¿Vivir para trabajar o laborar para vivir? La visión ecomunitarista

Este artículo parte de un ejemplo uruguayo pero pretende tener validez global, pues no vivo en mi Uruguay natal y no pretendo indicar lo que allí cabe o no hacer, sino reflexionar a partir de la filosofía ecomunitarista en general.

En 2023 el actual gobierno uruguayo, de derecha y ultraderecha, hizo con la exigua mayoría parlamentaria que lo apoya, una reforma del sistema de seguridad social que, entre otras cosas, elevó de 60 a 65 años la edad mínima para acceder al derecho de jubilarse, y mantuvo las AFAP (empresas privadas de ahorro individual con fines a una jubilación futura).

Ante esa situación la principal central sindical uruguaya, el PIT-CNT, llamó a firmar para someter a plebiscito en la próxima elección nacional que ocurrirá a fines de octubre de 2024 (en la primera vuelta de la elección presidencial, en la cual también serán electos los Diputados y Senadores) una reforma que incluya en la Constitución los siguientes tres puntos: 1) derecho a la jubilación a partir de los 60 años de edad, 2) llevar la jubilación mínima hasta el valor del salario mínimo, y, 3) abolir las AFAP y transferir los fondos que los trabajadores le han confiado (a veces de forma obligatoria) al público Banco de Previsión Social (que antes de la creación de tales empresas, en 1996, coordinaba un sistema jubilatorio y de pensiones con solidaridad intergeneracional), en la forma de un Fideicomiso administrado por éste.

La actual Constitución uruguaya exige que una propuesta de reforma constitucional por iniciativa popular sea apoyada por las firmas de al menos el 10 % del cuerpo electoral (lo que hoy equivale a poco más de 276 mil firmas). El 27 de abril de 2024 el PIT-CNT entregó más de 430 mil firmas (que ahora la corte Electoral examinará y validará o no, para ver si el resultado final arroja una cifra superior al 10% citado).

Lo notable es que ese resultado fue obtenido pese a la campaña adversa no solo de la coalición de derecha y ultraderecha que apoya al gobierno, sino también de importantes sectores del llamado "progresista" Frente Amplio que le hace oposición, incluyendo a uno de sus precandidatos presidenciales (mientras que la otra precandidata de ese Frente dijo que había firmado pero no sabía si votaría "sí" en octubre, y que quería oír a la gente).

Ante esa primera victoria de la iniciativa popular, la reacción del gobierno y de sus apoyadores fue desaforada, afirmando que si ese plebiscito triunfa la economía del país se hundirá. Lo más cínico de esa reacción reside en el hecho de que este gobierno, que vio aumentar el número de pobres en 50 mil (la población de Uruguay no llega a los 3,5 millones), ahora dice que elevar la jubilación mínima hasta el valor del salario mínimo impediría ocuparse de aliviar la pobreza infantil existente en Uruguay. Y además, como seudoargumento, arguye que los uruguayos están viviendo más (llegando cerca de los 80 años, con una ventaja de dos años de las mujeres en relación a los hombres) y que eso pesa demasiado en el pago de jubilaciones y pensiones pues hoy hay solo 3 activos por cada pasivo.

O sea, en ningún momento ese enfoque pone en primer lugar el sentido de la vida humana y el derecho a gozarla en una relación equilibrada entre la actividad productiva y el resto de la vida, incluyendo el ocio. Solo le preocupan el dinero y los gastos (pero, como lo veremos, sin considerar nunca lo que pueden-deben contribuir los más ricos).

Ahora bien, la actividad laboral es la relación metabólica que establece el ser humano con el resto de la naturaleza para transformarla al servicio de la satisfacción de las necesidades humanas. En esa relación el ser humano se ve, a su vez, transformado, y ello explica la evolución físico-mental de los humanos desde su surgimiento en la faz de la Tierra hasta los días actuales.

