Día de la raza o del exterminio de una raza

 A Hugo Chávez Frías, debemos habernos abiertos los ojos para la comprensión de nuestra historia. La no comprensión de nuestra historia, nos conduce a vanagloriar a torturadores y exterminadores de nuestros ancestros, valga decir, de nuestros abuelos. La lucha de liberación del pueblo venezolano, liderada por el Padre Libertador, Simón Bolívar, representa una epopeya única de la cual, venezolanas y venezolanos, los nacidos por estas tierras, debemos sentirnos orgullosos de llevar el gentilicio venezolano. El reino de España, debemos verlo como un reino o monarquía, que está en deuda con nuestro pueblo americano exterminado, muy poco o nada, tiene que enseñarnos sobre derechos humanos, la bárbara España. Menos aún, sobre democracia y libertad. Los bárbaros españoles, continúan siendo bárbaros, ni que se vistan de humanidad. Peor aún, en lo que se ha convertido, en refugio de delincuentes, criminales, corruptos y prófugos de la justicia venezolana.

España, la monarquía española, celebra la raza, ¿cuál raza? Tan igual que Adolfo Hitler, quien exterminaba la raza judía. En conmemoración de la muerte del pueblo Palestino, exterminado por el sionismo, el mismo que en el pasado exterminó a Jesús de Nazaret, hecho Cristo. España la monárquica, hoy conmemora el exterminio del pueblo salvadoreño y los crímenes estadounidenses, que llevaron al exterminio del padre Ignacio Ellacuría, junto a otros cinco jesuitas españoles, una cocinera y su hija en la madrugada del 16 de noviembre de 1989. La muerte, no pararía allí y el 24 de marzo de 1980, continuaría con el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, cuando oficiaba una misa. Un disparo reventó el corazón de Romero quien cayó fulminado en el mismo altar de la iglesia. Edmundo González Urrutia, sería testigo presencial de tan horrendo crimen organizado por la embajada venezolana, cómplice de todos los crímenes de la CIA norteamericana. Hoy como ayer, se reencuentran los asesinos de curas en España. El mundo, estaba dividido en dos bloques. Latinoamérica, se desangraba entre las garras de los escuadrones de la muerte, la represión de las dictaduras de derechas, fomentadas por EEUU y las guerrillas de inspiración comunista.

Decía Lichtenberg, con mucha razón que «el día que el indio descubrió a Colón, fue un mal día para el indio». El colonialismo, se justificó no como una ocupación depredadora sino como un deber de los pueblos europeos de expandir una cultura y una religión superior. Hasta muy avanzado el siglo XX, con la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), no ha habido realmente una legislación protectora de los pueblos indígenas. ¿Qué pasó con los entre 50 y 80 millones de indios que desaparecieron entre 1492 y 1650? Etnocida, se considera toda política que traiga consigo a corto o largo plazo la desaparición de una cultura indígena. Por ello, obviamente, toda la colonización española de América fue etnocida. Pero, el etnocidio no excluye el genocidio. Hubo un genocidio, que se ejecutó sin piedad. Dice el Presidente Nicolás Maduro: «Ellos salen el 12 de octubre a celebrar el Día de la Raza, el Día de España. ¿No podrían conseguir otro día? Porque el 12 de octubre para toda América, sobre todo para nuestra América, es el día en que empezó el genocidio, el exterminio, el esclavismo, el colonialismo; no es ningún día para celebrar». «El 12 de octubre no es para celebrar ni el Día de España ni el día de nada. Es el día de la sangre, de la muerte, de la esclavitud. Esta es la verdad». Nicolás Maduro, recordó que en 2019, el entonces presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, exigió al rey Felipe VI de España una disculpa por los agravios cometidos contra los indígenas durante la llamada conquista. «Y el rey de España, soberbio, dijo: 'No tenemos nada [de] que pedir perdón'». Hasta hoy, ciertamente no pidieron perdón. Dice la biblia que Lucifer, fue el primer ser que dio a luz la soberbia, siendo expulsado y avergonzado por su manera vana y lujuriosa de actuar

«Eran conmovedoras las leyes de Indias, que protegían a los indios en las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran la picota y la horca clavadas en el centro de cada Plaza Mayor. Hasta no hace mucho, el 12 de octubre era el Día de la Raza. Pero, ¿acaso existe semejante cosa? ¿Qué es la raza, además de una mentira útil para exprimir y exterminar al prójimo? En el año 1942, cuando EEUU entró en la guerra mundial, la Cruz Roja de ese país decidió que la sangre negra no sería admitida en sus bancos de plasma. Así, se evitaba que la mezcla de razas, prohibida en la cama, se hiciera por inyección. (…) Después, el Día de la Raza pasó a ser el Día del Encuentro. ¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones? Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indios para alimentar el desarrollo capitalista de Europa. (…) Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan brutos eran los indios, que ignoraban que debían exigir visado, certificado de buena conducta y permiso de trabajo a Colón». 12 de octubre, el «descubrimiento» de América y la historia oficial. EDUARDO GALEANO

 

Caracas, 12-10-2024

 

 

 



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Henry Escalante


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