Esto va por muy mal camino

En los medios progre extranjeros, resaltan la campaña electoral de Maduro con mucho optimismo, con ello, da la impresión que Maduro indiscutiblemente ganará las elecciones; pues en Venezuela hay alegría, valentía y entusiasmo antiimperialista.

Esas expresiones nos dan la idea de que, Maduro no va a colapsar, pues, cuenta con las masas entusiastas que llevan en la mente una asociación de Chávez con Maduro y se induce que votar por Maduro es votar por Chávez.

En esas risueñas noticias se presenta una Venezuela óptima, socialmente normal, que asume un proceso electoral en el contexto de una vida democrática envidiable, con las contradicciones propias de toda sociedad liberal.

Esa visión contenta y positiva del país coincide con la imagen que reproducen todos los defensores de Maduro y su gobierno.

Para el caso, con los que sostienen que la acumulación del capital político de Maduro se debe a que Maduro y su proyecto cuenta a su favor con las capacidades enormes de la estructura del Estado, control sobre los medios y sobre el partido-Psuv que tiene presencia nacional.

Eso es muy cierto, pero, una cosa es el capital político acumulado por su gobierno y otra, la conducta de los ofendidos por esas medidas políticas.

Miremos un poco la situación; las reacciones de los ofendidos no son públicas en los medios internacionales, aunque son las más decisivas en los entramados políticos del país.

Para el caso, los opositores no niegan que la fuerza de su candidatura descansa sobre el control efectivo del sistema jurídico que sostiene el orden con tres leyes fascistas que encarnan la concepción arrogante y de intransigencia absoluta con el otro, lo cual es la bandera política de sus seguidores y se ha hecho efectiva en la inhabilitación legal y moral de líderes de la derecha extrema y en la neutralización política de los subversivos chavistas revolucionarios.

Los opositores reconocen también, que entra en este contexto de dominación, la promoción del nuevo proyecto económico de Maduro que justifica legalmente la política de emprendedurismo, bonificación de salarios y de apertura estatal a las zonas francas o ZEE.

Estas últimas, reflejan las deferencias del gobierno con las medidas que el FMI y el BM exigen y aplican a los Estados deudores, aunque tales medidas irrespeten la soberanía y los derechos de los trabajadores.

Ese neoliberalismo decadente, ha sido cuestionado con creces, por los subversivos chavistas; aunque sea presentado seriamente por Maduro y su gobierno, como la gran novedad económica.

Proyecto económico de Maduro, que no depende de la producción petrolera; pues el petróleo ya fue entregado de antemano, a las transnacionales, a los empresarios locales y ha dejado a Venezuela huérfana de su principal fuente de riquezas: el petróleo, el gas y los minerales.

Como dice Amaranta Rojas:

No sé mi burrita chela, si en esta campaña electoral que comenzó ahora, no sería oportuno hablar de un empalagamiento político neoliberal. Estaremos en la campaña con dos derechas y un melao neoliberal.

"Todo lo que ha hecho la "revolución" es prácticamente el paquetazo que "traerá" María Corina. No tendrá necesidad de traer alguna política social y económica porque de ganar Edmundo, no necesitará de ninguna otras condicion políticas. Las que están, le serán perfectas.

De perlas le caerían las políticas de bonificación que Chávez combatió y que Maduro la ha venido acomodando y hoy no hay nada más antisocialistas que está política de bonificación."

Esto va por muy mal camino

La realidad electoral que no es noticia positiva internacional es, lo que significa económica y socialmente el triunfo de Maduro; y eso no es algo más que, continuar aceptando como novedad un paquete neoliberal ya caduco, que arruinó la vida de los trabajadores centro americanos en las últimas tres décadas. Tal paquete vino a decantar en la última década, en el famoso emprendedurismo o micro empresas, la venta masiva de motos, apertura masiva de barberías, salas de belleza, pequeñas tiendas, ventas celulares y recargas para los mismos, y las famosas bisuterías de productos chinos.

Por otro lado, si gana Edmundo y Mariacori; aparte de contar con las condiciones neoliberales creadas por Maduro, su plan pro norteamericano, los convertiría en el Milei venezolano con las consecuencias anti obreras y restricciones Estatales conocidas.

De ahí que eso del entusiasmo electoral convertido en noticia, deja intacta la realidad en que descansa la fuerza de la candidatura de Maduro, y la dinámica electoral en su conjunto.

Cuando toda una comunidad ha sido forjada y formada bajo la mentalidad de obviar el conocimiento de la realidad, el votar sin tener conciencia de esta realidad, es votar a veces, en contra de sí mismo, abonado con un auto engaño.

Y, para el caso, en la propaganda de Maduro se promueve en una reflexión engañosa, el gran dilema siguiente:

¿Se han puesto a pensar en las repercusiones sociales que traería la derrota de Maduro?

¿Cuál sería el precio de la derrota de Maduro?

Aparte de esos temores escatológicos que se promueven por los defensores del proyecto gubernamental; la cuestión es que, si gana Maduro o el partido de Mariacori, el futuro para el pueblo será lo mismo.

Entonces, ¿Qué?

Como se puede crear una configuración propia para Venezuela; cuando lo que está vigente en la realidad es el neoliberalismo caduco de Maduro y un reabastecimiento de masas de la derecha extrema.

Como dije, esto va por mal camino. ¿Qué resulta menos dañino para el pueblo?

Sostener a Maduro, cambiarlo por Edmundo y Mariacori o rechazar y salirse del juego electoral para convocar a un diálogo con el gobierno; pero, ¿con cuál poder?

Poder divino, poder de la memoria chavista, si las masas están entretenidas en el debate electoral y las fuerzas armadas mantienen el orden para que funcione el juego electoral.

Los más jodidos en este contexto real, son los chavistas revolucionarios, cuyo mayor problema consiste en acercar lo diverso y articularlo en un proyecto político, que fortalezca la soberanía, la independencia y mejore la vida de los trabajadores. Ese proyecto no existe; pues la construcción social de Chávez, ya fue desarticulada y las masas chavistas están engañadas y auto engañadas en asociar Chávez con Maduro, sin pensar en la realidad.



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Memo Fernández


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