Esta es una carta abierta al fiscal general de Venezuela.
Primero, quiero que usted sepa, fiscal general, que aquí no se trata de odio como a usted y a los demás maduritas les gusta tanto expresar tan arbitrariamente y a su conveniencia, no señor, aquí abajo, como usted y todos verán, se trata de lógica, del sentido común, de la vida real.
De acuerdo con la siguiente noticia aquí en Aporrea:
Fiscal Tarek William Saab: Caso Edmundo González marca un precedente negativo
Usted dice (sobre Edmundo):
"’Si usted es inocente ¿por qué no vino a la primera citación, segunda citación, tercera citación?’[...] [y la noticia sigue] Tarek William Saab aseguró que el 99,99% de las personas citadas al Ministerio Público asisten a la convocatoria. ‘Esto marca un precedente muy negativo en el derecho venezolano, aquí puede ser citado cualquier venezolano como ha ocurrido’ [...] [Saab] reafirmó que si González reconoce la institucionalidad venezolana ‘reafirma la convicción existente en el país’ de que el MP labora en beneficio de la justicia del país […] ‘Vemos que este sector minoritario pretende colocarse en una atmósfera supraterrenal, y pretenden vernos como sus tontos útiles’ […] ‘figuras que han sido presidentes y expresidentes, que han ido a los tribunales públicos de sus países’, y ejemplificó su afirmación con los juicios emitidos contra el exmandatario estadounidense, Donald Trump."
Mire, fiscal general, primeramente, aquí en Venezuela no existe ninguna semblanza de institucionalidad, ni justicia, ok, y usted debería saberlo.
¿Y qué tiene Trump (su supuesto enemigo además) que ver con todo esto?
En EEUU por los menos existe una semblanza de justicia, pero aquí no, por nada, entonces no nos venga a citar ese tipo de miserable ejemplo, no señor.
¿Me entiende o no?
Y sobre la justicia y la institucionalidad venezolana …
¿Usted cree que de lanzar a un acusado, Fernando Albán, desde el piso 10 de la sede del Sebin (y así matarlo), eso sería justicia, institucionalidad?
No señor.
¿O que de torturar hasta le muerte a un acusado, al capitán Rafael Acosta Arévalo por ejemplo, eso sería justicia e institucionalidad?
¿Ah?
¿Institucionalidad?
¿Justicia?
Sí Luis.
En el 2008, el actual presidente de Venezuela (su jefe de facto), cuando él era canciller, y a espalda de Chávez para quien yo le hacía trabajos de reconocimiento en la frontera contra lo corrupción interna de las fuerzas armadas que él estaba tratando de erradicar, y con la colaboración de Aurora Morales, quien irónicamente dice ser defensora de los derechos humanos, él me mandó a ese mismo edificio de la Sebin donde lanzaron a Fernando Albán del décimo piso, a ser interrogado durante 4 horas con la intención de asustarme (bullying), y eso nunca lo olvidaré, jamás, tácticas de cobardes, es más, 5 días después de que Aporrea me publicara un artículo en el 2015 donde expuse lo que pareciera haber sido un caso de corrupción interna dentro del ministerio de la presidencia de su jefe de facto, fui muy violentamente secuestrado, torturado, y casi matado a machetazos, y, ¿sabe qué fiscal general?, uno de mis secuestradores era de la policía nacional y otro era de la CICPC.
¿Eso es institucionalidad?
¿Justicia?
No señor.
Jamás.
¿Y cuántos casos más de amedrentamiento, desapariciones forzadas, torturas y asesinatos en manos del actual Estado venezolano no han habido?
Han habido muchos.
Y usted lo sabe, entonces no se haga el loco, no señor, no, no, no.
Sabe, si yo fuera Edmundo, quien yo no apoyo políticamente porque yo no voto (soy antipolítico), yo tampoco me presentaría a su convocatoria, jamás. Prefiero morir en un enfrentamiento físico con sus fuerzas de inteligencia militar o policial antes de presentarme en sus oficinas, tomando el riesgo de ser torturado otra vez, una experiencia que me marcó de por vida y que yo decidí jamás vivir otra vez.
¿Usted sabe cómo uno se siente al ser torturado?
¿Ah?
Inténtelo para que vea.
De intentarlo, le aseguro que usted no sería el fiscal general que es hoy.
Pero, me imagino que usted no lo intentará jamás, y me imagino que usted jamás ha sufrido la tortura, porque si usted supiera lo que es la tortura, usted nunca diría las cosas que usted dice sobre Edmundo.
Es más, ¿usted cree realmente que "el MP labora en beneficio de la justicia del país?"
No señor, jamás.
Ustedes --- usted y su jefe de facto y sus cómplices --- lo que están haciendo es una cacería de brujas como se hacía en la Edad Media, y esa es la realidad, esa es la verdad, y usted debería saberlo.
Y si usted y su cuerda de matones me vinieran a buscar, así como me ocurrió en el mes de diciembre pasado cuando un efectivo de la FAES (hoy la DIE) --- una fuerza especial policial creada por su propio jefe de facto --- me puso una pistola a la cabeza, le aseguro que yo moriré, pero no seré el único muerto, ¿me entiende fiscal general?
Creo que sí.
Es que yo, no siendo un cobarde como lo considero yo a usted, y como millones más de venezolanos y venezolanas, no tengo nada más que perder.
¿Me entiende?
¿O no?
Yo no confió por nada en usted, ni en su jefe de facto, ni en ninguna de sus fuerzas militares o policiales, ni en su fiscalía, ni en sus tribunales, y estoy seguro que Edmundo tampoco.
Por eso él no se presentó, y estoy seguro que usted lo sabe perfectamente.
Entonces, no nos venga con esa vaina.