• El rey Desnudo y la reina de corazones.
En el primer capítulo recordemos que el rey desnudo estaba de fiesta y propuso como todos los años en el circo, la escogencia de los condes que dirigirán los feudos del reino. Este llama al pueblo de mil, -pueblo en extremo feliz- a participar para escoger a dichos condes, pero todo es una simulación del rey desnudo porque la grey no puede elegir, tan solo puede opinar, ya que los condes los pone el dedo de Dios y el rey desnudo, algo así como que pueden ver el pan, pero no se lo pueden comer y ayyy!!, de aquél que diga lo contrario, contradecir al rey y al dedo de Dios en su celestial elección emanada desde los cielos, obtendrá la respuesta inmediata de la reina de corazones que como siempre atenta a cualquier irreverencia con su voz altisonante gritará de súbito; Qué le corten la cabeza!!
En este capitulo el rey desnudo sigue sin percatarse que su grey en el reino de la suma felicidad era de 9 mil y que ahora solo cuenta con mil, los otros se han ido a vivir en la tristeza del bosque y a escuchar los cantos de la doncella encerrada en la torre que despiertan un interés muy particular, ya que sin explicación alguna, la gente prefiere irse del reino de la gran felicidad y correr hacia donde está la tristeza del bosque a escuchar a dicha doncella.
Hubo un inoportuno visitante que osó preguntarle al rey del porque había tanta gente viviendo en la tristeza del bosque, los cuales ya eran más de 10 mil y que aún estando en esa tristeza cantaban y coreaban a la doncella de la torre?, también le preguntó que si no era mejor que el pueblo de mil escogiera a sus condes en vez de hacerlo él, ya que eso le ocasionaba merma en la grey y
de inmediato la reina de corazones salió y gritó con desespero; intruso, intruso, quiere acabar con la felicidad inmensa del reino, rápido!! rápido, que le corten la cabeza!!
La verdad era, que el rey desnudo estaba obnubilado, totalmente ido de la realidad a causa de los adulantes de la corte que le decían que el pueblo era el más feliz de la tierra, que no había reino tan feliz como el suyo, que vivían alegres y que tenía que cuidarse de los malvados tristes del bosque que le querían quitar su maravilloso reinado y al rey desnudo eso lo hacía muy feliz, el saber que el pueblo vivía de fiesta en fiesta, pero como no salía de su entorno, no se daba cuenta de la poca grey que le quedaba, la cual en su última escogencia de los condes inoperantes, pasó a ser de mil a solo 500 súbditos felices de aquél reino lleno de extrema felicidad. 500 más se fueron a escuchar la voz de la doncella atrapada en la torre que repetía en su canto perenne, despierten!, despierten!, que rey está Desnudo.
Quién sí estaba muy preocupada por las pocas cabezas que quedaban para cortar, era la reina de corazones que en conversación privada con los verdugos bajo su mando, reflexionaba y les decía; si la cosa sigue así, nos quedamos sin trabajo, si el rey sigue con ese tipo de escogencia de los condes, no tendremos cabezas para cortar.
Otras reflexiones de la malvada reina de corazones preocupada por la merma en cuestión, trataban sobre lo mal asesor económico que era Don Gato para el reino, lo mal asesor jurídico que era el Sapo Bocon, lo mal que actuaba el canciller Tío Tigre y la absurda actitud de Tío Conejo, embajador ante el rey oscuro y quién tenía carita de yo no fui, pero ese es otro capítulo.
La cuestión no era que a la reina de corazones le interesara el bienestar de la gente, no, para nada, lo que buscaba era como hacer para que la gente no se siguiera marchando al bosque de la tristeza a escuchar los cantos hermosos de la doncella secuestrada de la torre que los hacía despertar del letargo de una felicidad que no entendían, lo que los llevaba a abandonar el reino de la suma felicidad y por ende a ella se le agotaban las cabezas para cortar. La cosa era urgente, debía hacerse algo para solucionar la situación crítica al respecto. El rey Desnudo ya no tenía pueblo y ella no tenía cabezas para cortar, eso era en extremo preocupante y gritaba y gritaba desesperada en su intimidad, torpe rey!!, torpe rey!! todos se están marchando por su culpa, por sus estupideces, pero si no tengo a quién más cortarle la cabeza, se las cortaré a los condes del mismo rey. Esa actitud hostil y desequilibrada de la reina de corazones, evidenciaban que las cosas no andaban bien por Dinamarca.
Esta historia de cuentos y fábulas del maravilloso reino de la extrema felicidad continuará para ver cómo termina la elección de los condes inoperantes y títeres del rey desnudo.
Cuenta cuentos.