Un marciano aterrizó hoy, en Venezuela

La relatividad y la historia.

Hay un ejemplo contemporáneo de hace algunos días; en Japón se recordó el holocausto de las bombas atómicas del 6 y 9 de agosto de 1945, sobre Hiroshima y Nagazaki. El bombardeo nuclear fue ordenado por Harry Trunan presidente de Estados Unidos en ese momento. Las dos explosiones mataron a 166,000 personas en Hiroshima y 80,000 habitantes en Nagazaki.

Lo más insólito es que en el recordatorio se desvaneció hablar de quien lanzó las bombas y se hizo alusión al peligro nuclear de los rusos.

Otro caso; hay dos comunicados, uno sellado por los gobiernos de Alemania, Francia y Reino Unido donde le exigen a Irán no agravar las intenciones de paz y la liberación de los rehenes israelitas, aun cautivos en manos de Hamás.

Habrase visto semejante cinismo y desvergüenza cuando es Israel el que agrava, con sus masacres en Gaza y asesinatos a líderes islámicos en las capitales Damasco, Beirut y Teherán, la búsqueda de salidas pacíficas a la guerra contra los civiles palestinos y las agresiones terroristas contra los Estados referidos.

El otro comunicado sellado por Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia y también Italia; afirman que defenderán a Israel para preservar la paz en el Medio Oriente.

Se agrega a estos documentos la declaración pública de la Casa Blanca de que Estados Unidos no tiene nada que ver con la agresión ucraniana a territorio ruso en Kursk.

Que concepción de la historia es esa; donde se esconde y oculta a los actores directos de los hechos y tergiversan la explicación de las vicisitudes, dirigiendo la atención a que se culpe de violentos a las víctimas; así, el crimen que estos mentiros descargan sobre los sacrificados queda desvanecido.

Con estos casos contemporáneos se puede ver y valorar, que la historia la escriben los que tienen el poder; y la verdad, es la verdad del que domina la situación.

En la actualidad esto ha sido posible, porque la concepción de la historia se configura con los medios de comunicación, en las redes sociales y los discursos mentirosos de los líderes políticos contemporáneos. La historia es presente, con el pasado se rompe y el futuro es difuso.

Ese es el gran desafío teórico para los luchadores sociales y los académicos que no tienen el poder o lo han perdido recientemente.

En Japón dominado por Estados Unidos, Iroshima y Nagazaki son hoy, ciudades grandes y bonitas; si algún extra terrestre desciende del espacio y aterriza en ambas ciudades, jamás imaginaría que dichas ciudades, hace 79 años fueron destruidas por sendas bombas atómicas. Y como se notó en la celebración, todo ese cruel pasado creado por Estados Unidos con las bombas atómicas Little Boy y Fat Man, quedó reducido a nada y se encendió el temor a los rusos. Esa imagen se llevó el marciano al regresar a su planeta.

Que diría ese marciano si hubiese aterrizado hoy en Venezuela.



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Memo Fernández


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