De la aversión de Bolívar hacia España: "si alguna vez la vimos grande fue porque lo hicimos de rodillas"…

  1. Otra vez España, ¿hasta cuándo esta tierra de cobardes se entromete en nuestros asuntos? ¿Hasta cuándo se creen que tienen derechos sobre nosotros? Tierra de reyes abominablemente ambivalentes, trapaceros, asesinos y ladrones (como Juan Carlos, el rey exterminador de elefantes). Dos semanas estuvieron entrenando a don Juan Guaidó para que se pudiese conducir en el Palacio de la Zarzuela como presidente de Venezuela. Lo enjaezaron con trajes especiales de alta costura antes de pasearlo como rareza balbuceante. Mascota sudamericana de altura. Mulato readmisible al reino de Castilla, al nivel de "moreno ad interin… mientras… Deo Coronatus… Donec aliter".

  2. Ahora le toca el turno de elevar al cielo a otro moreno, Edmundo González Urrutia, sacado de la caja de Pandora del Departamento de estado. Al Edmundo lo aclaman las Cortes y lo hacen presidente de Venezuela por obra y gracia de los herederos engendrados por don Manuel Godoy, El Príncipe de la Paz. Pedro Sánchez lo recibe en La Moncloa, y le nota en las parpadeantes miradas, signos de haber sido pariente de la Loca Juana I de Castilla. Por eso, también hay jolgorio en el gallinero de las Cayetanas. Todos los morenos súbditos ad interin como Leopoldo López, Lilian Tintori y Antonio Ledezma llevan tres años esperando la bendición protocolar de los porteros reales...

  3. Para Simón Bolívar, España fue una tierra de traidores y asesinos, por ser heredera de los últimos detritus, de la escoria de occidente. El historiador gerhard masur ante el papel de España en el Nuevo Mundo, sostiene que América fue conquistada antes que descubierta, esclavizada antes que reconocida, ordenada y reglamentada antes que comprendida. Fue necesario un redescubrimiento, y en él Simón Bolívar desempeñó el papel del verdadero Colón.

  4. Cierto que hablamos español, y no quechua o maquiritare; pero de ese español nos interesa Cervantes y Quevedo quienes para nada era imperialistas… que vestimos, no como los cumanagotos, sino como europeos o los gringos (algunos con los blue jeans tallados, zapatos deportivos, franelas estampadas con figuritas de Mickey Mouse, Pato McDonald o de Pluto). Hasta en eso va el pensamiento dominante. Que nos movemos modernamente, con ambivalente cortesía, y nos hemos ido formando en la escuela del "buen trato", y al saludarnos damos besitos en las mejillas (antes nos dábamos uno, y ahora imitando a los españoles queremos darnos dos, cursis, coño)…

  5. Entre el muriente mundo de los centros comerciales y la nueva era cibernética, de las comidas rápidas, de las virguerías subliminales que cunden por las redes…, autosugestionados por los avances tecnológicos, ¿cómo encontrar y entender nuestros antepasados? ¿Si no leemos y si ahora estamos incapacitados para sustentar pensamientos propios porque todo viene enlatado, encapsulado, hecho hasta por bots? ¿Cómo entendernos, con esas conversaciones plagadas de fatuidades, cuyos contenidos son los ramalazos instantáneos que recibimos por los celulares, faltos de ideas, siempre procurando estar a la moda, siendo nuestra única carta de presentación un selfie, una frase trillada que corre sin rostro como meros chistes, sin alma?

  6. Eso es lo que tiene jodido al resto de las naciones latinoamericanas que no han tenido coraje para sustentar sus valores históricos. Sólo Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua se salvan de este holocausto. De resto, todavía en Panamá y Colombia, en El Salvador y Costa Rica, en Ecuador y Perú, gobiernan los conquistadores españoles, una historia desfigurada, falseada, con nada propio, y siguen cada 12 de octubre, esos "morenos asimilados", colocándoles flores a los monumentos de Cristóbal Colón, a criminales como Juan Rodríguez Suárez, Francisco Pizarro o Hernán Cortés.

  7. ¿Cuándo vencerán esos países esa condición de sometidos, tan ultrajante: solamente la de ser unos "descubiertos? Por eso, el 12 de octubre de1992 se produjo una gran alharaca en Occidente con la Expo-Sevilla, con saraos reales y ditirambos de fraternidad (después que te han robado y asesinado), como si acaso hubiese sido muy justo, equilibrado y hermoso aquella destrucción de un continente paradisíaco: el grandísimo genocidio de comunidades bondadosas que salieron al encuentro de los extranjeros con franca generosidad y hospitalidad, y que tuvieron el error (honorable, en términos de Claude Levi Strauss) de ver en ellos a dioses. Destrucción de seres que en realidad eran amantes de la paz y que, como escribieron muchos frailes, eran sencillos y no posesos de las riquezas ni de bienes materiales; casi ascéticos en sentido monacal; que se gobernaban mejor que los europeos y gozaban de una mejor y bien fundamentada libertad individual. Nada raro sería si en el futuro se llegara a organizar la Expo-Berlín para celebrar los 500 años de la incineración de cinco millones de judíos (por Hitler)… O de un millón de palestinos por los gringos y los sionistas.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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