Ya estuvo bueno con las denuncias y quejas contra Maduro y la derecha extrema; por qué no sale el Catatumbo del pueblo a tirar rayos en la calle para acabar con el mal gobierno y las aspiraciones de retorno de la extrema derecha.
El empeño en demostrar las desnutridas campañas de Maduro y la vuelta al estrado de un anciano que le cuesta sostenerse de pie, es excelente, pero, para que sea esperanzador un planteamiento político de retomar la línea de Chávez o de construir un nuevo movimiento que integre chavista s y socialistas, revolucionarios independientes, comunistas, progresistas y opositores en general; ya sin tanta paja teórica, se tiene que convocar a la gran marcha popular del Catatumbo, donde todos puedan expresar pública y masivamente el fin del gobierno de Maduro y la terminación de las aspiraciones de la derecha de volver al gobierno.
El creer en la resistencia clandestina y subjetiva, es esperanzador, pero, como ustedes dicen: los deseos no empreñan. Para que esa resistencia adquiera valor político, debe convertirse en un movimiento real de masas descontentas que demanden la solución de sus problemas inmediatos y futuros, en la calle.
Allí tiren todos los rayos que quieran: los comunistas serios, cuadrados y estancados en un pasado de luchas obreras irreales, los socialistas soñadores con la vuelta del chavismo, sin mover un dedo o una bandera roja en las calles, los demócratas cristianos acérrimos antimaduristas, los marxistas y su lucha de clases, allí en la calle, que un rayo del Catatumbo rompa el sarcófago de Lenin y lo lleve a correr. Decanten sus demandas y canalicen sus objetivos políticos allí en las calles; pónganle vida a la nueva revolución.
Ya están dadas las condiciones subjetivas para organizar una nueva revolución. La revolución del Catatumbo.