El Imperialismo hoy, las nuevas dinámicas: El Súper imperialismo

El imperialismo, tradicionalmente está asociado con la expansión territorial y la dominación colonial de potencias europeas, ha evolucionado en el contexto del siglo XXI y aunque las formas clásicas de imperialismo han desaparecido, sus dinámicas y motivaciones de poder global permanecen, adaptándose a un mundo interconectado y globalizado. Hoy en día, el imperialismo se manifiesta a través de la influencia económica, política y cultural que ejercen ciertos países sobre otros, particularmente entre naciones desarrolladas y en vías de desarrollo, entre naciones desarrolladas aliadas y entre naciones en enfrentamiento. Podemos decir que el capitalismo ha abierto tres frentes de combate.

La economía imperialista ejerce un control sobre los recursos y mercados de naciones menos favorecidas enajenándolas en su voluntad y destino; entendiendo que enajenar es perder la razón, que se aplica a un país al perder la razón de su existencia que es la libertad, y se enajena también al ceder los derechos nacionales sobre su país a países extranjeros, como hace Argentina. Empresas transnacionales imponen condiciones laborales precarias y explotan recursos naturales, contribuyendo a la desigualdad económica y perpetuando la dependencia de los países en desarrollo. Además, los tratados de libre comercio, frecuentemente negociados en desventaja para los países más vulnerables, refuerzan esta dinámica de control.

El otro aspecto clave del Súper imperialismo es el militar o más bien su Súper Poder en tecnología militar, el cual usa discrecionalmente para someter la voluntad de todos los países del mundo. Lo militar es herramienta crucial para la proyección de poder imperialista en el ámbito global, fundamentalmente los Estados Unidos, que a través de bases militares, puede influir en la política local de los países y mantener un control estratégico sobre áreas geográficas clave.

Es necesario referirnos al complejo militar-industrial de Estados Unidos, el cual refleja la interdependencia entre el gobierno, las fuerzas armadas y la industria armamentista y perpetúa un ciclo de militarización y conflicto, ya que los intereses económicos influyen en las políticas para una mayor intervención militar.

En el ámbito político, la influencia de Estados Unidos ha llevado a una nueva forma de imperialismo, donde el poder se ejerce a través de la diplomacia, la ayuda económica y la intervención militar.

En términos culturales, la globalización imperialista ha facilitado la difusión de valores, costumbres y productos occidentales a lo largo del mundo, desplazando y caducando las culturas locales. La influencia de los medios de comunicación y las industrias del entretenimiento de países como Estados Unidos lleva a la homogeneización cultural, donde las tradiciones y formas de vida locales se ven disminuidas, desvalorizadas o marginadas.

En la obra de Lenin sobre el imperialismo se analiza cómo las potencias europeas competían por recursos y mercados, lo que las llevo a guerras permanentes que no podían superarse para alcanzar la paz. En el contexto actual, observamos un cambio significativo en la dinámica global: la aparición de una potencia dominante, Estados Unidos ha influido para evitar estas guerras, además con la presencia de la Unión Soviética, hasta finales del pasado siglo, que evito las guerras europeas hasta finales del siglo XX.

Podríamos argumentar que estamos ante una nueva etapa del capitalismo, que podríamos denominar "superimperialismo". En este contexto, las grandes potencias colaboran en ciertos aspectos, como la economía global y la seguridad internacional, para mantener un equilibrio capitalista que les beneficie a todas. Sin embargo, esta coordinación no elimina las tensiones inherentes a la competencia por recursos, influencia y hegemonía. Las disputas geopolíticas siguen presentes, pero se manifiestan de formas más complejas y multifacéticas, como en el caso de las guerras comerciales o la lucha por la tecnología.

Así, en el momento capitalista actual tenemos el "superimperialismo" que podría ser interpretado como una evolución del imperialismo clásico, donde la cooperación y la competencia coexisten en un sistema global imperialista interconectado. En resumen, el imperialismo moderno se manifiesta a través de la dominación económica, militar, política y cultural, con consecuencias significativas para los países pobres que siguen en el papel de explotados y súper explotados. Aunque no siempre es evidente, su impacto es profundo y duradero, perpetuando desigualdades y limitando la autonomía de las naciones afectadas.

Solo con la unidad seremos libres.



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Oscar Rodríguez E


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