A los venezolanos, el Esequibo se les va de las manos

Exposiciones históricas sobre la situación del Esequibo, conducen a resolver el asunto desde algunas posiciones fundamentales.

El Esequibo es un arrebato ingles a las propiedades españolas de tierra venezolana; por lo tanto, le pertenece a Guyana. El Esequibo es una región independiente de Guyana y Venezuela, pertenece a los pobladores locales (ancestrales y contemporáneos). El Esequibo es de Venezuela y es un tema de soberanía y seguridad nacional.

Las distintas reacciones que se observan en la teorización del problema al interior de Venezuela, obedecen direccionalmente a la tesis que se tome como punto de partida, en la comprensión del problema. Sin embargo, en la práctica, las tres tienen en común, quedarse quieto frente a la iniciativa política local e internacional de Guyana, de tomar para sí, el Esequibo.

Se justifique que la competitividad del capitalismo, pone la solución del problema del Esequibo, en manos de transnacionales petroleras de occidente o asiáticas. O, que no se puede hacer nada sin promover una guerra con la que no estamos de acuerdo. Que es necesario reconocer el derecho de los residentes ancestrales y contemporáneos, sin que tengan fuerza política y militar para defenderse. Todo esto parece una utopía.

Cuando tales conclusiones se confrontan con la realidad de la política internacional, nos damos cuenta que el tratamiento a la controversia limítrofe por el Esequibo, lo está manipulando el neocolonialismo anglo norteamericano.

De esta manera, aunque en las relaciones diplomáticas entre Guyana y Venezuela, aparece formalmente planteada la controversia, entre Guyana, que se mantiene apegada al Laudo arbitral de París de 1899 y Venezuela que se apoya en el Acuerdo de Ginebra de 1966. En la realidad política, se puede apreciar concretamente que, los más activos en resolver la controversia a su favor, son las autoridades de Guyana, quienes, con el respaldo neocolonial, piden cordura a los venezolanos para que suavecito se dejen quitar el Esequibo,

Por su parte, el gobierno venezolano, se manifiesta por una solución pacífica. Con el disuasivo del referendo y el Acuerdo de Ginebra.

La cuestión es que los dos países, toman como verdades inamovibles sus puntos de partida históricos, el laudo de París de 1899 y el Acuerdo de Ginebra 1966. Pero, son los venezolanos quienes creen que el Acuerdo de Ginebra 1966 obra por sí mismo y que solo basta invocarlo, para que Guyana deponga su aspiración por el Esequibo. "Cosa má grande en la vida", decía Tres Patines, sorprendido.

El compromiso para Venezuela, es más definitivo. Para este momento, cuando la resistencia en Gaza ha puesto de manifiesto que para resolver problemas de soberanía y de seguridad nacional, de la patria; ante fuerzas tenebrosas neocolonialistas que solo conocen la ley del más fuerte, sin respetar acuerdos internacionales y violando las reglas que ellos mismos han elaborado para su beneficio, es la lucha valiente y el sacrificio popular que se tiene que mantener activo, cuando se enfrenta la empresa neocolonial.

Esta nueva realidad, no se debe dejar pasar, los neocolonialistas anglo norteamericanos e israelíes no negocian con débiles. Al enclenque, se le somete.

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Llevado de los pelos, este caso, para el gobierno venezolano representa una situación sine qua non; de tal manera que, sin una fuerza social popular de respaldo, sin una fibra político militar disuasiva, que reaccione operativamente en la palestra nacional e internacional en defensa de la soberanía, los venezolanos marcharán debatiendo teorías de solución del problema, y mientras debaten, el Esequibo se les va de las manos.

¡Será eso posible!



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Memo Fernández


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