patria Bolivariana de Venezuela.
Delta Amacuro, puerta Atlántica; única salida y entrada oceánica soberana y conexión de Venezuela con el mundo.
La agresividad mostrada por la diplomacia guyanesa es elocuente y sumamente irrespetuosa con un vecino que siempre le ha dado un trato preferencial en las relaciones entre naciones vecinas; como lo es la tradición de la diplomacia de Paz de Venezuela. Guyana viene violentando sostenidamente de manera temeraria, el marco legal establecido por el Acuerdo de Ginebra de 1966, otorgando concesiones y explotando recursos minerales, hidrocarburos y otra serie de recursos naturales de manera persistente, en territorio y un correspondiente mar pendiente por delimitar. Mas allá de ello, transgrede aguas territoriales de la plataforma deltana, que bajo ninguna circunstancia está en litigio; son aguas soberanas venezolanas. Esto pone en serio compromiso la soberanía venezolana sobre su fachada atlántica; única salida, entrada y conexión soberana de Venezuela con el resto del planeta. Además de restricción de la actividad económica de Venezuela sobre recursos pesqueros y marítimos sobre su plataforma continental, asunto legitimo venezolano, que no tiene discusión y que está fuera de consideraciones litigiosas.
Referendo consultivo inédito, en consulta soberana del Pueblo venezolano; voz del pueblo, es voz de Dios.
El Referendo consultivo activado por la Asamblea Nacional Venezolana, y con el visto bueno del Tribunal supremo de Justicia (TSJ) y del Ejecutivo Nacional, constituye un asunto soberano de Venezuela, para nada sujeto a poder extra nacional que pretenda su anulación. Es una consulta al soberano pueblo venezolano que dará fundamentación a un justo reclamo a la Patria bolivariana en su reconfiguración espacial geográfica, estratégica y definitivamente política en su integridad como nación soberana. Por ello este domingo 3 de diciembre el pueblo venezolano, bolivariano y patriota dará respuesta contundente votando afirmativamente 5 veces; síes afirmativos por la soberanía de la Patria nuestra venezolana, en su genuino reclamo y retorno al entorno geográfico, político y administrativo integral e integrado soberano de la Guayana Esequiba.
¡¡¡La comunidad internacional, debe valorar y respetar la voluntad soberana del Pueblo venezolano, ante sus justos títulos de soberanía sobre la Guayana Esequiba!!!