De la revolución de Chávez a las "transformaciones" del madurismo, el camino de una traición

Es en los tiempos de elecciones cuando afloran las contradicciones de los participantes. Esta verdad se hace dramática si el candidato tiene "rabo de paja"; forzado por los requerimientos de la campaña, se muestra, necesariamente, desnudo.

El madurismo vive una tragedia, destripó su esencia revolucionaria, la que le daba personalidad, suscitaba el apoyo popular, se vistió de azul, o de una sambumbia de colores propia del oportunismo, ocultó los ojos de Chávez, dejó de hablar de socialismo, todo para congraciarse con fedecámaras, con los apellidos cisneros y mendoza, conspicuos representantes de la burguesía nacional, y en un ejercicio de genuflexión para obtener el perdón de los imperios.

Ahora en tiempos electorales, se encuentra sin personalidad y lo que es peor, sin obra que mostrar, al contrario, su gestión de gobierno es un desastre. Esa es su tragedia, ya vendió el alma al diablo, no puede revivir los símbolos de Chávez sin perder el beneplácito de los capitalistas y los imperios, pero necesita esos símbolos para el engaño, para medio tener vida en las elecciones. La campaña sólo mostrando los defectos del adversario, denigrando como chismosa, no les está dando resultados, al contrario, parece que alimenta a la candidatura enemiga.

Lo que hace es patético, da pena ajena, lástima. Decidieron el camino de la vacuidad, cambiar los nombres con raigambre histórica por eufemismos sin vida. Uno de ellos es "las transformaciones", es la Revolución, en la versión de maduro, no es "lucha contra la lógica del capital", son transformaciones, que significan cambios para que todo siga igual, sin tocar la esencia del capitalismo. Este cambio que es una declaración franca, clara como la luna llena, de la traición al legado de Chávez, viene aderezado por un lema apropiado del espíritu deportivo: "tengo fe". Y aquí el madurismo se estrella estrepitosamente contra su ineptitud, contra la realidad de su pésima gestión. Queda desnudo.

Dice, tengo fe en los abuelos, y la pensión son unos tres dólares, y no hay salud para ellos. Dice, tengo fe en los estudiantes, y los docentes, que los guían, ganan nada, las Universidades están abandonadas tras una mano de pintura, asediadas por la miseria y el maltrato a profesores, estudiantes, empleados y obreros. Dice tengo fe en los jóvenes, y los dejó sin futuro. Dice tengo fe en el pueblo, y convirtió a Venezuela en un país con récord continental y mundial de miseria.

Estas elecciones tienen la virtud de haber mostrado, con claridad, los bandos que disputan la conducción de la restauración del capitalismo; maduristas y mariacorinos. Y además y muy importante, ha demostrado, sin dudas, la traición del madurismo al legado del Comandante Chávez.

La conclusión se aclara cada vez más, en la elección se escogerá al verdugo de Venezuela. Votar por alguno de esos candidatos es votar contra Chávez. El voto por Chávez es la abstención. El 28 si es que se llega allá sin ninguna sorpresa, se demostrará hasta dónde ha tenido éxito el capitalismo en enterrar a Chávez, su pensamiento, su legado, y hasta qué punto vive el espíritu del Comandante en el corazón de su pueblo.

¡CHÁVEZ CORAZÓN DEL PUEBLO!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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