También hay que notar que esa relación puede incluir o no la preocupación humana por la preservación-regeneración de la naturaleza no humana.

Mas, ¿qué ha sucedido con esa caracterización general desde que apareció el capitalismo allá por el siglo XVI?

Por un lado se agudizó el carácter de tortura de la actividad laboral (evidente en la derivación de la palabra "trabajo" del procedimiento de tortura que los romanos llamaban "tripalium"). Y, simultáneamente, el resto de la naturaleza humana ha sido devastada y contaminada en medida creciente, hasta llegar a la aguda crisis socioambiental actual.

Lo primero ocurre porque como en el capitalismo los medios de producción y subsistencia son propiedad del capitalista y el asalariado, para poder sobrevivir junto a su familia no tiene más remedio que vender al capitalista a cambio de un salario lo único que posee, a saber su fuerza de trabajo, hace del asalariado una especie de esclavo que, a fin de enriquecerse, el capitalista exprime (como explicó Marx) a través de dos formas de plusvalía: la absoluta y la relativa.

La plusvalía absoluta se calcula por la duración de la jornada laboral; si en 6 horas trabajadas el trabajador repone el valor que recibe en su salario diario (o sea el valor de su fuerza de trabajo diaria), y la jornada dura 8 horas, entonces el valor agregado por el trabajo del trabajador en lo que éste produce en las dos horas restantes va a parar gratuitamente a los bolsillos del capitalista en forma de plusvalía, lo que explica su enriquecimiento a costa del trabajador. De ahí que el capitalista históricamente siempre ha querido que la jornada laboral durase el mayor tiempo posible; y por eso fue de 12 horas diarias y más, y solo mediante muchas y duras luchas los trabajadores lograron reducirla progresivamente hasta las 8 horas que rigen legalmente hace más de un siglo en muchos países, incluyendo a Uruguay; cada una de esas progresivas reducciones fue fuertemente resistida por los capitalistas, que las juzgaban imposibles y/o serias amenazas de caos social inminente.

Pero el capitalista tiene otra forma de embolsar plusvalía, la forma relativa. La misma ocurre cuando, aunque se mantenga intocada la duración de la jornada laboral, mediante un aumento de la productividad social de las mercancías que configuran el valor de la fuerza laboral, se rebaja el valor de la misma. Ello ocurre cuando en la sociedad bajan los precios de los comestibles y demás bienes y servicios que el asalariado necesita para reponer su fuerza de trabajo (y mantener a su familia), cuya suma de valores constituye el valor de la fuerza de trabajo. Así, para seguir con los números de nuestro ejemplo anterior, aunque se mantenga la jornada de 8 horas, si el valor de la fuerza de trabajo se ha reducido a 4 horas diarias, la plusvalía embolsada por el capitalista ha aumentado hasta alcanzar el valor de lo agregado con su trabajo por el trabajador a lo que produce en 4 horas (y no en 2, como ocurría antes). Pero, ¿qué sucede si en esas condiciones la jornada laboral es reducida a 6 horas? Pues bien, si se ha dado la mencionada disminución del valor de la fuerza de trabajo, el capitalista habrá mantenido su plusvalía en el valor de lo agregado por el asalariado al valor de lo producido con su trabajo durante dos horas. Y si el valor de la fuerza de trabajo se hubiera reducido al equivalente de 2 horas de trabajo, entonces la plusvalía embolsada por el capitalista también aumenta hasta alcanzar el valor de lo agregado con su trabajo por el trabajador a lo que produce en 4 horas, a pesar de la reducción de la jornada laboral a 6 horas.

El ansia por acumular plusvalía absoluta explica por qué los capitalistas siempre se han resistido a cualquier pedido de disminución de la jornada de trabajo (diaria, semanal, mensual, anual y a lo largo de toda una vida, hasta la edad estipulada como la que da derecho a pedir la jubilación). Y la plusvalía relativa explica por qué los capitalistas han exigido siempre de sus asalariados la mayor productividad posible (en especial en las ramas que elaboran los bienes y servicios que entran en la composición del valor de la fuerza de trabajo, que es, al menos teóricamente el que debe pagar el capitalista en la forma de salario), lo que se traduce en el ritmo de trabajo más febril posible.

