¿En qué tipo de sociedad estamos viviendo?

Saben, ayer el Banco Bicentenario, uno de los bancos Estatales de Venezuela, me bloqueó mi cuneta por tercera vez and alrededor de 6 semanas, ¿por qué?, no lo sé, pero la muchacha del banco me dijo que puede ser debido a las fallas de luz o de la señal, cosas que fallan aquí en Venezuela regularmente. Le ocurrió lo mismo a mi esposa en los primeros días de enero, y, me imagino, a muchísimas otras personas.

¿En qué tipo de sociedad estamos viviendo?

Bueno …

Hoy se fue la luz dos veces, otra vez, y el primer día de año, pocos minutos después de la media noche, se fue durante más de 4 horas. Hace unos días atrás, igual.

Así empezamos el año nuevo nosotros aquí en el sector donde vivo.

Mi vecinita fue a la escuela ayer y hoy, y tuvo que regresarse ambas veces porque no había clases, tal vez no había agua, ni luz, ni profesores, lo cual ocurre regularmente aquí también.

A mi esposa, el SAIME, instituto de identificación del Estado venezolano, le robó dos veces $200 ($400 en total) cuando intentó conseguir su nuevo pasaporte que jamás le entregaron, es más, la borraron dos veces del sistema, entonces tuvo que salir del país a trabajar, indocumentada, forzada por este desastre venezolano a salir al extranjero a trabajar para proveer para su familia.

No la veo desde hace 2 años y 8 meses.

¿Cómo les parece?

Qué fabuloso país, como insinúan los seguidores de Maduro.

Desde que Maduro ha estado en el poder, se han ido del país casi 8.000.000 de venezolanos y venezolanas desesperados por sobrevivir, cómo mi esposa. Todas las parejas que yo conozco que se han separado debido a que solo podían mandar hacia el exterior a una sola personas de la pareja, hoy están separados como pareja y cada quién se ha encontrado otra pareja, destruyendo sus familias, y yo, casi también, pero, por suerte, no me pasó, gracias a mi esposa.

Uno se desespera.

Hace 3 años atrás, mi esposa intentó registrar el copyright del nuevo libro escrito por mi sobrina con el SAPI, institución de propiedad intelectual del Estado venezolano, para poder vender su libro en Amazon, pero no lo hizo porque el costo era exorbitante, la burocracia no funcionaba como debe ser, y los tiempos de espera eran demasiado largos, hasta dos años, lo cual es totalmente inaceptable, entonces registró el libro en otro país, a muchísimo menor costo, y dentro de 10 días, obtuvo, debidamente, el copyright.

La semana pasada, yo intenté de registrarme en el SAPI para depositar una patente, pero no pude, el sitio web no servía (por lo menos no para, mí en ese momento). Voy a patentar mi invención en el exterior.

¿En qué tipo de sociedad estamos viviendo?

La CANTV, la principal empresa de telecomunicaciones del Estado, nos robó el cable y la conexión al internet y se la vendió a otro vecino, a un ricachón corrupto conectado con el gobierno, por $200.

Mi amiga, una taxista, tuvo que mandar a reparar su carro tres veces en menos de seis meses debido a la baja calidad de la gasolina que viene contaminada que el Estado venezolano vende en sus gasolineras.

A otra amiga, las fluctuaciones de luz le quemaron su computadora, su nevera, y algo más que no me acuerdo en este instante, y a mí, se me quemaron 7 u 8 computadores desde que empezaron las masivas fallas continuas en el sistema eléctrico en el 2013, una nevera, varios ventiladores, más de 100 bombillos, y tres microondas, y algo más, pero uno pierda la cuenta.

Y estas cosas le ha pasado a casi todos los hogares de los pobres en este país, pero no tanto a la gente que vive en los sectores pudientes y conectados con el gobierno de Maduro, o sea, a nosotros los pobres, quienes ya andamos jodidos hasta los tuétanos, este gobierno nos jode aún más, mientras que a los ricos, Maduro, el PSUV, y su gobierno, los protegen de los apagones y cosas así.

(Tengo evidencias de primera mano de ese tipo de mafiosidad gubernamental. Un día se las presentaré a ustedes.)

Aquí donde vivo, no nos ha llegado el agua vía las tuberías desde el 2017, excepto unas cuatro o cinco veces antes de las elecciones (allí sí llega el agua, misteriosamente), pero solo durante algunas pocas horas. Desde entonces, compramos cisternas de agua, por un total de aproximadamente $2.200, pero mi pensión durante ese mismo periodo, a sido de solo alrededor de $500, suerte que mi esposa, aun siendo una anciana como yo, todavía tuvo el coraje de ir a trabajar en el exterior, donde, para ahorra dinero para mantener a su familia aquí en Venezuela, ella vive en un pequeño apartamento de una pieza, en un sótano, es que todos los miembro de su familia son buenas personas, muy humildes, trabajadoras, honestas, e incapaces de meterse en la corrupción Estatal, o en el tráfico de gasolina, o en la reventa de medicamente, o en la distribución de drogas, y cosas así, para poder sobrevivir aquí en este país gobernado por lo que yo considero son unos criminales de lesa humanidad.

