El diario de Oscar Heck – el 15 de junio del 2024

Esta mañana salí a buscar más clientes para mis chucherías (las vendo al mayor normalmente). Salí temprano porque una representante de calle tocó la puerta de mi taller a las 8 AM para avisarme que el gobierno venezolano ,a través de su aparato o sistema político, estaba regalando una bolsa de comida con proteínas y verduras a los ancianos, a viejitos como yo, entonces, fui a ver mis clientes antes de las 10 AM (y conseguí uno nuevo, excelente), para enseguida ir a la casa comunal a buscar la bolsa de proteínas y verduras que prometieron, pero … no señor … todo fue un engaño, además de haber sido una pérdida total de tiempo.

Podría haber estado trabajando durante esas 4 horas que pasé en los alrededores del centro comunal esperando la bolsa (de las 10 AM hasta las 2 PM en 37 grados de calor, cargo un termómetro conmigo), tiempo que me hicieron perder (a sabiendo además, ver más abajo), y no solo yo perdí mi tiempo, sino más o menos 10% de los viejos que estábamos presentes también, entre ellos algunos que habían llegado muy temprano, antes de las 8 AM, en este calor.

Me explico.

Primero, debo esclarecer que, por aquí todos me conocen, y todos saben que soy completamente anti político, o sea, yo no voto, ni tampoco me importa absolutamente nada sobre la política o sobre los movimientos sociales (a mí la única cosa que me interesa, son los resultados), además, no soy miembro de ningún partido político, y no sigo ni creo en ningún partido político o tendencia política, ideológica, o religiosa. Soy quién soy, y nada más, soy un artista, matemático, escritor, inventor, y aventurero, y toda esa gente que forma parte del aparato Estatal-gobierno-partido (los de las bolsas), como quienes manejan las UBCH (sistema de espionaje social del partido político del actual presidente de Venezuela), y los líderes de calle, y los representantes de los consejos comunales, etc., saben perfectamente que soy así y que absolutamente nada me incitará a votar por nadie en las venideras elecciones presidenciales del 28 de julio del 2024, ni en cualquier elección, sea nacional, regional, o local.

Ellos lo saben, perfectamente.

Bueno …

Jugaron conmigo (y con 9 ancianos más), como si fuéramos peces sacados de un acuario lanzados al gato.

Pero, primero, deben saber que tengo cerca de 70 años de edad, o sea, soy un viejo estropeado, aplastado, estrujado hasta los huesos, así como somos unos 5.000.000 de pensionados constantemente maltratados por el actual Estado venezolano, que nos estamos muriendo lentamente, literalmente, de hambre, de descuido, y de abandono, mengua, falta de medicamentos y atención, etc., esto, aun después de haber servido nuestra sociedad durante décadas con nuestra sangre y sudor, y que por eso mismo debemos seguir trabajando como burros de 20 años de edad para compensar por nuestras pensiones de miseria de $3,50 mensuales, lo cual no alcanza ni para comprar medio cartón de huevos, pero, yo no me quejo, porque la gente piensa que tengo 40 o 50 años de edad, bueno, en realidad, no, es que yo tengo que imaginarse así, si no, moriría de pena, vergüenza, y mengua, así como le ocurre a muchos ancianos hoy aquí en Venezuela.

Mi alma tiene 17 años, pero mi cuerpo tiene 100 años o más, 6 ACVs, 5 ataques de corazón, paralizado 3 veces, secuestrado 3 veces, torturado una vez, más de 100 convulsiones graves, 17 huesos quebrados, unos 20 cortes de cuchillo y machetes y viñas selváticas, cerca de la muerte una decena de veces, envenenado, picado por una medusa gigante, casi matado por atentados de suicidio (debido a no poder soportar mi incurable enfermedad genética metabólica), etc.

Entonces …

¿Qué ocurrió en el centro comunal?

Bueno, allí dijeron que para recibir la bolsa de proteínas y verduras, ellos tenían que medirnos y tomar nuestro peso (¿?¿?¿, como si de existir no cuenta), entonces, para no meterme en alguna pelea, les dije, ok, y me midieron y me pesaron, y peso 57 kilos, o sea, peso 6 kilos por debajo de mi peso normal, ay, ay, ay, yo no lo sabía, y le dije eso a la muchacha que nos pesaba, y ella en vez de mirarme, miró hacia el piso, pero yo no le dije nada, ni ella a mí, y, ¿saben qué?, ella era gordita, sí señor, bien gordita, con la piel lisa, sí señor, bien gordita, gordita, gordita, bien comida.

Ay, ay, ay.

Sonreí.

Sentí que estábamos en un campamento de concentración nazi, donde los operadores del sistema serían todos unos gordos bien nutridos mientras sus sujetos (nosotros) seríamos todos unos desgraciados ancianos flacuchentos estropeados, y así era, no había ni un solo anciano gordo en la fila de alrededor de 100 viejos parados durante más de 4 horas para recibir esa comida, 4 horas, sí señor, parados.