Ambas situaciones hacen que a lo largo de los años el asalariado se vea cada vez más desgastado, tanto desde el punto de vista físico como mental, y por ello, como observó Marx, cuando puede, huye del trabajo como se huye de la peste. Ello explica la ansiedad con la que el asalariado espera un feriado, las vacaciones anuales y también el momento de la jubilación.

Hay que recordar también que en ese trabajo al que se ve obligado el asalariado en el capitalismo, la alienación se expresa en cinco dimensiones. ("Estar alienado de..." significa "estar separado de...con amputación-pérdida de algo importante para lo humano"). Está alienado del producto de su trabajo porque si bien el mismo brota de sus manos, pertenece al capitalista (y con aquel producto, si su salario alcanza para tanto, el asalariado solo podrá reencontrarse como "comprador" en el "mercado"). Está alienado del propio trabajo pues no es el asalariado sino el capitalista o un representante del mismo quien decide si el trabajador podrá trabajar o no (lo que es una de las causas del desempleo que aqueja a millones en el capitalismo, por más que muchísimas de esas personas quieran trabajar). Está alienado de su actividad laboral pues si tiene la "suerte" de ser contratado, no es el asalariado quien decide lo que produce y cómo lo produce, sino que es el capitalista o un representante suyo quien toma esas decisiones, por más que las mismas causen sufrimiento físico-mental al asalariado (que si no se pliega a ellas puede ser despedido a cualquier momento, y así, poner en riesgo su subsistencia y la de du familia; sometido a esas órdenes el asalariado se ve amputado de su capacidad de pensar y argumentar). Está alienado de la naturaleza no humana pues la misma ha sido privatizada-acaparada en manos del capitalista y el trabajador no puede mantener relaciones productivas con ella a fin de asegurar su subsistencia y la de su familia, a no ser que el capitalista se lo permita. Está alienado de sí mismo pues, sufriendo por el trabajo alienado, el asalariado no se siente "bien en su piel", y mucho menos una persona realizada. Y está alienado de los otros seres humanos pues el capitalismo lo pone en oposición no solo con el capitalista (por el monto del salario, la duración de la jornada laboral y las condiciones de trabajo), sino también con los otros trabajadores o candidatos a serlo (que son competidores que pueden ocupar antes que él un puesto laboral, o quitarle el mismo cuando acechan desde el desempleo a los asalariados empleados); por eso el capitalismo es el estado de guerra de todos contra todos..

Las citadas son más razones para que en el capitalismo el trabajador huya del trabajo como de la peste. Más todavía cuando el ritmo infernal-estresante de trabajo y las citadas alienaciones se extienden durante décadas.

Nada más explicable, si quiere disfrutar algo la vida, que el asalariado quiera disminuir al mínimo posible la jornada laboral (diaria, semanal y anual) y aspire a acercar lo más posible la edad de la jubilación. Pues para tener una vida humana no se justifica nunca el vivir para trabajar, sino solo el laborar para vivir.

Tal situación se ve realizada, junto a la preservación-regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana, en la economía ecológica y sin patrones que propone el Ecomunitarismo (ver sus otras dimensiones en la bibliografía citada al fin de estas líneas), cuyas facetas principales reiteraremos más abajo.

