Jean Paúl Sartre, sostenía que el hombre debe ir a un criterio fundacional para lograr argumentaciones libres de engaño, todo alejado de las teorías metafísicas porque son inconcluyentes y vulnerables ante los ataques de los positivistas que llaman a la irreflexión. Es por todos conocido que el principio de la política es mandato por iguales: pueblo y gobierno. El gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros viene unificando los mensajes de la oposición y el gobierno, sobretodo, ahora, referente a nuestro Esequibo. Lo demás son argumentaciones no válidas, hay un programa de ocupación desde el ejercicio de gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando se creó la primera plataforma unitaria integral con todos los partidos políticos, y donde el Movimiento al Socialismo, (MAS), tuvo participación con el activismo de Pompeyo Márquez y José Vicente Rangel.

Este último, hombre influyente bajo el régimen del comandante Hugo Chávez Frías, y habiendo suficiente documentación hasta la presidencia del Dr. Rafaél Caldera Rodríguez. Dicho programa fue archivado y la construcción de viviendas en los linderos Apure con Colombia y Brasil, a su vez en El Esequibo fueron paralizadas., dándosele en estos últimos años oportunidad a Guyana a desarrollarse en estas tierras.

Las riquezas y virtud de nuestras tierras, son solo argumentos para nuestros noveles políticos que solo pensaron en sí mismos, y no en favorecer al Estado, porque carecían de experiencia, ya que no eran diplomáticos de carrera.

La política, se maneja desde la ruptura específica de la lógica, se enfrenta a la misma democracia para impedir opiniones aisladas al colectivo común, que, puede traer confusión. El pasado ya fue, así que no le demos un salto al tigre. Los territorios cuando pertenecen a un Estado hay que ocuparlos y crear asentamientos de un solo zarpazo., porque, Venezuela es parte de la locomotora que describe la historia mundial. El presidente de Guyana en su ignorancia, busca darle un manotazo hacia el freno de emergencia para estremecer el género humano que viaja en ese tren y, a la vez, impedir la garra del tigre.

La legitimación del Esequibo acorde con la cartografía, como dije, lo asumieron los ex presidentes CAP y Rafael Caldera Rodríguez al insertar en el presupuesto del Estado anual, programas sociales que incluía electricidad, agua potable y de regadío, escuela, ambulatorio, y vías de penetración agrícola, se construyeron un conjunto de viviendas de mariología, (sanidad) y se nuclearon grupos de venezolanos en anillos territoriales e incluía cedulación, porque la mayoría de las mujeres guyanesas parían en los hospitales fronterizos que arropaban un extenso territorio hasta Monagas y el Estado Bolívar, Cabudare- Caicara. En el tiempo estas familias fueron abandonadas a su suerte.

El ex ministro Rafael Ramírez y Andrés Izarra no tienen porque emitir opiniones, porque forman parte de esta dejadez, en no continuar poblando el Esequibo.

Ya habló el Poder Constituido del Pueblo, haciendo ver la legitimidad dada desde El Virreinato de Castilla y La Capitanía General de La República. Ya Brasil y Colombia nos habían despojado de una parte del territorio. Todo está claro.

La nueva izquierda quiere sumar votos desde la socialdemocracia. Ahora estos grupos quieren aparecer como emancipadores, desconociendo la historia de los pueblos del Sur.

Jean Paúl Sastre, " Estamos en diferentes mundos, tenemos pensadores existencialistas y marxistas, habían algunos que no tenían participación en la actitud ideológica, estaban dispuestos a aceptar sin rechistar la escena dividida, y a tomar un acto dualista"

Hay documentaciones oscuras, van más allá de los Acuerdos territoriales, crearon confusión sobre todo lo referido con el comandante Fidel Alejandro Castro Ruz y el comandante Chavéz y su canciller. Venezuela, siempre traiga todo en contra de sí, ese amiguismo no existe. CARICON y Petrocaribe es una falsedad, Reino Unido dió a través del Rey Carlos III de mover su flota sí es necesario. Todos traidores, como la noción de Freddy Guevara, cómplices abiertos ante una oposición de la nada, porque todos conforman una sola fuerza común, " apátridas"