No puede ser entonces que haya este lío por lo
que Chávez dice o programa. Porque le dijo a Bush diablo e imperialista, hable
mal del capitalismo y promueva el socialismo. O porque no aceptó el ALCA y propone
el ALBA. Igual Lula y Krisner no lo aceptaron y no hay el lío de acá ni mucho
menos. Putin le dijo imperialistas a los gringos y menos aún pasa algo en Rusia.
O porque hable de soberanía y de una democracia participativa, revolucionaria o
lo que sea. La presidenta chilena pregona lo mismo y es adorada por gringos y
derechas. Ni porque se hayan accionado misiones y políticas sociales que por
más entorpecidas que estén en su implementación, al fin y al cabo lo que hacen
es asentar la paz social. La historia esta llena de estas situaciones donde los
liderazgos políticos son anómalos al orden pero no pasa nada, ni los imperios
se molestan tanto. Discurso no preña utopías, ni políticas de buenas
intenciones por sí solas transforman mundos. Se dirá por tanto que si aquí hay
una revolución es en todo caso “una revolución sin revolución”. ¿Qué es lo que
pasa, cuál es el miedo entonces?. ¿Perder la faja petrolera y gasífera?, eso ya
está garantizado con los últimos convenios de explotación mixta. ¿”Disociación
psicótica”?, no mi hermano, eso no creo
que sea el problema ni psíquico ni ideológico del director de
De todas formas Venezuela se ha convertido en
un centro de confrontación que en estos momentos precisamente absorbe buena
parte de las inteligencias políticas y mediáticas, nacionales y del mundo.
Pereciera, oyendo comentarios de afuera o de nuestro terruño, que la salida de
estos carajitos a la calle porque le devuelvan su RCTV y a unos cuantos payasos
que le echan paja al gobierno, se convierte por sí misma en la reinaguración de
una “guerra de proyectos civilizatorios” que parecía acabada con la implosión
de
Venezuela mas que “representar” en sí misma un
punto de batalla central entre el mal y el bien (casi nadie ha dicho que Chávez
es terrorista o quiere matar inocentes gringos y buenos ingleses, dictador sí
pero no tanto al menos para CNN) es una “república forajida” donde emerge con
claridad la lucha entre hombres y mujeres libres y el monstruoso mundo que nos
tiene preparado el orden subjetivo y cultural del capitalismo del siglo XXI. Si
vamos a la teoría, en efecto todavía aquí no ha pasado mayor cosa y todavía es
muy borroso eso del “socialismo del siglo XXI”, y con este estado y esta
burocracia mucho más. La pelea, al menos por ahora, no gira alrededor de las
políticas, los programas, los discursos, los idearios, ni siquiera en las
peleas geopolíticas por más malestar que crean los movimientos internacionales
de Chávez (Venezuela acaba de bajar cabeza en la reunión energética de
Margarita y todo el asunto del Etanol, nuevamente le dijeron a los gringos que
no se preocupen). La pelea está exactamente en lo que dice la última pancarta
de estos carajitos: el problema de la libertad. La libertad desde el rico, la
libertad desde el pobre. El problema clásico e insuperado de la confrontación
entre trabajo y capital, en Venezuela toca un fondo peligrosísimo y
radicalmente antagónico entre las partes; está metido en nuestros cuerpos: en
cómo entendemos, vivimos, ejercemos, gozamos, luchamos, incluso sacrificamos,
el problema crucial y milagroso de la libertad. No siendo ella una libertad que
se libra alrededor de la pelea entre fantasías grupales, sino entre expresiones
colectivas y dispuestas políticamente que emergen de “sistemas de producción”
de sujetos francamente antagónicos.