Pero antes veamos un aspecto ocultado por quienes dicen que las reivindicaciones jubilatorias del plebiscito promovido por el PIT-CNT conduciría a una catástrofe económica. Es obvio que cuanto más se humaniza la jornada laboral vital, más gastos deberán ser cubiertos por la sociedad en su conjunto. Pero lo que ocultan dichos opositores es que en el Uruguay actual hay gente muy rica en cuyos bolsillos es posible encontrar esos fondos (sin condenarlos a la pobreza ni mucho menos, pues aún con esa contribución les sobraría dinero para gozar de una cómoda existencia). En su discurso del acto del 1 de mayo de 2024 el actual Presidente del PIT-CNT subrayó que en Uruguay (que, recuérdese no llega a los 3 millones y medio de habitantes) el 1 % más rico (unas 25 mil personas) tiene el 79% de la riqueza del país y el 99% de la riqueza empresarial; y de esos 25.000 hay 2.500 que tienen el 54 % de la riqueza financiera y el 89% del capital (tienen por lo menos 5 millones de dólares por cabeza). Y según estudios del sindicato uruguayo de los bancarios, AEBU, hubo recientemente –dijo Abdala- un aumento del 60% de los montos depositados en el sistema financiero, que llegan a los 9.900 millones de dólares; en ese contexto, las cuentas mayores de 250 mil dólares crecieron desde 12.100 millones a 18.300 millones.

En base a todo ese panorama Abdala sostuvo que hay que gravar más a la cúspide de la sociedad. Porque –dijo- ese 1% más rico (los 25.000) tiene exonerados en impuesto al patrimonio 880 millones de dólares anuales, y se exoneran de IRAE (Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas) 1.150 millones de dólares y en IRPF (Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas del capital) 1.110 millones de dólares anuales. En conclusión –dijo Abdala- hoy le regalamos al capital más de 2.000 millones de dólares anuales. Al mismo tiempo el sector rural, incluyendo a los grandes latifundistas (que a su vez incluyen a trasnacionales de la forestación de megamonocultivos para la fabricación de pasta de celulosa) que a veces tienen 100.000 hectáreas de tierras y más, aporta a la seguridad social solo el 1,9 %, mientras que los trabajadores aportan 15 % del salario nominal y los empresarios 7,5 % de ese salario.

Abdala llamó a pensar en gravar la renta diferencial extraordinaria de la tierra, a mejorar el control de la evasión por parte de los empresarios, por ejemplo en el transporte carretero controlado por el SITRAC (Sistema Integral de Control de Transporte de Carga), a implantar un sistema de fiscalidad robótica, y a quedarse con una parte de las remesas que mandan hacia el exterior las trasnacionales.

A ello agrego que cuando los opositores al plebiscito promovido por el PIT-CNT objetan que el sistema jubilatorio y de pensiones se hace cada vez menos sustentable porque hoy hay 3 activos por cada pasivo, dan por sentado que el estancamiento poblacional de Uruguay es irreversible. Pero resulta obvio que tal presupuesto es discutible, pues para volver a aumentar la proporción entre activos y pasivos lo que se impone es llamar a las familias uruguayas a que tengan más hijos, dándoles todos los incentivos financieros y de otro tipo, para que así procedan. Además de los incentivos monetarios directos (ampliando sustantivamente las actuales Asignaciones Familiares y otras ayudas), habría que poner a disposición de las familias muchísimas más guarderías y escuelas, empezando por las maternales (no solo para una mejor educación de los niños, sino también para que la pareja no vea su vida profesional comprometida, y en especial la mujer, que es la más sacrificada en las labores domésticas y en el cuidado de los hijos, y a causa de ello puede ver frustradas o amputadas sus vocaciones profesionales), así como ampliar y mejorar el sector del servicio público de salud volcado a la atención de niños, y ampliar el apoyo estatal a la construcción de viviendas para familias más numerosas (por ejemplo a través de las ya existentes y muy eficientes cooperativas de vivienda por ayuda mutua, nucleadas en FUCVAM).

A modo de comparación y para refutar cualquier objeción demográfica, vale recordar que Bélgica, con tan solo algo más de 30 mil kilómetros cuadrados de superficie, tiene 3 veces más población que el Uruguay, que tiene una superficie casi 6 veces superior a la de aquel país.

