La batalla entre gobierno y oposición gringa conduce al fascismo

El presidente de la asamblea, jorge rodríguez, propone una ley "muy severa, draconiana contra los "traidores a la Patria"; rodríguez es, sin exageración, la cabeza pensante del madurismo, lo que él diga viene ya digerido, discutido, es palabra del madurato. Esta ley merece una reflexión.

Lo primero es que se trata de una ley con nombre y "apellido", hecha a la carta para resolver un problema político, o mejor, para legalizar acciones de la escalada represiva que configura al fascismo. El gobierno no tiene apoyo popular, lo que sí tiene es desespero por permanecer en el poder. Este tormento lo conduce al atropello de la ley y las costumbres, a la violencia política, a la pérdida de rumbo, lo transforma en un peligroso pusilánime a merced del viento ocasional. La derecha gringa, que ha conseguido capitalizar el descontento, se afianza en la solidaridad del capitalismo internacional, gringo y europeo, y es el enemigo del madurato en esta disputa por la conducción del capitalismo.

Esta ley que hoy propone el madurismo es una mampara para maquillar la represión. La ley es, supuestamente, contra la intervención, por la defensa de la Soberanía. Es una ley hipócrita que lo menos que tiene es defensa de la Soberanía, ese es el barniz que cubre la pelea entre bandos capitalistas que hoy ocurre aquí. El destino de Venezuela en manos del gobierno o en manos de la oposición gringa, los dos entreguistas de la Soberanía, es la de convertirse en un país intervenido, con una soberanía disminuida.

Y en este punto, debemos recordar al Comandante Chávez cuando nos decía ¡Patria Socialista! Esa es la única manera de tener Patria Soberana. En el mundo de hoy, unipolar capitalista, cualquier país capitalista debe necesariamente afiliarse a alguno de los imperios, es atrapado por alguno de ellos en la guerra imperial.

Cuando el madurismo entregó al Socialismo, traicionó el legado de Chávez, entregó también la Soberanía, sólo le quedó ver a cuál imperio se afiliaba, a veces coquetea con los rusos, por allí andaba el canciller de ellos; a veces con los chinos, y escondido con los gringos, a quienes le ofrece el petróleo en medio de las bravatas contra las compañías gringas. Está carente de apoyo popular, falto de planes estratégicos, entregado al capitalismo nacional, y buscando un santo internacional. Perdió su papel de equilibrio en la geopolítica, ahora dice que putin es un gran líder, hermano mayor. Cuando debía alertar a la humanidad del peligro de una guerra atómica en manos de la locura de los imperios.

Olvídense que con esas leyes hipócritas y reconcomiadas vamos a recuperar, a proteger la Soberanía, bien pendejo el que eso crea. La única manera de tener Soberanía es volviendo al Socialismo, construyendo un verdadero polo internacional alterno al capitalismo mundial. Volver al Socialismo es un asunto nacional, de bienestar propio, pero también y de igual o mayor importancia es un asunto de humanidad: si la vida sigue por el sendero del capitalismo, se extingue en el caos ambiental o en una guerra atómica que cada día se asoma.

El país debe zafarse de la disputa entre gobierno y derecha gringa, por ese camino se llega al fascismo y a la pérdida de la Soberanía. Se debe volver a Chávez, es cuestión de vida.

¡CHÁVEZ, SOBERANÍA, HUMANISMO!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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