Tampoco son capaces de prostituirse, así como tanta gente que yo conozco personalmente, quienes una vez fueron empleados ejemplares, y empleados del Estado, quienes hoy venden sus cuerpos para poder mantener a sus familias.

Para mí, Maduro ha transformado a Venezuela, esencialmente, en un país de delincuentes, corruptos, y mafias, y, en un gigantesco prostíbulo, desde donde también se exportan criminales y prostitutos y prostitutas, es que, conozco personalmente a varios que hacen eso en el exterior (y aquí en Venezuela), hombres y mujeres, no por culpa de ellos, sino debido a la desesperación humana que Maduro ha fomentado en este país desde que él ha estado en el poder.

Pero los escritores pro Maduro aquí en Aporrea, jamás les contarán estas tristes historias.

Esa es una de las cosas que más me asombran, es que quienes apoyan a Maduro aquí en Aporrea, me critican, y me insultan groseramente, y sin fundamento alguno, simplemente porque yo hablo de esta muy verdadera realidad, la cual cualquier persona de sana mente y alma y honesta, puede averiguar y confirmar, es más, si no fuera así, entonces, ¿por qué coño casi 25% de nuestra población se fue del país?

¿Se fueron de vacaciones?

¿Ah?

Cuando este país es uno de los países más bellos del planeta.

¿Ah?

¿Y por qué siguen yéndose?

Deben existir razones, porque, en general, nadie va a dejar todo, su hogar, su pareja, sus niños, sus amigos, etc., arriesgando su vida para ir a trabajar en un país ajeno, a menos que sea absolutamente necesario.

¿Verdad?

Sí, esa es la verdad.

Es más, creo que todos aquí en este país conocemos a mínimo 10 personas en la actualidad que se estarían preparando para irse del país, yo incluso, y eso, aunque yo adoro este país, mi país preferido, pero todo tiene su límite, y, aunque yo quería morir aquí (por eso me mudé aquí permanentemente en el 2010), yo no voy a morirme aquí como un perro sucio en la calle, no señor, yo tengo más dignidad que eso, por eso me iré cuando pueda.

Es más, por lo menos uno de esos escritores que escriben aquí en Aporrea en mi contra (por decir las cosas cómo son), tiene un montón de hijos y sobrinos en el exterior, pero, él sigue con la idea de que Maduro sería algún tipo de dios, o algo así, y eso, aunque la verdadera realidad de la cual él no habla, le dé cachetadas en la cara todos los días. Y me imagen que, en el caso de los otros escritores aquí en Aporrea que escriben en mi contra (por decir las cosas como son), la cosa sería igual o parecido, bueno, a menos que sean unos ricachones y corruptos conectados al gobierno de Maduro, y cosas así.

Les cuento todo esto, porque desde hace un tiempo ya, he recibido varios correos de lectores de larga data --- ay, se fue la luz otra vez en este instante, por tercera vez hoy ---, lectores que me han dicho que la única razón que, desde hace tiempo, siguen leyendo Aporrea, es para leerme a mí, porque yo sería el único que se atreve a decir las cosas cómo son, y así son (desde mi experiencia personal por supuesto), excepto para los corrutos y privilegiados que representarían no más de 20% de nuestra población en mi estimación, pero todos los demás, nosotros los pendejos jodidos, estamos siendo cojidos por el trasero cada vez más duro, digo yo, porque eso es lo que yo veo todos los días desde el 2013, eso es lo que leo en todas las noticias de Venezuela, excepto en las noticias de los medios de comunicación del Estado, incluso Telesur, noticias que paré de leer en el 2015 cuando me di cuenta de cómo el gobierno de Maduro manipula y tergiversa y oculta la verdad, montando el más grande engaño público que yo jamás he visto en mi vida.

Y, me pregunto:

¿De qué vivirían esos escritores aquí en Aporrea que siguen apoyando a Maduro?

¿Será que ellos son unos corruptos, o conectados, o mafiosos, o algo así?

¿O contrabandistas de gasolina, medicamentos, y drogas?

¿De qué carrizo viven ellos para poder hablar tan bien de una persona (Maduro) quien yo y muchos consideramos ser un tremendo criminal de lesa humanidad y el mayor responsable de este destare humanitario?

Es más, el hecho de que hayan votado por Maduro, no es ninguna excusa para seguir apoyándolo, no señor, digo yo, todos los seres humanos cometemos errores, incluso Chávez, cuando escogió a Maduro como su sucesor.

¿Qué se creen entonces?

¿En qué tipo de sociedad estamos viviendo?

oscar@oscarheck.com
 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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