Simultáneamente, otra forma de aumentar rápidamente la proporción entre activos y pasivos es poner en práctica una política organizada de inmigración. En el siglo XIX y principios del XX varios países de Nuestramérica, y en especial Uruguay, recibieron inmigrantes provenientes de diversos países europeos. Hoy pueden recibirlos de diversos países de nuestra región. En el caso uruguayo, además de los incentivos citados antes para apoyar el incremento del número de niños por familia, ayudaría mucho para recibir inmigrantes (además de satisfacer la demanda de los nacionales) la implementación de una Reforma Agraria que instale a mucha gente en el vaciado campo uruguayo (donde ahora vive solo un 5 % de la población total del país) y, dándole condiciones de tener allí un Buen Vivir, se apoye en su productividad para proveer a diversas instituciones públicas (Hospitales, Asilos, Escuelas, etc.), al mercado de las ferias populares, y a la exportación, (que trae divisas al país) con abundantes y diversos alimentos agroecológicos y los productos manufacturados derivados de los mismos. Para dicha Reforma el Estado podría expropiar sin indemnización las superficies excedentes a las 2.500 hectáreas en cada latifundio (en manos de nacionales, extranjeros o multinacionales), dejándoles a sus dueños mucha tierra para que tengan una vida desahogada. A quienes les asuste la palabra "Reforma Agraria", para referirnos otra vez a Bélgica, hay que recordarle que en aquel país son rarísimas las propiedades rurales de más de 200 hectáreas y donde el tamaño medio de las explotaciones agrícolas es de 37 hectáreas.

¿De dónde saldrían los recursos para costear todos los incentivos y gastos citados?

Dentro del capitalismo deben salir en primer lugar de los ricos bolsillos apuntados por Abdala y del aumento del producto que sucesivamente le daría a Uruguay el aumento de la población activa, además de la incorporación de todas las innovaciones tecnológicas (solo las socioambientalmente sustentables) que potenciarían la productividad de esa población activa creciente.

Dicho eso, apuntemos a un más allá del capitalismo y, como lo anunciamos, vayamos ahora a la economía ecológica y sin patrones propugnada por el Ecomunitarismo.

Esa economía se rige por el principio que reza "de cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad".

Tal economía es sin patrones pues todos los medios de producción (empezando por la tierra) pertenecen y son administrados por las comunidades (desde la comunidad local hasta el conjunto de la Humanidad a escala planetaria, pasando por los niveles intermedios).

A partir de esa base, con el apoyo de todos los instrumentos computacionales y de internet necesarios, se hará el censo de las necesidades personales, comunitarias y ambientales legítimas. (Son legítimas aquellas necesidades que se ajustan a las tres normas fundamentales de la Ética, que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de consensos con los demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana).

Hecho ese censo, con la participación de tod@s (pongamos a partir de los 12 años, según lo descubierto por Piaget acerca de la edad en la que los humanos son capaces de manejar el discurso lógico y la fase superior de la moralidad) se elaboran (con los mecanismos computacionales y otros necesarios) los Planes de Producción-Distribución-Consumo-Reutilización-Reciclaje-Descarte ambientalmente sostenibles de bienes y servicios, para hacer posible la realización cotidiana del principio rector del Ecomunitarismo arriba mencionado.

A su vez, para llevar adelante esos Planes se aprovecha la capacidad de todas las personas aptas, y según sus vocaciones y especializaciones, se cubren todas las plazas necesarias para ejecutar el Plan.

