El canciller español Miguel Ángel Moratinos estuvo hace poco en Cuba.
Buscaba la normalización de las relaciones entre ambos países, y aprovechó para recordar que también es parte de la política de Madrid el servir como puente entre América Latina y la Unión Europea, funciones que siempre ha querido desempeñar, el rol de bisagra en Iberoámerica, como prefieren llamarnos. No siempre han tenido éxito. Somos un capítulo bastante secundario de la UE. Pero son empeñosos en la Madre Patria para buscar enlaces. Si no pueden por allá, lo intentan por aquí.
En junio estuvo Moratinos en Washington, se reunió con Condoleezza Rice, quien, en la habitual rueda de prensa, dijo que eran aliados y tenían muchos intereses comunes, lo que aprovechó el canciller español para reafirmar: "Necesitamos más Estados Unidos en Latinoamérica, (¿sabía que Noam Chomsky dijo hace poco en Chile que "donde la influencia de EEUU era menor, el progreso democrático era mayor; donde la influencia estadounidense era mayor, el progreso democrático era menor"?) pero también necesitamos que España pueda aportar una proyección de futuro que dé estabilidad a la región". Que, dicho sea de paso, se les ha desajustado mucho últimamente. ¿La sienten muy inestable, verdad? Ya no es Castro solo, Chávez luce a la cabeza de los desestabilizadores.
Y fue así como crearon un grupo de trabajo para "fijar las orientaciones y los mecanismos para desarrollar la complementariedad que España y Estados Unidos deseen llevar a cabo en el continente latinoamericano". Qué pones tú, qué pongo yo.
Naturalmente, ni una palabra sobre la prohibición de EEUU a España de vender aviones a Venezuela; Moratinos pudo recordar que Felipe González, cuando estuvo aquí en octubre 2005, opinó que ese asunto "no irá muy lejos", que no creía que EEUU quiera "perder de cliente a un país como España". Desperdició tan buena oportunidad para alimentar la conversa sobre cómo complementar políticas.
En la edición colombiana de Le Monde Diplomatique leo que Thomas Shannon, subsecretario para el hemisferio occidental, y el N° 2 del MRE español, Bernardino León, poco después habían dialogado sobre "la forma como España puede ayudar a Estados Unidos a fortalecer su influencia en América Latina". ¡Cójanme ese trompo en la uña! ¿Cómo es posible que el gobierno español esté decidido a ayudar a Washington a "fortalecer su influencia" en nuestros países? ¿Esa es la línea de Rodríguez Zapatero y del PSOE? León agregó: "Estados Unidos y España son dos actores muy importantes en la región, con grandes inversiones y relaciones políticas profundas que deben EFE
implicarse más en un momento difícil, uno de los más complicados de los últimos 50 años". Estaban frescas la abrumadora reelección de Chavez y las victorias de Correa y Ortega que terminan de complicarlo todo.
"Vivir con Hugo: política de EEUU hacia la Venezuela de Chávez", es un informe sobre las relaciones EEUU-Venezuela. Fue elaborado por el experto Richard Lapper para el Consejo de Relaciones Exteriores, de EEUU con bastante realismo, aunque con deformaciones de hechos como el golpe de abril, concluye que se olviden de "cualquier movimiento para reemplazar a Chávez", y recomienda que EEUU "redirija su política hacia América Latina para atender temas subyacentes de pobreza y desigualdad que alimentan el atractivo de Chávez".
Siguiendo ese consejo, Bush se vino a América Latina con una mochila de dólares, pero tan magra que resultó igual al que cada año le entrega a un solo país: Egipto. Igualmente le sugiere acercarse a países cono Brasil, Argentina, México y Chile, y a España. De allí estos encuentros de Rice y Shannon con sus pares españoles.
El Lovenstein Institute
, de Pennsylvania, difundió los resultados de un estudio sobre el coeficiente intelectual de los presidentes de EEUU de los últimos 70 años, elaborado sobre la base de sus textos escritos sin ayuda de colaboradores, y por su habilidad para hablar. A la cabeza aparece Clinton con 182, seguido por Carter 175 y Kennedy 174; después está un republicano, Nixon 155, y siguen, Rooselvet 147, Truman 132, Johnson 126, Eisenhower 122, Ford 121, hasta que llegan a los Bush, el padre con 98 y el hijo con 91, el más bajo del ranking. Nada más lógico. Si no hubiera sido así, nadie creería en Lovenstein.
El mundo taurino
venezolano está amenazado. En la Asamblea Nacional aprobaron en primera discusión un proyecto de ley que prohíbe las banderillas, la pica y la espada en las corridas. Si la aprueban, ¿qué quedará de la fiesta taurina? Toros para bistés.
Extraña
que no suministraran los numeritos de accidentes de tránsito, lesionados y fallecidos. Supongo que no habrán aumentado, como ocurrió en Caracas, pese a que no tenemos vialidad de tránsito desde y hacia otras ciudades.
Las cifras de los Bomberos Metropolitanos revelan que, pese a la ley seca, aumentaron respecto a las de 2006.
Esperemos hasta mañana, cuando se supone tendremos la cuantificación nacional.