La derecha como decíamos en un artículo
anterior “ha creado sujeto”; su primera fachada: los estudiantes que han hecho
suyas las protestas de corte más reaccionario que haya habido en la historia
republicana de Venezuela y quizás del continente, incluidas las protestas
contra Allende. Muchos más reaccionarios estos carajitos que la desesperada
sociedad civil del 2002, muy parecida en ese entonces a la derecha
antialledista en su momento, pidiendo militares, muerte y garrotes contra “los
rojos”. Espacio, Objetivos, Palabra, Orgánica, Método de articulación,
Estrategia, se concentra en momentos en un sujeto que reivindica la obediencia
absoluta al orden y la ley (marchas que no solo reivindican la primacía de la
propiedad privada, de la privatización de la libertad de expresión, sino que
serían capaces de pararse ante un semáforo rojo en la vía “para no violar la
ley”, y sólo si hay una cámara o periodista hacen algún teatro de confrontación
con la policía para seguir el guión mediático, de lo contrario son besos y
abrazos con ella: nada más idéntico a ellos que un agente de policía). En otras
palabras, ell@s sostienen un proyecto de sociedad donde la libertad se
convierte en sumisión total ante una legalidad y un orden real que garantice la
soberanía absoluta del capital sobre el trabajo, del trabajo muerto sobre el
trabajo vivo, del comando capitalista sobre la sociedad: Su único sueño: el
reconocimiento de los derechos del consumidor, llamados por ellos “derechos
civiles”. Una democracia de consumidores que –así no tengan los medios
económicos para consumir- asumen “su ciudadanía” no desde el punto de vista de
de quien se expresa, de quien produce, de quien piensa, de quien crea, de quien
necesita decidir, sino desde el punto de vista de aquel que compra lo que ya
esta hecho y decidido, así sean ellos mismos los que hayan garantizado la
fuerza de trabajo para hacer posible ese producto (condensado en la mercancía)
y esa decisión (condensada en la ley y el estado). En definitiva, una sociedad
perfecta moral y políticamente donde nada se transforma todo se consume. Así
son sus paredes en sus universidades y escuelas, absolutamente blancas y vacías
y si ven alguna pinta, mural o graffiti hecho por algún descarriado chavista o
rebelde fuera de línea, no ponen la suya sobre ella o al lado, “limpian” todo
para volver a poner la pared en blanco esperando que llegue al fin un permiso
de la alta jerarquía universitaria (absolutamente incuestionada) para que la
coca cola ponga allí su publicidad; objeto comunicacional adorado por este
sujeto y una pared vacía que simboliza su ideal de paz y armonía. Si vemos
Globovisión desde un punto de vista semiótico como estético, o el manejo de sus
códigos morales, más que los contenidos de contrainformación que lanzan, allí
tienen el modelo acabado de libertad y democracia de este monstruo.
Como ya decíamos, no creamos que esto es un
problema de unos cuantos sifrin@s, su autorepresión, la esclavitud voluntaria
que pregona, el ideal del “buen obediente” tiene una amplia aceptación social
sobretodo dentro de los núcleos familiares tradicionales de clase media baja y
de los sectores asalariados relativamente privilegiados al menos frente a un
mundo donde priva el desempleo y el subempleo. Nos referimos principalmente a
l@s funcionarios públicos de carrera y los trabajador@s de empresas “pico” de
servicios transnacionales y nacionales (que de hecho ya son la misma cosa, y su
modelo de gestión, fachada y conducta empresarial, idénticos) sin excluir
algunas franjas de la clase obrera (en Sidor el grueso de los trabajadores no
quiere nacionalización ni control obrero quieren “acciones” de la empresa) y
una juventud ansiosa de participar “en la rebelión del consumidor”. Ya hablamos
sobre el problema político que esto implica y la posibilidad de una rebelión
civil lograda por vía violenta o pacífica. Lo que nos interesa resaltar ahora
es que esta “producción subjetiva” (insistimos que estos carajitos y todo lo
que delante y detrás de ellos, no es sujeto “manipulado” por
Venezuela es el Guernica del Siglo XXI, un
laboratorio de destrucción completa de una situación de liberación en avance,
aunque ya no se comienza con los bombardeos masivos (no confundamos esto con
Irak que allí no había ninguna situación de liberación en avance, el análisis
desde el punto de vista de la guerra en ese caso es muy distinto) sino con la
producción milagrosa de un monstruo político fabricado con la fachada de la
angelical juventud. Milagroso sin duda poner a 100 mil muchachos a gritar
obediencia, ley, tradición, libertad para el rico silencio para el resto. Eso
no es fácil, en otras épocas imposible, incluso en escuelas privadas, pero hoy
aquí en Venezuela lo han logrado. El rechazo mayoritario al cierre de RCTV fue
su materia prima, las coordinaciones medias estudiantiles de universidades
privadas y algunas públicas, los capataces de fábrica, los mismos estudiantes (seres
humanos iguales a todos pero que producen desde sus cuerpos dirigidos un sujeto
colectivo prediseñado desde un lugar externo a ellos) su fuerza de trabajo
bruta, el capital constante: sus medios de propaganda televisiva, radial y de
prensa,, sus computadoras y celulares, sus carros y motos, el rector de la
católica UCAB,
Pero en todo caso por el lado de la derecha lo
mas importante es que después de estar 18 años (27 de febrero 89), cultural y
políticamente a la defensiva, sin propuesta ni sujeto capaz de generar un campo
duro de hegemonía encarnizada en un sujeto político real, en estos momentos lo
están consiguiendo dejando perplejas las esferas políticas e intelectuales
instaladas hoy en el “oficialismo” y la dirección burocrática de estado. Estos
últimos han propuesto “el debate” -buena táctica-, pero no hay nada que
debatir. La hegemonía de la derecha esta hecha sobre un sujeto vacío y controlado,
incapaz de producir desde sí mismo, mucho menos producir ideas y criterios, es
solo un consumidor que grita ¡libertad!, ¡autonomía! en forma insignificante, tal
y como lo ratifican en el texto leído en