Nótese que así ha desaparecido el desempleo de todas las personas aptas para la actividad laboral (que antes era el "trabajo") pues nadie apto es privado del mismo. Y al mismo tiempo se han superado las otras facetas del trabajo alienado en el capitalismo. Se ha superado la alienación de los productores respecto a la labor productiva porque cada persona es ubicada en la misma según sus vocaciones y capacitaciones; se ha superado la alienación en relación al producto de la actividad laboral pues todo el mismo revierte integralmente para satisfacer (directamente en cada persona o mediante las instancias comunitarias que también benefician a las personas) las necesidades legítimas, con lo que se hace posible la expansión de individuos universales y cósmicos; se ha superado la alienación respecto de la naturaleza no humana porque la misma es administrada-cuidada por la comunidad y por cada persona que la integra, aplicándose la tercera norma fundamental de la Ética que obliga a velar por la preservación y regeneración de su salud. (Así el Planeta es asumido como Madre Tierra, como siempre lo han hecho los pueblos originarios, incluyendo los de Abya Yala, respetuosos y amantes de la Pachamama; y así florecen los individuos cósmicos y se ve superada en una economía y vida sustentables la devastación y gran contaminación, a veces irreversible, que el capitalismo ha provocado en tierras, aguas y aires). También es superada la alienación respecto al otro ser humano pues habiendo sido superada la etapa histórica de las sociedades humanas divididas en clases a causa de la propiedad privada de los medios de producción y subsistencia, todos los seres humanos son hermanos, y no hay más capitalistas a quienes oponerse, y tampoco no hay más competidores con los que disputar una plaza en una actividad productiva o la permanencia en ella. Y ha desaparecido la alienación respecto de sí mismo, pues esos seres humanos que laboran según sus vocaciones y capacitaciones han alcanzado la base material y de armonía comunitario-ambiental desde la cual buscar la felicidad.

Para reforzar ese último aspecto hay que notar que en la economía ecomunitarista las actividades productivas, a partir de los Planes elaborados, son ejercidas en rotación, según las vocaciones y capacitaciones de cada persona, para que la misma pueda desarrollarse multifacéticamente, y no verse reducida a la ejecución de un solo trabajo unilateralizante, como ocurre en el capitalismo. Así, si alguien, por ejemplo, tiene vocación y capacitación para la docencia, la agricultura, la pesca y el arte dramático, un semestre podrá ser predominantemente profesor, otro agricultor, un tercero pescador, y un cuarto actor, habiendo siempre alguien que lo sustituya en su anterior función.

Cuando ninguna vocación corresponde a una tarea necesaria para la satisfacción de una necesidad legítima, dos son las soluciones ecomunitaristas. Se inventa una máquina ambientalmente sustentable para hacer innecesaria la participación de humanos en esa labor. Y, si ello no es (aun) posible, se rota en la ejecución de tal tarea, de tal manera que si la misma consiste, por ejemplo, en limpiar alcantarillas, a las cuatro funciones de la persona antes citada se agregará un período productivo en el que tendrá que contribuir con la comunidad limpiando alcantarillas.

Esa economía, acorde a lo estipulado por la tercera norma fundamental de la Ética, será sustentable. Así las necesidades serán legítimas en la medida en que (acorde a la primera y tercera normas fundamentales de la Ética) en su satisfacción se adopte una vivencia de frugalidad ecológica voluntariamente asumida. Y de acuerdo a la tercera de aquellas normas, esa economía funcionará aplicando cotidianamente las "5 R" y usando solamente energías limpias y renovables. Las "5 R" consisten en Reflexionar sobre qué Planeta queremos para nosotros y nuestros descendientes, Renunciar al consumismo asumiendo una vida de frugalidad ecológica voluntaria y Reducir-Reutilizar-Reciclar los insumos y residuos.

