El tipo se presentó en Venezuela en el año 2000, buscando desesperadamente su charca, pues estaba debutando en la prensa cloaca, requería un TUBAZO, para ser incluido en la nómina de los más altamente cotizados por Univisión. Estando a la caza de alguna tragedia que pudiese empantanar a enemigos de Estados Unidos, vino y se presentó la vaguada de Vargas. Eso fue en el 2000. A costa del sufrimiento de nuestro pueblo venezolano vino a proyectar y a consolidar su perfil de periodista agresivo, insultante, directo, pero en defensa de los intereses de Estados Unidos. En pleno dolor, en medio de tan horrible tragedia, vino a provocar, a decirle al propio Chávez que explicara por qué no había querido suspender el "plebiscito" a sabiendas que vendrían grandes lluvias, además, por qué había huido (escapado a la isla La Orchila con Fidel Castro) para sacarle el cuerpo a la tragedia. Todo esto tenían una razón: el Comandante Chávez se había negado a aceptar la "ayuda de los mariners". Chávez tuvo que decirle al mequetrefe de Gorgojito Ramos "-Tú lo que haces aquí es traer basura".

El tipo, a pesar de su nombre y apellido latinos es un gringuito de tercera, de orilla. Fue engendrado en México por otro de su estirpe gringa, quien lo dejó abandonado por varios años. Pero él, Gorgojito Ramos, tenía el gusanillo del SUEÑO AMERICANO. Era GRINGO POR NATURALEZA y con especiales condiciones para ser más que arrastrado. Escogió el camino de los que quieren hacerse ricos y se creen guapos y a como dé lugar buscan la fama, a través de la televisión. Y comenzó por darse cuenta de que entre los latinos, despertaba admiración o rechazo, deseo o envidia. Él mismo se reconoce un Lucky Man cuando emigró de México, y se ofreció para trabajar para el Departamento de Estado haciendo las notas más sucias en nombre de la "libertad de expresión". Ya desde ese momento supo que se haría inmensamente rico cagándose en los latinos. Que por ese vil camino llegaría a ser uno de los latinos más influyentes del mundo, desde la cadena Univisión.

Una gringa como él, también con nombre y apellido latinos, pero concebida por obra y gracia del Ave María en México, lo buscó para ponerlo por los cielos. Esta seudo-gringa, que pareciera su hermana gemela, se llama Inés Santaeulalia, jefa de la oficina de "EL PAÍS" para Colombia, Venezuela y región andina. Comenzó su carrera en el periódico en el año 2011 en México. Ella es fan de Jorge Ramos, cree que es uno de los hombres más grandes de este mundo, mil veces superior a Peña Nieto, a Felipe Calderón o Vicente Fox. Inés Santaeulalia, con gran orgullo escribe sobre él: "Podría vivir entre los poderosos de Miami jugando al tenis, pero trata de no perder nunca el contacto con lo que cree que ha definido su vida, ser inmigrante que nunca emigró". El gran carajo de Jorge Ramos está segurito, como gringo de orilla, que no le dará el voto a MORENA, es decir a Claudia Sheinbaum. "Porque si hay algo que nunca podrá sacarle de encima todo el dinero del mundo es esa sensación eterna de ser de ningún sitio, ni de acá ni de allá", es decir, un redomado miserable.

Jorge Ramos dice, con mucho orgullo, en EE UU: "No soy ni de aquí y de allá. Tengo dos pasaportes, uno verde de México y uno azul de los Estados Unidos y decido qué ser cuando entro al aeropuerto de la Ciudad de México y VEO CUÁL ES LA FILA MENOS LARGA. … En el periodismo encontré la rebeldía, esa rebeldía que da defender siempre a Estados Unidos en toda Latinoamérica. En realidad –agrega – gozoso sintiéndose plenamente méxico-americano, y a la vez reconociendo que no lo aceptan en ninguno de los dos lados. "Me encantan que me manden al carajo tanto los de aquí como los de allá, para eso tengo bastante plata que me ha pagado el Departamento de Estado. El mismo Donald Trump en el 2015 me dijo Go back to Univisión. En realidad, lo que me estaba diciendo es lárgate de aquí arrastrado, vete a tu país a hacer tu trabajo por órdenes de la CIA. Y muchos estadounidenses también se lo dicen. Todo un vulgar show, previamente estudiado con el mismo Trump.

Pero Jorge, siente que el SUEÑO AMERICANO lo elevó a los cielos, aunque nunca tenga a nadie quien realmente lo quiera. Para él la vida es un negocio, tranzarse, echar la pardita, apostar por los fuertes, venderse al mejor postor. "Yo lo que más deseo es que los norteamericanos me reconozcan como de los suyos", dice. "Y me encanta que cada cuatro años Latinoamérica disfrute por parte de EE UU, el síndrome de Cristóbal Colón: que nos redescubran y nos adoren, nos busquen, nos traten de enamorar para que luego se olviden de nosotros por tres años y nos manden al carajo… Obama, todo un tipazo, mató más negros que Bush, y prometió en su primer año hacer una reforma migratoria para legalizar a 10 millones y no lo hizo".

Dice Gorgojito Ramos: "Nosotros los latinos mientras más tiempo pasamos en Estados Unidos, más nos derechizamos. Muchos creíamos equivocadamente que las palabras racistas de Donald Trump, las posiciones antiinmigrantes o las ofensas en contra de los latinos iban a tener un efecto enorme en las urnas y lo que nos hemos dado cuenta es de que los negros y latinos cada vez más amamos a Trump.

Cuando le preguntan que explique porqué aumenta el número de emigrantes cada vez más antiinmigración, le da en la madre a su propia gente: "Uno de los peores fenómenos que se puede ver aquí es cuando los inmigrantes entran y le cierran la puerta a los que vienen detrás. Estados Unidos siempre ha tenido una terrible contradicción. Es un país creado por inmigrantes, pero al mismo tiempo siempre ha tenido movimientos antiinmigrantes". El mismo Gorgojito Ramos no los quiere, porque le dan mala imagen a Estados Unidos en el exterior, y van llenando de negros haitianos, indios guatemaltecos, peruanos, ecuatorianos y mejicanos a lo que es considerado la mayor potencia del mundo. "Pero reconozco que soy –dice- el estereotipo del inmigrante que aprovechó las oportunidades y le ha ido muy bien. Estoy totalmente agradecido, Estados Unidos me dio las oportunidades que mi país de origen nunca me pudo dar, porque México, tengo que sostenerlo es un chiquero. Aquí en como estadounidense me siento parte del país más poderoso del mundo. Y ahora me gusta mucho menos México desde que gobierna López Obrador, quien desde la mañanera, sigue promoviendo la narrativa de que las cosas están mejor respecto a la violencia, cuando eso no es cierto.

La última pregunta fue mortal: "¿Usted que es tan pendejo, y que quiso un presidente negro y lo tuvo, a Obama, aspiraría ahora tener a un presidente latino?" La respuesta de Gorjito fue: "-Espero que antes de morirme pueda entrevistar al primer presidente o a la primera presidenta latina. Suena CURSI, ILUSORIO, pero el concepto del SUEÑO AMERICANO sigue presente. Es la idea que yo comparto con millones de estadounidenses, la idea de que todo es posible, de que alguien que ha surgido de las capas más pobres del país puede llegar al puesto más importante en el mundo. Y ese ese concepto tan estadounidense, que muchos les parece fuera de lugar, sigue siendo válido…".