Binóculo Nº 540

Ríos y ríos de gente

"Cuando el clarín de la Patria llama, hasta el llanto de la madre calla", así fue la frase del Libertador, la que pareciera que escucharon los venezolanos ayer para concentrarse este domingo en los centros electorales. La marea fue tan grande que todavía hoy lunes tiene en silencio a la oposición por las redes. Estaban apostando al desastre. Algunos amigos me salieron con que eran pocos centros electorales, y por eso se veía tata gente. "No jodás –le dije- en verdad tú crees eso hermano. Desde los primeros tiempos de Chávez, yo no veía tanta gente en la calle con tanto entusiasmo para ir a votar 25 años después, con un gobierno desgastado por la presión, con un país que no puede comprar un carajo con chequera porque los bancos son parte del bloqueo, con un país que se tragó las guarimbas que ustedes hicieron, para rociarle gasolina a un pobre muchacho y prenderle fuego y matarlo, cuando los venezolanos nos tragamos un periodo arrecho desde el 2015 al 2018, porque teníamos que hacer colas de mediodía para comprar un paquete de harina y una lata de sardina, con una pandemia que no nos jodió más, porque el gobierno se embraguetó, y que de paso les pusieron a la gente las mejores vacunas, gratis por cierto. Vacunaron a todos los escuálidos para que estuvieran finos para seguir echando vainas; y los que se han muerto fue porque se fueron a Miami a vacunarse. Coño hermano, yo sé que tú eres un tipo decente y serio, pero por favor di cosas coherentes. Ese río de gente no se veía desde que sonaban las cornetas despertando a la gente a las 4 de la mañana para ir a votar".

Hasta allí se quedó la conversación con mi amigo, quien es un hombre inteligente y sabía que no tenía nada que refutar.

Pero, en honor a la verdad, yo no recuerdo una marea de gente así, como la de ayer, creo que desde el 2012, cuando había esa efervescencia de ir a las urnas a elegir de nuevo al Nieto de Maisanta. Cuando Chávez nos decía que había que levantarse con la diana y la gente se reunía a jugar dominó, hacer sopa y tocar cuatro, en lugar de irse a dormir para ser los primeros en llegar a los centros electorales. "Maisanta, que son bastante", hubiera dicho Pedro Pérez Delgado. Ríos y ríos de gente se concentraron en los centros electorales, ayer domingo en interminables colas, que doblaban las esquinas y seguían para allááá, hasta donde el viento se devuelve. Puerto La Cruz, Maturín, Petare, Catia, Caracas, La Isabelica, Valencia, San Carlos, Flor Amarillo, Guacara. Cuánta gente pacientemente esperaba su turno para asistir al simulacro. Milicianos y militares se ocupaban de las personas con discapacidad y de la tercera edad. Con un orden que impresionaba, el CNE convocó a ese simulacro de votación, y muchos esperaban que la participación sería muy poca, porque la gente está arrecha con el gobierno, porque los salarios no alcanzan, porque se desmejoraron las condiciones sociales de los trabajadores, porque el sector educativo está arrecho, porque el sector salud está arrecho, porque la oposición dijo que todos deben estar arrechos. Entonces de dónde salió ese mar de gente que esperó hasta la noche con toda la paciencia del mundo para ejercer su voto, que era un simple simulacro. Ese es un gancho al hígado a la oposición, porque no pueden creer que con esta crisis y con los problemas en puertas y un bloqueo brutal, la gente acuda al llamado para refrendar su voto con una participación, que no es legal, pero que sí lo es, porque ese acto de ayer, sólo anuncia lo que será el 28J, cuando el anodino, inodoro, incoloro e insípido, Edmundo González Urrutia, sea, no derrotado sino que lo dejen como un coleto tras los resultados electorales. Es posible que también sea la tumba de La Interfecta, quien deberá darle explicaciones muy serias a sus adláteres de la oposición, de porqué fue derrotada.

¿Qué pasó ayer? ¿Por qué si la gente está tan arrecha, fue a hacer cola para refrendar a Nicolás como presidente? Porque los niveles de conciencia del venezolano, no son los mismos de hace 20 años. Porque el venezolano tiene consciente de que esta oposición, enemiga del país, viene por ellos. Porque sabe que privatizar el país, significa pago de servicios públicos a precios exorbitantes, no transitar por sus propias carreteras y autopistas, no acudir a ningún centro de salud que sea gratuito porque ya no existirán. El venezolano ha demostrado su inteligencia y entiende que La Interfecta no hará otra que copiar a un sociópata como Javier Milei, por lo que eliminará las pensiones, la ayuda a los jubilados y la educación gratuita. Como suelen decir ellos, el que tenga que pague y el que no, se queda atrás. Vender Pdvsa por 70 mil millones de dólares, de los cuales una parte será para ellos y lo demás para las trasnacionales que se la van a repartir.

La gente es lo suficientemente inteligente, como para saber qué es "privatizar todo" como repite La Interfecta. De qué trata entregarle el país a las trasnacionales y al Big Brother.

El encuentro de ayer, no fue más que una muestra de que la entrega del país no es posible. Y en todo caso, de que cuando Hugo dijo, ustedes voten por Nicolás Maduro, sabía que venían tiempos de terremoto y que debíamos encontrarnos cohesionados en torno a un líder. Por eso el pueblo acudió al llamado de ayer, que no es más que el preludio de lo que ocurrirá el 28 de julio. Tal vez sea por ello que están diseñando cómo van a cantar fraude y que la gente les crea. Se quedarán con los crespos hechos, porque el pueblo demostró que no es loco, y que no apuesta a aventuras. Por el bien de todos.

Caminito de hormigas…

"No joda, si hay que morirse aquí, pues que nos maten a todos. Le vamos a reclamar a Nicolás porque estamos arrechos, pero que no venga ningún hijueputa a creer que no vamos a votar. Se equivocaron. Nicolás es nuestro presidente, y puno", comentaba en voz alta un viejo que parecía loco, a quien le preguntaron el nombre y dijo "José Leonardo Becerra, no joda, la reencarnación de Chávez". Miraba para todos lados, pero no se movía de su cola de la tercera edad, allá en el centro electoral de La Isabelica, una de las cunas de la guarimba valenciana.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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