Ahora bien, otra característica de la economía ecológica ecomunitarista consiste en que, a la luz de los instrumentos y comportamientos antes citados, la jornada laboral será reducida a lo mínimo posible. Tanto en su duración diaria, como semanal, mensual, anual y a lo largo de la vida. El Ecomunitarismo revive aquella conducta que asombró a los misioneros europeos que vieron que los indígenas de Nuestramérica trabajaban solo lo necesario para subvenir a sus necesidades y a las de la comunidad y dedicaban el resto del tiempo a disfrutar a su familia, a sus amigos y al simple ocio. En la economía ecomunitarista (gracias a la gran productividad de las tecnologías sustentables y a la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria) será posible reducir la duración de la actividad productiva a una mínima expresión (Thomas More en su "Utopía" publicada a principios del siglo XVI ya la reducía a seis horas diarias, y con la inmensa productividad hecha hoy posible por la tecnología, cabe imaginar su reducción a unas 3 horas diarias, y aún menos). El resto de cada jornada podrá dedicarla libremente cada persona (apoyándose en la primera norma ética básica) para otras actividades "no productivas" (en el sentido estrecho de esa expresión). Por ejemplo a su familia y amistades, a la realización de diversas actividades comunitarias (de ayuda y cuidados humanos y/o de la Pachamama), a estudiar, cultivar las artes, los deportes (formativos y cooperativos), a practicar al intercambio intercultural, el turismo ecológico, y/o dedicarse al simple ocio que permite gozar la vida.

Ahora bien, en esa economía, ¿hasta cuándo desarrollará actividades laborales una persona? Hasta que sea aconsejable para su salud, y teniendo un límite a esa obligación que podemos estimar en unos 45 años. (A quien esa edad le parezca ridículamente baja hay que recordarle que ya hoy hay países en los que los soldados pueden jubilarse a los 45 años). Transcurrida esa edad la persona solo hará aquella actividad productiva que quiera desempeñar voluntariamente, pero continuará recibiendo del fondo comunitario todo lo que necesite para seguir desarrollándose como individuo universal y cósmico.

En ese contexto los productos serán solo valores de uso para satisfacer necesidades legítimas, y no mercancías, y habrán desaparecido de la historia humana el dinero en todas sus expresiones y el salario (porque las necesidades de cada persona son satisfechas sin ninguna mediación monetaria, antes, durante y después del período en el que cada persona desempeñe actividades productivas).

Dicho todo eso, es obvio que en el actual momento de las luchas populares en el marco del capitalismo, l@s luchadoras-es ecomunitaristas apoyan la disminución de la jornada de trabajo sin disminución del salario, las reformas fiscales-impositivas que ayuden a superar algunas de las más brutales desigualdades de condiciones de vida existentes en el capitalismo y en particular las que financien la disminución de la edad que da derecho a pedir la jubilación y la elevación de las jubilaciones mínimas hasta valores decentes, reivindicadas por Abdala en su discurso del 1 de mayo de 2024; pero aquell@s luchadoras-es dan ese apoyo y se suman a la lucha por tales reivindicaciones machacando cada día la idea de que las mismas cobran su real y total valor solo si se buscan en una lucha iluminada por el horizonte poscapitalista del Ecomunitarismo, asumido como la meta hacia la que hay que caminar a cada paso. Con esa actitud y prédica, si en Uruguay hubiera algún simpatizante del Ecomunitarismo, creo que trabajaría fervorosamente por el triunfo del "sí" en el venidero Plebiscito de la seguridad social, aun sabiendo que esa victoria es casi imposible por hacer frente a la oposición explícita o implícita de la casi totalidad de la actual clase política del país.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640

en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w

en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827

y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental

Sirio López Velasco, Filosofia ecomunitarista aplicada – Textos breves 2022-2023 (Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha, Brasil, 2023; disponible gratuitamente en

https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada

y en en https://rebelion.org/download/filosofia-ecomunitarista-aplicadasirio-lopez-velasco/?wpdmdl=774425&refresh=650ca5e69e7f31695327718

y en https://es.scribd.com/document/703029027/Sirio-Lopez-Velasco-Filosofia-Ecomunitarista-Aplicada-Textos-Breves-2022-2023



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Sirio López Velasco

Uruguayo-brasileño-español. Filosofo y Lingüista, profesor universitario jubilado

 lopesirio@hotmail.com

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