¿Eso es ayudar y cuidar los ancianos de nuestro país?

Bueno …

En el caso mío (otros han pasado por mucho peor), he pasado hasta ahora unos 5 años crónicamente desnutrido, y, ahora, así de repente, después de 5 años, y justo antes de las elecciones presidenciales, ¿esos gordos del sistema me vienen a ofrecer proteína y verduras?, pero, bajo la condición de medirnos y pesarnos, como si todo eso fuera un perverso experimento biológico, así como hacían los nazis, y, además, usándolo como chantaje, porque esa fue la condición para recibir la bolsa de comida.

¿Ah?

¿Aló, aló?

¿Hay alguien allí?

Bueno, no les dije nada, sonreí, y les di las gracias, pero, en mi cabeza era: gracias gorditas, de parte de este flacuchento desnutrido, gracias.

Hora y media después de haber sido medido y pesado (como a las 2 PM), quedábamos 10 viejos (de unos 100) esperando esa prometida bolsa de proteínas y verduras, pero, ¿qué pasó?, bueno, nos dijeron que no había bolsa para nosotros porque no aparecíamos en su lista, y pensé, ¿qué carrizo de lista?, ¿una lista del partido de gobierno?, ¿una lista de merecidos y conectados?, o "¿una lista de nazis venezolanos?, etc., --- mi imaginación se voló --- pero, como todo buen venezolano viejo aplastado, estrujado, cansado, y claramente discriminado, no dije nada, y me quedé quieto porque no quería meterme en una pelea y accidentalmente matar a alguien (soy experto en artes marciales, la última vez que me metí en una pelea física fue en noviembre o diciembre, y fue con un hombre de unos 45 años de edad, doble mi tamaño, y papeado, quien se creía supermán de cara a un viejo como yo, y casi lo maté, pero no lo maté, y ese CDM jamás volvió por estos lados).

De todas maneras …

¿Qué pasó?

Los 10 que no estábamos en esa lista misteriosa, nos fuimos con las manos vacías y el estómago vació (como ocurre regularmente, yo no había desayunado). Nos dijeron, pero solo después de habernos engañado, y solo después de malgastar nuestro tiempo, que nos iban a contactar durante la semana para ir a buscar la bolsa, sí Luis, pero la cosa extraña, es que, por lo menos 4 de los 10, somos muy conocidos aquí desde hace años:

1- yo

2- un famoso pintor venezolano que vive en miseria (y todos los saben),

3- un señor que vive en las calles desde siempre, y

4- un profesor retirado de 75 años de edad que igualmente todos conocen y saben perfectamente que él vive en miseria.

(No conozco a las otras 6 personas de las 10 que quedamos.)

Pensé …

¿Qué sería el elemento en común entre nosotros para no aparecer en esa lista misteriosa donde se decide quienes pueden o no pueden recibir comida?, y se me ocurrió lo siguiente.

Conozco muy bien a esas 3 personas mencionadas arriba, y yo me conozco muy bien también, y la cosa que tenemos en común, es que nosotros los 4, somos completamente anti políticos, o sea, no votamos, y eso toda la gente por estos lados lo sabe, es más, somos independientes, no andamos con nadie, no tenemos panas ni compinches, no somos corruptos, y no ofrecemos ni recibimos favores de nadie, o sea, no podemos ser comprados ni vendidos por nadie ni a nadie, y menos todavía comprados o vendidos por alguna causa política o ideológica.

No señor.

Y así es, o así pareciera ser.

Concluí, que debe ser por eso que fuimos excluidos de esa preciosa lista, así como ocurría en la época del nazismo de Hitler, o sea, seríamos, para el sistema, unos indeseables, peligrosos, por ser independientes de mente y alma, así lo concluí.

Y, lo peor del asunto, es que la jefa de todo eso, quien me conoce muy bien, y conoce perfectamente mi postura, sabía desde el comienzo de la jornada que yo no estaba en esa lista, pero, en vez de decírmelo a las 10 AM, solo me lo dijo a las 2 PM, después de torturarme psicológicamente en ese calor.

Sí señor.

Entonces me fui y compré 8 huevos para la semana.

Pensándolo de manera lógica, alrededor del 10% de los ancianos en este centro comunal, fuimos excluidos, entonces, si lo mismo estuviera ocurriendo a nivel nacional, lo cual no dudo, eso significaría que estaríamos hablando de alrededor de 500.000 ancianos excluidos del sistema a nivel nacional, y que probablemente también estaríamos agregados a una lista negra secreta de indeseables, así como hacían los nazis.

Esta es la Venezuela "bolivariana," "soberana," "libre," "igualitaria," "justa," "incluyente," "protagónica," "democrática," y "próspera" de hoy.

Sí señor.

oscar@oscarheck.com
 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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