Mi palabra

Trump estafador, Biden somnoliento y María Corina out

"Si el trabajo fuera algo bueno,

los ricos lo habrían monopolizado hace mucho tiempo"

Jacques Roumain

El capitalismo, aparte de ser un sistema de explotación, exhibe todas las depravaciones en medio de sus contradicciones y no puede faltar la complicidad y comicidad. Por supuesto el principal protagonista del show llamado libertad muy notoria en los Estados Unidos es Donald Trump, con mucha opción de salir electo en los próximos comicios, pero ahora se encuentra pidiendo y no son limosnas. Las últimas noticias de su urgencia económica rebasan el presupuesto de cualquier empresario medianamente establecido en país alguno latinoamericano y si esto deja boca abierta a más de uno, nos podemos imaginar al pensar de cualquier obrero por mi calificado que sea, ya que, se le hace, casi imposible, aún, cuando pase toda su vida trabajando al final no logra ganarse y menos ahorrar ni siquiera el 5% de lo que aspira Trump, para solventar todos sus problemas relacionados con estafas y le permitan seguir en el camino para llegar nuevamente a la Casa Blanca.

Las cifras millonarias impuestas, como castigo por haberse abultado el valor de sus bienes el señor Trump, en algo se parece al cuento de un próspero comerciante de la década de los 80 en Acarigua, quien comenzó de la nada, con una enorme habilidad para olfatear, donde se podían conseguir los bolívares rápido. Fue el dueño de un negocio en la esquina del "sol" en Acarigua, cuando todavía se veían arreos de burros y mulas en las calles destapadas. Empezó, con un timbiriche y rápido se le vio el queso a la tostada, como dicen por ahí. Se valió de una sabía estrategia para engañar, sin llegar a la dimensión de Trump, ya que, empezó a recoger facturas viejas y las guindaba en un gancho y la poca mercancía, que compraba la regaba por donde pasaban los proveedores, quienes empezaron a relacionar todo esto con un futuro prominente del cliente y a partir de ese momento le soltaban lo que pedía.

Trump, por su parte en medio de la avaricia que no conoce límites, buscó la manera de aprovecharse de las arcas del estado estadounidense, inflando todos sus bienes para obtener créditos bancarios, pero las leyes de Estados Unidos conoce y reconoce esto, como una estafa a la nación y de ahí viene las acusaciones el cual se traducen en una especie de multa y como es un candidato salido de la nada, pero con el poder económico necesario para imponer su candidatura en una nación, done hablan de libertad y democracia, como en un juego de beisbol, pero por mucha publicidad y despliegues mediáticos, queda demostrado la disimulada dictadura, al presentarse dos candidatos elegidos solamente con la mirada y totalmente desprestigiados emergiendo de la podredumbre del gran capital en representación de las grandes corporaciones del imperialismo.

Esa es la clase de representantes del pueblo estadounidense. El Donald Trump, como dicen por estos lados: un perfecto tracalero y además acusado de actos, que atentan contra la moral y las buenas costumbres. La acusación de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, es muy clara: "Donald Trump todavía se enfrenta a la responsabilidad por su asombroso fraude. El tribunal ya ha determinado que participó en años de fraude para inflar falsamente su patrimonio neto y enriquecerse injustamente a sí mismo, a su familia y a su organización. La sentencia de 464 millones de dólares (más intereses) contra Donald Trump y los otros acusados ​​sigue en pie" Este es el mandatario, que arremetió de manera criminal acompañado de su comparsa de aduladores en contra del presidente Maduro y el pueblo venezolano en plena pandemia del Covid-19.

Además este personaje, fue el principal apoyo, que tuvo el cara de bobo Guaidó, pero muy bien disimulada, a tal punto de convertirse en un aventajado alumno, uno de los principales culpables de la parálisis económica de nuestro país, manejado por un tracalero y estafador de su propia nación: qué podíamos esperar de estos perversos, cuando aplicaron un bloqueo criminal contra nuestro país. Años atrás la inhabilitada María Corina Machado, dio demostraciones de lo que son capaces los opositores proyanquis, cuando casi se arrodilla antes un criminal de guerra, como es George W. Bush, el mismo que ordenó la invasión a Irak y Libia. Nadie sabe, quien es más peligroso entre Trump y Joe Biden y a quién apoya la inhabilitada, pero ninguno garantiza la paz para Venezuela y menos, cuando la competencia es por demostrar el que más responde a los planes perversos del imperialismo.



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Narciso Torrealba


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