Se percibe una alta frustración en una parte significativa de la población por la pérdida de las elecciones, lo que llama a la otra parte (la que se siente ganadora) a ser prudentes con ese duelo y a mantener respeto por quienes lo padecen.
Se siente como nunca el halo del odio en el ambiente, mejor dicho su peso, generado por muchas frustraciones acumuladas ante la búsqueda del objeto amado como diría Sigmund Freud (Duelo y Melancolía, 1917 [1915]), en Obras completas, vol. xiv (Buenos Aires: Amorrortu, 2005) en este caso era "ganar las elecciones y salir de Maduro" pero se perdió POR AHORA esa búsqueda "se perdió el objeto amado"
El objeto amado visto como cualquier persona, situación o cosa.
El duelo es una reacción natural ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. (https://revistas.unal.edu.co/index.php/jardin/article/view/27228/39644).
Por lo que me he dado cuenta pareciera que ha resurgido el sentimiento de "La Arrechera" anidada por el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski en el 2013 y podría estar muy cercana a considerar que en algunos hasta con el mismo acento utilizado por él, se hace sentir en los ciudadanos que en diferentes grados vieron como posibilidad "salir de Maduro" en esta oportunidad a través del voto, les dijeron que "sí salían todos a votar ese anhelo se hacía realidad" ese anhelo y lo que representaba para el individuo, grupo o sociedad, constituía el objeto amado.
En el ámbito de la psiquiatría y la psicología se reconocen de manera general 7 fases del duelo, naturales y complejas vale mencionarlas: Fase 1, incredulidad o shock. No se cree lo que ha pasado; Fase 2, negación; Fase 3, rabia o ira; Fase 4, negociación; Fase 5, depresión; Fase 6: aceptación; Fase 7: seguir adelante.
Como nunca, quienes sientan que han ganado esta vez, les corresponde como parte de la condición humana fortalecer las conductas de comprensión y empatía hacia ese duelo sufrido por otros y respetar su proceso, sin imposiciones.
A mi modo de ver y de alguna manera ganó el odio, el odio hacia Maduro, en algunos casos no ha valido que el alcalde y/o el gobernador oficialista, haya demostrado ser competente, ha respondido como era esperado ante las urgencias naturales o creadas presentadas en el pueblo o ciudad donde se vive.
Ahora bien, si yo fuese opositora y observara con detenimiento creo que pensara que he ganado, que hemos ganado; subrayaré dos hechos:
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Asumieron una organización mínima en comanditos de campaña en pueblos, urbanizaciones y barrios de todo el país para respaldar al candidato presidencial.
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Ante la orden expresa de salir a votar, salieron y se presentaron en los centros electorales, votaron y acumularon más de 4 millones de votos; con ello quedó lejos la conducta de abstención asumida como estrategia en otros momentos y que en nada les ayudó por lo que no pueden culpar a nadie de las pérdidas.
Si lo ven con detenimiento han ganado mucho camino, a pesar de que los representantes de los partidos de utraderecha han estado asociados a la desestabilización, la destrucción del bienestar del país y a Planes para la Nación muy distantes de los intereses del pueblo (lo que denota una memoria muy corta o en todo caso el estado emocional de odio es más fuerte, emoción que arrastra mucho daño).
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La acumulación de odio nos karmatiza, no lo dejemos mucho tiempo en nosotros, no nos deja hacer cosas y necesitamos trabajar.
Si lo vemos de manera objetiva, la mesa está servida para el 2030 tanto para los ganadores, como para los perdedores y para los EMERGENTES (partidos opositores que obtuvieron una votación notoria); también para los ELECTORES, quienes debemos aprender más a focalizar nuestras solicitudes y a exigir formalmente su canalización y cumplimiento; debemos asumir nuestro rol y hacerlo verdaderamente protagónico; debemos participar más en el qué y en el cómo hacer las cosas.
Ahora, cuando lo económico está mejorando, avancemos seriamente en disciplina, seguimiento, responsabilidad y respeto en todas nuestras áreas de la vida individual y social...
Así las cosas son muchos los compromisos ciudadanos ¡Continuemos!