"La vejez otorga el privilegio
de decir cosas que no significan nada"
José Donoso
Hablando con un amigo, sobre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos a cada momento se nos aparecía un señor, con la mano entendida pidiendo y por lo deteriorado de la salud a causa del alcohol, no era fácil calcular la edad, pero pudo más la curiosidad y apenas nos dio la oportunidad, casi al mismo tiempo se la preguntamos; rápido sin titubear respondió y nos quedamos sorprendidos por la respuesta para terminar convencidos, cuando sacó la cédula deteriorada y vencida, donde no quedaba ninguna duda: 47, pero en el rostro reflejaba por lo menos 70. Esta experiencia para lo único que nos sirvió, es para darnos cuenta del daño tremendo de las bebidas alcohólicas en cualquier persona, pero más en los de pocos recursos, ya que, los dos aspirantes a la presidencia de USA, parecen hacer caso omiso a las bebidas y si lo hacen es bien pensado, porque de lo contrario no estuvieran en ese trajín a una edad tan avanzada, aunque Biden, anda presentando algunas lagunas mentales sumamente peligrosas, por la responsabilidad que tiene.
Lo cierto es que a la presidencia de los Estados Unidos, no se llega presentando chequeos en pruebas atléticas y menos respondiendo exámenes de admisión, porque de lo contrario estos interesados pretendientes, no tendrían ninguna oportunidad de aparecer en la Casa Blanca, ni siquiera, como integrante del equipo encargado del aseo y menos actuando en un circo, a pesar de todas sus payasadas. Creo que en las últimas décadas no se había presentado un despliegue mediático, como el de este momento, con dos candidatos totalmente manejados por las grandes corporaciones y metidos en el propio charco del imperialismo, como esas víboras, cuando las cargan en un cajón y solamente las sacan para exhibiciones. El historial de Donald Trump, es más de un perfecto farandulero, que de un estadista a la presidencia; por su parte la candidatura de Joe Biden, se parece a la oposición venezolana, donde pasan revista en el ancianato y terminan moviendo la cabeza de lado a lado, totalmente decepcionados.
Sin embargo, estas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, sirven para sacar interesantes conclusiones en el cual nos demuestran la profunda crisis moral en un país, donde todos los adelantos son exclusivamente para favorecer los grandes capitales y poco les importa emplear la fuerza para tratar de mantener su hegemonía. El único requisito para aspirar a la presidencia, es defender la esencia misma del capitalismo, sin ninguna reserva, pero es tan grande la descomposición, que, han terminado convirtiéndose en una verdadera cloaca y las pequeñas fisuras por la presidencia entre estos dos candidatos, parece un enfrentamiento entre personajes de la farándula, porque es poco por dilucidar al estar dirigidos y manejados por la fuerza del imperialismo en momentos de una profunda crisis y no hay tiempo para ambigüedades.
Lo curioso de todo esto, es la gran coincidencia entre Donald Trump y el Capriles Radonski, ya que, ambos personajes reaccionaron, como verdaderos energúmenos apenas sintieron el peso de la derrota, para terminar alborotando los focos de violencia con las conocidas guarimbas; Trump, invadió el Capitolio y Capriles por poco quema el este de Caracas, precisamente donde habitan los adinerados del país y ninguno ha sido llevado tras las rejas y los únicos perjudicados han sido precisamente los pendejos, que han creído en sus bravuconas, por su única condición jugar con los dólares. Esto demuestra lo poco que les importa a las leyes estadounidenses el señor Trump, siempre y cuando siga habilitado en defensa del gran capital y ficha valiosa del imperialismo, pero aquí en Venezuela, la Constitución es para actuar en defensa del proceso bolivariano y evitar caer en las garras del poder hegemónico de cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca y por eso Capriles Radonski, ha sido inhabilitado y todavía salió favorecido.
Las perspectivas para el mundo y especialmente América Latina y de manera persistente Venezuela, son las continuas amenazas, después de haber fracasado con sus títeres. El objetivo que tienen planteado estos dos impulsadores de la violencia es ver al gobierno de Nicolás Maduro, de rodilla pidiéndole la bendición y sus alabarderos celebrando cada entrega, hasta la última gota de petróleo para que la maquinaria belicista siga funcionando. Las acusaciones entre ambos aspirantes han servido para provocar un profundo silencio en la sociedad estadounidense y esto se comprueba de manera muy sencilla: presentaron las candidaturas y de antemano habían renunciado algunos aspirantes, porque no veían ninguna posibilidad cierta de seguir adelante y con eso estaban demostrando el descontento con la aplanadora ejercida por los grandes partidos, algo que sucedió en Venezuela durante el periodo de AD y COPEI, hasta que apareció el comandante Chávez y después Nicolás Maduro Moros en mayúscula acción, como dicen los maracuchos echándole cojones a las problemas y adversidades profundizadas por la acción belicistas de estos ansiosos aspirantes de la Casa Blanca.
