Una de las principales características de Hugo Chávez como dirigente máximo de la revolución venezolana es que creía en todo lo que hacía, hablaba, fundaba, organizaba. Cuando Chávez hablaba de amar a Venezuela, al pueblo, cantaba el himno nacional, todo el mundo sabía que era verdad que no lo hacía para buscar votos o por tomar una posición política conveniente y ese sentimiento autentico la gente lo respetaba y le permitió que se convirtiera en el gran líder que era.
Así que cuando muchos dicen "ser como Chávez" debían saber que eso se refiere básicamente a ser un auténtico revolucionario, algunos como líderes o en otras posiciones. Una de las consecuencias fue que no había espacio para los especialistas en "hacer imágenes" tan vinculados a las campañas políticas de la derecha imperialista en todas las naciones del mundo. Porque para los socialistas no es hacer imagen sino "hacer revolución", construir partido, crear conciencia, convencer a la mayoría de la población de la necesidad de un cambio verdadero y durable, por lo que debía ser un cambio profundo en las estructuras. Chávez lo logro y de su legado vivimos, con penurias y confrontaciones, pero vivimos.
Chávez también nos legó y creo que a toda la izquierda y revolucionarios, la necesidad de transitar los caminos electorales que abre el capitalismo, para vencerlos allí en su propio terreno y que la diferencia entre sus campañas y la nuestra es lo que señalaba primero, la autenticidad de los planteamientos, de lo que con sus esfuerzos mediáticos nos tratan de alejar creando falsas expectativas en la población para hacerla vivir una frustración creada por ellos y achacada al gobierno. Así ha sucedido muchas veces.
En esta campaña basándose seguramente en necesidades reales, ha conjeturado la población la entrega de un bono especial otorgado por el gobierno de Maduro antes de las elecciones lo cual muchos lo ven "clarito" como una jugada de Maduro para ganar apoyos de electores. Sin embargo un gobierno serio puede pensar de otra manera ya que hasta la presente no se ha otorgado.
En este sentido, la decisión del gobierno de Maduro de no otorgar un bono especial podría interpretarse como un intento de evitar ser percibido como demagógico y buscar transmitir una imagen más seria y responsable en su gestión. Al no recurrir a estrategias populistas para ganar adeptos antes de las elecciones, se podría argumentar que se está demostrando cierta coherencia en el manejo de los recursos públicos y una voluntad por no utilizar la necesidad económica de la población como moneda de cambio político.
Es importante considerar que la entrega de bonos o beneficios económicos justo antes de una elección suele ser una estrategia comúnmente utilizada por líderes políticos para ganar simpatía y votos, lo cual se conoce como demagogia y en medio de este enfrentamiento con esa derecha asesina y aguerrida, no podemos dar ninguna impresión que compartimos estrategias similares demagógicas.
Y si esta decisión puede generar ciertas críticas por parte de la población que esperaba algún tipo de ayuda económica adicional en un momento complicado para la mayoría debido a la crisis económica que atraviesa el país, el gobierno de Maduro aplicara los correctivos necesarios y permitirá que suban las opiniones de las comunidades y la población sobre este aspecto para actuar. El gobierno creo que es el primer interesado en reconocer sus fallas cuando las comete, que la teoría dice que todas las organizaciones cometen fallas regularmente, así como también aunque muchos no lo crean, es el principal interesado en corregirlas.
En cualquier circunstancia, es fundamental analizar más allá de la ausencia del bono especial y considerar otras acciones y políticas implementadas por el gobierno en materia económica, política y social para valorar que realmente existe un compromiso real de Maduro con la población, con todos, no solo con los que votarían por él, para mejorar las condiciones de vida de la población de Venezuela en estos tiempos de crisis provocada por Estados Unidos.
