¡es una victoria impresionante!

Dicen que los números hablan por sí solos; pero en este caso merece la pena contar la historia de ese número. Lo primero que hay que tomar en cuenta es que la población venezolana sufrió una emigración ya sea económica, política, social (como prefieras verlo) de entre 15 y 25 %. Recuerde que una buena parte, sino la mayoría, salía del país "ilegalmente", aquí otra vez entraríamos al terreno de la especulación, quienes salieron legalmente y los que no, ¿cuántos son? No sabemos. Pero hagamos una suposición y digamos que son 6 millones.

¿Cuántos de ellos son de oposición y cuántos son Chavistas?

Si somos imparciales deberíamos decir que, tal como pasa en las encuestas, la tendencia de los porcentajes debe ser igual, 50% y 50%, o 52% y 48%, como prefieras. El punto es que tanto opositores como oficialistas han salido y por lo tanto, la oposición como el oficialismo, ha perdido parte de su electorado. Sería iluso pensar que en una elección se mantendrían las cifras.

El oficialismo ha perdido por esta razón un millón de votos duros y "posibles" 500 mil de los dudosos (más o menos), igual la oposición solo que un poco menos. Así que ese resultado de 6,5 contra 5,5 (más o menos), en todo caso, ambos perdieron votos por esta simple razón.

¿Qué significa entonces los votos de Maduro?

Extrapolando lo anterior es muy sencillo dilucidar que el Chavismo ha mantenido fuerza impresionante, especialmente tomando en cuenta lo que coloco en el título de este artículo: después de intentos de asesinatos, gobiernos paralelos, Pandemia y medidas coercitivas (sanciones), con toda esa pléyade de obstáculos y problemas, todos bien complicados y de alguna manera cada uno de ellos de "amenaza de existencia vital del estado" y aun así no solo sobrevivió, sino que prevaleció. ¡Es una hazaña!

Los detractores del gobierno, por supuesto, encontrarán forma de desbaratar esa retórica, anularla. Pero eso es algo que ya sabemos. Bueno, salvo ellos mismos que terminan creyéndose sus propias mentiras.

Yo vuelvo con el origen. Después de tanto ataque, durante todos y cada uno de los años del mandato de Nicolás Maduro. No hubo un solo año en donde no se le atacó salvajemente. Intentando incluso asesinarlo.

Hay un fenómeno que no lo hemos analizado aun.

De las masas electorales de ambos bandos hubo un intercambio de activos, me explico:

Hay una buena parte del electorado popular, que normalmente votaba por el chavismo pero no era militante de hueso rojo; que terminó cambiándose de bando y votando y vitoreando cambio junto a los opositores de siempre. Hubo, aunque, repito, no ha sido analizado aun, un ligero cambio en las caras que se veían manifestando y los que vandalizaban. No me refiero a los malandros pirómanos, sino a aquellos a los que se podía ver en las marchas o en las protestas. Hubo algo de "pueblo" en esas protestas. Eso fue el cambio más importante en estas elecciones.

El otro cambio, pero menos visible, es que del lado tradicional opositor, especialmente "empresarial" le ha dado un "stop" al pensamiento opositor y el auto-daño que se hacían y ha comenzado a ser más consciente, no visible, pero más consciente. ¿Cómo lo sé?

Porque el cambio se nota en el día a día en Venezuela. El empresariado ha dejado el "protagonismo" político opositor y se ha dedicado a emprender y recuperar sus empresas, las cuales fueron dañadas por los desvaríos de la oposición extremista. Ellos han sido ganados al lado gubernamental. El gobierno ha tenido, por razones económicas, que aflojar un poco lo riguroso de la economía, la situación lo ameritaba, no dudo de eso. Un paso audaz y arriesgado, lo logró, fue un éxito la política económica actual, y hemos estado creciendo. Especialmente en la producción alimenticia. Esos son votos ganados.

Si el Chavismo perdió el 10% de su base popular, al mismo tiempo ganó el 10% de la base empresarial tradicionalmente opositor. Quid pro quo.

Joel Romero.